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Jorge Azar Gómez - Ex representante de Uruguay ante ONU |
El gobierno y los medios de comunicación |
Los medios de comunicación son herramientas de construcción social y cumplen una función fundamental que no solo es informar sino formar.
Si son un medio y no solo un fin, las noticias no solo remiten a la actualidad sino a contenidos que dejan de ser verdades absolutas para ser interpretación de la realidad; y, por ello, una versión acorde a quien emite opinión editorial, firma una nota o asume un informe en periodismo de investigación.
Aquí es donde la ley, y fundamentalmente el Estado, deben arbitrar la pluralidad y diversidad de voces en estos medios de comunicación. Justamente, para que el fin no sea dirimir quién tiene razón o tiene la verdad, sino que el fin sea el bien común de una sociedad que se forma y conforma en una comunidad de visiones y opiniones, que nunca deben ser uniformes u homogéneas, sino, por el contrario, expresen en diversidad la unidad de una cultura del encuentro en las diferencias que enriquecen el debate y no que cancelan desde la omnipresencia del Estado, que no es propiedad de una facción partidaria sino la noble herramienta de administración del bien común de una Nación.
Fomentar reglas de juego en la comunicación es función de los gobiernos que respetan la independencia de los poderes que hacen a la esencia de la vida republicana; y no el abuso de poder y la imposición de mayorías automáticas en los ámbitos donde se argumenta la falacia de quien ganó una elección hace lo que quiere y no lo que debe.
En este aspecto preocupa la manipulación con la que se reeditan prácticas autoritarias en el manejo intervencionista de un Estado tomado por un partido para profanar la comunicación social, plural y democrática en una gigantesca herramienta de propaganda partidaria pagada con el dinero público de todos los uruguayos; para además de llevar las prácticas demagógicas y populistas que autocracias, dictaduras y prácticas fascistas de diverso signo a lo largo de la historia han utilizado para el fracaso anticipado de pretender forjar un pensamiento único y tóxico, en el que se pretende imponer la ficción de un relato como única verdad.
Y así, penosamente proponer que los uruguayos debemos dividirnos y confrontar como si fuéramos enemigos, en lugar de reconocernos como hermanos, que, sin pensar igual, crecemos y maduramos en el diálogo que ofrenda consensos a partir de los cuales nadie cancela sus convicciones ideológicas, pero sí antepone la lógica de una fraternidad que sostiene por igual la ley, que nos hace libres; y la equidad, que nos hará justos. |
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Michael S. Castleton |
Teatro del absurdo
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La verdad que las idas y venidas con la situaciòn venezolana parecen una mezcla de una obra de Ionesco y una tragedia griega.
El que escribe hace ya màs de un lustro escribiò, en vida de Chavez Frìas, un artìculo publicado en el semanario Equinox vaticinando este fin para las alucinaciones chavistas en Venezuela.
La verdad que vaticinè y aùn lo sostengo que difìcilmente la cuestiòn venezolana se pueda resolver sin, desgraciadamente, mucho màs sangre de la que ya ha corrido.
El problema es fundamentalmente el Teniente primero (RE) Diosdado Cabello Rondòn que se ha constituìdo como poder en las sombras, y llevado a su paìs a una orgìa de delito y opresiòn. Si esto fuera poco tambièn ha apañado y sin duda participado en las organizaciones dedicadas al narcotràfico que, en los hechos, lucran y viven en un estado fallido.
Este estado, de estado fallido de la otrora pròspera Venezuela ha dejado sangre, mana sangre. Como no puede ser de otra manera cuando hay sangre los tiburones aparecen para desmembrar rompiendo y desgarrando al estado moribundo.
Es asì que lo peor del escenario internacional, lo màs irresponsable corrupto y despiadado del planeta hoy husmea en ese desgraciado paìs.
Rusia, China, lo mejorcito de una banda de delicuentes con Iràn, Corea del Norte y cuanta organizaciòn y estado paria del planeta andan en la vuelta a ver què se puede arrancar del cadàver aùn tibio de Venezuela.
La prensa ha mostrado en estos dìas un misterioso aviòn Ruso llegando y decolando de un areopuerto militar venezolano. Al que tiene un mìnimo de memoria històrica esto hace recordar a los barcos Rusos que al final de la guerra civil española caranchearon sin misericordia al cadàver de la repùblica llevàndose las reservas de oro de España en ‘pago’ de material militar que habìan enviado Stalin y Molotov. Los Rusos siempre se cobran, no ha de ser distinto con Maduro y sus secuaces.
Por si fuera poco Hezbollah , grupo armado del Lìbano sucursal de Teheran tambièn esta en la pobre Venezuela entrenando en los llanos al ELN, grupo terrorista narco mercenario en quièn Maduro y sus compañeros en el despojo de su patria, ponen esperanzas en caso de un conflicto armado interno, cosa que hoy parece los màs probable.
Es màs, lo màs tràgicamente sano para Venezuela serìa que esto sucediera y las fuerzas armadas patriòticas que existen en ese paìs eliminaran a cuanto remanente quedara de los ultrajadores de su patria.
Hay quienes deliran con una salida negociada a esta situaciòn. Es un delirio, es pan para hoy y hambre para hoy. Los cànceres como sin duda es el gobierno de Maduro y sus socios debe ser extirpado de raìz , de lo contrario volverà màs agresivo y màs peligroso que nunca.
Los cubanos deben ser expulsados sin màs, de donde nada tienen que hacer. Es cosa del siglo 18 cuando los paìses contrataban ejèrcitos de mercenarios para pelear sus guerras, como los Hessianos en la revoluciòn norteamericana. El tema es que los mercenarios luchan si cobran, si no se van . Los Cubanos deben irse de Venezuela.
Venezuela debe resolver sus propios problemas siempre y cuando no afecte los fràgiles equilibrios de poder que existen en nuestro continente. De acontecer esto se deberà buscar otro camino. Lo que debe quedar claro es que con Maduro y su runfla de asesinos no hay nada que negociar.
Los paìses neo-marxistas del continente deliran con una salida negociada a una situaciòn que no lo permite.
En Venezuela se debe aplicar la constituciòn, establecer un gobierno legal y juzgar y penar con la mayor sevidad a los arquitectos de esta tragedia. No hay otro camino.
En realidad sì lo hay. Una guerra interna fratricida que destruirà lo poco que queda en piè de ese bendito país.Segùn Salvador de Madariaga el proceso libertador de Miranda y Bolìvar costò la vida de la mitad de los habitantes de la Gran Colombia, medio millòn de almas.
Hoy la misma proporciòn serìan unos veinte millones. Serìa una tragedia inaudita de consecuencias imprevisibles en nuestro continente solamente comparable a la ùltima gran guerra civil europea.
Si por desgracia algo como esto fuera a acontecer en las costas del Caribe, tiene un nombre y una ideologìa , Fidel Castro Rouss y el Marxismo.
Ya es hora que el mito y su ideologìa se arranquen de cuajo de latino amèrica y de cambiar nuestro futuro de una buena vez. La basura debe terminar en el basurero del historia , citando a Lenin.
De lo contrario seguiremos de tragedia en tragedia y muerte sin fin.
Nadie debe querer esto para nuestras naciones. |
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ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.
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Crónica de estos tiempos
Engaño y corrupción
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- No basta ser el gobierno menos corrupto de América Latina. ¡Qué consuelo semejante "blasón"!
Engañaron al pueblo, le mintieron con alevosía a sus propios votantes.
Prometieron públicamente y con fervor religioso, antes y después de acceder a la Presidencia de la República, moderar el gasto del Estado, evitar el despilfarro, no aumentar los impuestos ni crear otros nuevos, y reducir a su mínima expresión el uso de la locomoción oficial.
A vuelo de pájaro, también prometieron que la Educación sería profesionalizada, y que serían construidas y entregadas en el período decenas de miles de viviendas.
En materia de hurtos y rapiñas el gobierno prometió reducirlas en un mínimo de 30%, cuando en los hechos, entre 2015 y 2018 las rapiñas crecieron un 36,7%, mientras que los hurtos aumentaron 33,6%. Los homicidios, en tanto, treparon 40%.
Igualmente prometieron que sería detenida la emigración de las familias, cuando es público y notorio que se fueron del país decenas de miles de uruguayos entre 2005 y 2018, en intercambio inválido de figuritas con venezolanos y cubanos desposeídos que en oleadas llegan al país desesperando un plato de comida.
Aseguraron que no habría más ajustes fiscales, y que sería absolutamente trasparente la gestión pública. No se acudiría al rescate de las empresas fundidas; se velaría por el cuidado ambiental, y se reduciría el déficit de las empresas del Estado. Nada de esto se hizo.
Aplicaron a rajatabla la frase atribuida a Maquiavelo: “el fin justifica los medios”, y se alzaron con el gobierno a costillas de la credibilidad popular, la mejor gala de un pueblo sufrido y manso.
Uniformaron la pobreza, le dieron statu quo; están destruyendo la clase media, y fomentan a más no poder la holganza y la vagancia en todo el país.
Facilitan la política de desculturización, apta para sus fines inconfesables, tardíamente descubiertos.
Alientan de mil maneras la deserción estudiantil; por omisión e ineptitud la delincuencia organizada, el auge del narcotráfico, y a sabiendas el crecimiento descontrolado de los asentamientos, villas y miserias, en cumplimiento de una política de expansión tutelada y financiada, imprescindible para su prevista continuación en el poder.
La sucesión de huelgas docentes afecta en grado superlativo la educación primaria y secundaria, al punto que los estudiantes egresan de la escuela sin saber leer con fluidez, y menos restar, multiplicar y dividir. Y del primer ciclo secundario sin comprender lo que leen.
El gobierno continúa despilfarrando a troche y moche los dineros públicos, y sigue gastando, impávido ante el reclamo popular y la crítica generalizada, muy por encima de las posibilidades nacionales.
Y hay que decirlo con todas las letras: roban impunemente al ciudadano, al punto que en el Palacio Legislativo anida la gavilla. Lo peor, que constituimos un país que soporta una carga impositiva terrible, con el agravante de que los servicios públicos contribuyen al estropicio ciudadano con el desparpajo de aplicar en sus facturas renovados gravámenes impositivos que desdibujan su cometido social.
Las tarifas de la electricidad, gas, naftas y teléfonos son las más caras de la región, y compiten para alcanzar a ser las más onerosas del mundo.
Endeudaron con irresponsabilidad manifiesta el país, y atiborraron de funcionarios las empresas públicas. Ante la descomunal deuda externa del Uruguay, 60 mil millones de dólares, cachafaces y bribones sostienen que no hay por qué preocuparse: “la deuda no se paga, se administra”.
Desfigurado pues el Poder Legislativo, hoy baluarte del Poder Ejecutivo; maniatada la Justicia, afín al gobierno, que arregla con suculentas retribuciones los cargos judiciales de mayor relevancia, el Uruguay se ha despedido silenciosamente de la división de poderes. La mal llamada oposición, cobarde, ni chista.
El engaño colosal y colectivo que le endilgamos al Frente Amplio, sin atenuantes, determinó el uso y el abuso de los brazos enyesados de la mayorías frenteamplistas durante todo el período; la subordinación consecuente a simple vista del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo, y el coqueteo desenfadado del Poder Judicial, también afín al gobierno, tal cual se advierte en la gestión complaciente, acomodada y servilista de la Suprema Corte de Justicia.
Abundando, no debe obviarse que la maquinaria legislativa está orientada por el accionar de las grandes corporaciones. Los políticos del siglo XXI son empleados muy bien pagos de estas instituciones internacionales que han tomado al Uruguay como conejillo de indias.
La bancarización obligatoria, so pretexto de controlar la evasión fiscal, ha puesto de rodillas el país, entregado por este gobierno a las ocurrencias y dictámenes siempre nefastos y perjudiciales de la banca internacional.
Ricardo Garzón |
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