Edición Nro. 2090 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 26 de octubre de 2018
 
 
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TURBINAS ARGENTINAS - ENFOQUES COMPARTIDOS f
Enrique Guillermo Avogadro
Enamorados por espanto
  • “A nadie lo respetan por lo que es. Lo respetan por lo que es capaz de hacer”
    Jo Nesbø

No lo incluí en la plataforma del P.A.D. (https://tinyurl.com/y8cyxhto) y, por eso, corresponde enmendar esa omisión. El Partido militará activamente a favor de “Salvemos las dos vidas”, es decir, contra la liberalización del aborto y, por supuesto, contra la ideología de género; en este caso, además, avanzará contra los funcionarios públicos que están intentando influir tan nefastamente en la mente de los chicos. Intentaré concretar la reunión fundacional en la primera quincena de noviembre; le avisaré por este medio y, en ella, podrá usted aportar sus sugerencias y críticas.
En lo coyuntural, el título destacado de la semana estuvo cifrado en la alianza contranatura que han firmado el Negro Camión y Cristina Elisabet Fernández, dando nueva vida a la famosa frase de Jorge Luis Borges. Ambos, acosados con sus hijos por una Justicia que ha decidido ponerse las botas frente a los hechos de corrupción que ignoró durante tantos años, se unen por el espanto e intentan camuflar las investigaciones judiciales bajo el disfraz de conspiraciones internacionales y persecuciones políticas, pero lo raro es cuántos dicen creer en ese disparate discursivo.
Porque eso fue el extraordinario respaldo que los dirigentes gremiales dieron a Pablo Moyano –seguramente poniendo sus barbas en remojo- ante la probabilidad de su detención, acusado de comandar con su padre, Hugo, una asociación ilícita que operaba -¿aún lo hace?- en el club Independiente; o sea, brindaron el apoyo irrestricto de sus organizaciones a un imputado de delitos comunes, en absoluto vinculados a su actividad como Secretario General de Camioneros, que se está investigando por separado.
El peronismo, que celebró el Día de la Lealtad –gracias a Dios tiene uno, porque los otros 364 honra a la traición- dividido en sus transitorias expresiones, acompañó unánimemente a los gremios con su silencio cómplice. Pero no debemos olvidar cómo se comporta el reputado Movimiento cuando se trata de la probabilidad de acceder al poder y se reconvierte, unificado, en PJ S.A.; algunas fotos del miércoles, en especial la de Tucumán, confirmaron para la posteridad ese aserto.
En ellas fueron retratados, convocados por Juan Luis Manzur (Gobernador de Tucumán por quema de urnas y fraude, ex Ministro de Salud de Cristina), Sergio Massa (el Jefe de Gabinete de nuestra arquitecta egipcia que, como todos los demás que ocuparon el mismo cargo, nunca vio bolso alguno y respaldaba públicamente a Julio de Vido y Ricardo Jaime), Daniel Scioli (que fue enviado a juicio oral por saquear la Provincia de Buenos Aires hasta los cimientos) y varios otros próceres de la ganzúa y el puñal.
Lamentablemente, resulta ya innegable el fracaso del Gobierno, complicado al extremo por las carencias de un liderazgo fuerte y de un ministro coordinador de las diferentes áreas económicas, frente a la galopante inflación y a la fuerte recesión, que se agudizará en los próximos meses por las altísimas tasas de interés.
Y ello da aire a quienes son, con certeza, los originales y directos responsables del estado exánime en que se encuentra la economía y, en especial, de los inaceptables niveles de pobreza e indigencia que afectan a tantos de nuestros compatriotas; los mismos que hoy, después de haber gobernado (o impedido gobernar) durante tantas décadas, hoy se ofrecen cínicamente como redentores, como bomberos del incendio que provocaron.
Las manifestaciones francamente destituyentes de Graciela Camaño, entre cuyas ¿virtudes? se destacan ser la segunda de Massa y cónyuge del impresentable Luis Barrionuevo, tampoco recibieron el repudio de la clase política; la excusa de estar viviendo tiempos preelectorales no puede justificar, en modo alguno, la convalidación que callar implica. Tampoco debiera sorprendernos, puesto que Hebe de Bonafini sigue disparando con munición gruesa contra la República cada jueves, sin que a fiscales y jueces se les mueva un pelo; es más, cuando con un colega la denunciamos por apología del terrorismo y subversión, las causas fueron archivadas sin instruir porque implicaban “violar su libertad de expresión” (sic).
Esto nos lleva a otro tema recurrente en estas columnas sabatinas, la calidad moral que debieran revestir quienes han sido honrados con la función más alta que la Constitución reserva para algunos ciudadanos: juzgar a los demás, y decidir sobre su libertad, su honra y su patrimonio. La conducta del previamente cuestionado Juez Luis Carzoglio, quien se negó a ordenar la detención de Pablo Moyano pese a las innumerables pruebas que existen en su contra, volvió a poner sobre el tapete el tema; confeso peronista e hincha de Independiente, no podrá invocar imparcialidad en esta causa pero, tal vez, sí cobardía.
Lo mismo ocurre con innumerables magistrados que tienen, o han tenido, a su cargo las causas por presuntas violaciones a los derechos humanos que afectan a tantos militares: muchos de ellos han actuado en las formaciones terroristas o ceden a la inmunda presión de la prensa idiota, del kirchnerismo y de los múltiples organismos que nuclean a los hijos y a los nietos de quienes intentaron, en los 70’s, convertir a nuestro país en una nueva Cuba castrista. Estos prevaricadores, verdaderos asesinos togados, que ya han matado a casi 500 ancianos en las mazmorras de todo el país, deberán enfrentar, más temprano que tarde, las consecuencias de sus actos, traducidos éstos en sentencias reñidas con las pruebas producidas y con todos los principios basales de la cultura occidental.
Y también con muchos de los jueces y camaristas federales que ejercen en Comodoro Py quienes, con honrosas y escasas excepciones, exhiben impunemente un enriquecimiento personal, en blanco, imposible de justificar. Le sugiero leer el imprescindible libro de Hugo Alconada Mom, “La Raíz de todos los males”; pese a que muchos de los episodios allí descriptos eran conocidos, la minuciosidad del trabajo del laureado periodista me permitió recuperar la capacidad de asombro, y el asco que me producen esos personajes. Por eso me pregunto, ¿hasta cuándo estaremos dispuestos a ser juzgados, y quizás condenados, por ellos?, ¿cuándo nos rebelaremos masiva e individualmente ante tamaño despropósito?
Estamos ante uno de esos momentos bisagra de la historia, que han sido tan frecuentes en la Argentina. Las elecciones del año próximo serán las primeras que se celebrarán al concluir normal y democráticamente el mandato de un Presidente no peronista desde 1945; en ellas, estaremos obligados a decidir si queremos volver a un régimen populista o si, por el contrario, estamos dispuestos a perseverar en el sacrificio que significa cambiar definitivamente nuestro destino, sea quien sea el triunfador.
Porque luego deberemos ponernos de acuerdo todos los que pensamos en un país viable y posible. Es por eso, precisamente, que pretendo ayudar mediante la formación del Partido de la Austeridad y la Decencia (P.A.D.). Espero que Dios nos ilumine porque, sin dudas, si recayéramos en tan grave error, resultaría entonces definitivamente trágico.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Insurrectos
Recorren el mundo las imágenes deplorables de la revuelta parlamentaria desencadenada en el Congreso Argentino por representantes populares desquiciados. También, las filmaciones televisivas de la reiterada asonada de centenares de inadaptados de la especie, que sobreviven desde hace milenios al margen de la civilización.
Es moneda corriente intentar a través de las generaciones sincerar una sociedad argentina putrefacta en sus raíces unitarias, consolidada en tiempos peronistas, y acentuada hoy por una crisis económica y política a la cual los partidos políticos no solamente no le encontraron remedio, sino que la profundizaron como jamás ocurrió en la historia de la República Argentina.
Arranca en el Virreinato del Río de la Plata la imposición de una cada vez más insostenible carga fiscal sobre la población desguarnecida, ultrajada hoy por el robo descarado de decenas de miles de millones de dólares desaparecidos bajo la administración del gobierno kirchnerista.
Salpica al Uruguay, -lo empapa más bien-, la insurrección sostenida de los grupos inadaptados de la vecina orilla, atizados por una corrupción política generalizada en América que ha hecho carne en las canonjías de las que disfrutan los parlamentarios y gobernantes de todo el continente.
Más de diez millones de pobres en Argentina, y más de un millón y medio en Uruguay, son castigados diariamente por una inflación galopante y tarifas públicas descontroladas imposibles de pagar.
Al compás del aumento sostenido de los combustibles, suben mensualmente todas las tarifas que sostienen el paquidermo estatal en estos dos países.
La mayoría absoluta de los jubilados ya no pueden acceder a sus necesidades básicas, entre ellas, la compra de medicamentos.
La enseñanza de todos los niveles en un jolgorio permanente, en detrimento de la formación de los futuros ciudadanos.
Los sueldos de los gobernantes y parlamentarios en la estratósfera; quienes acceden al sillón se atornillan; los viajes al exterior de ministros y legisladores se multiplican, y el despilfarro de los dineros públicos se agudiza. El pueblo no come; tiene hambre.
Los insurgentes destrozan los espacios públicos; se vive el auge del narcotráfico en todas las ciudades, barrios y asentamientos regionales, la delincuencia campea a sus anchas y no se vislumbran soluciones.
Según la leyenda, cuando la Revolución Francesa estaba a punto de explotar, el pueblo se arremolinó en torno a Versalles para hacerle saber a la aristocracia que no tenían ni harina ni trigo para hacer pan. María Antonieta le dijo al mensajero: “si no tienen pan, que coman pasteles”.
Parafraseando, si no hay pasteles, tortas fritas.
Ricardo Garzón
 

 

 
















 














 

 

 
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