- Aviación Civil ( Los Ministerios sean unidos...)
Como es sabido, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas organiza en estas horas el evento: "Desafíos para una Aviación Civil Sostenible"/DACS, con un panel multicolor, donde estarán desde empresas hasta autoridades internacionales como representantes de OACI, IATA, etc.
Aunque el ministro Rossi me ha jurado hasta en esperanto que este encuentro no es para liquidar a la Dinacia -ese era el rumor que estaba subyacente días atrás- y la autoridad aeronáutica actual va a asistir al mismo, sólo nos resta apostar por lo que sería de sentido común: un trabajo sinérgico entre ambas dependencias estatales, y no exclusivamente por lógica o racionalidad, sino hasta por "egoismo". ¿Por qué? Muy sencillo: si no acuerdan sus esferas de acción y sus mutuas prerrogativas, poniéndose de acuerdo, además, para frenar la loca voracidad de Rentas Generales, que esquilma a la Aviación Nacional de los mismos proventos y cánones que genera, seguirá devolviéndole migajas.
La Aeronáutica Nacional debe mostrar una enorme tarjeta roja a Astori y su gavilla. Si al final, ¡fue él (y no Rossi) el que trajo al "muchacho macanudo" Elberse, quien recomendó a Campiani"s Boys! ¡Si al final fue también Astori quien insistió en privilegiar al inepto Pintado y su patota en el MTOP durante el mujicato.
En tal sentido, creemos que la carta del Brigadier Borucki publicada en enfoques el pasado viernes, le abre los ojos a Rossi de lo que puede encontrar su cartera si avanza, hipotéticamente, sobre Dinacia: ¡0 peso! Dinacia, claro, debería apòstar a un trabajo de mejoramiento de imagen, porque, más allá de su carencia de inspectores, de sus problemas de fuerza mayor, no es buena.
Además, quizá mientras no tuvo que soportar demasiado las fauces fiscales, quizá no ahorró lo suficiente para tiempos de vacas flaquísimas. Tal vez si hubiera defendido bastante más su presencia en Pluna -empresa a la que entregó saneada, con aviones, reparto de utilidades, etc., el 20 de abril de 1985, para que volvieran políticos ignorantes a fundirla- y algo menos su permanencia en la Dinacia, otro gallo cantaría... Obviamente que hubiera sido tremendamente dificil lidiar con los muy peculiares gremios aeronáuticos, y aún así hubiera valido la pena...
Encendidas las alertas locales, no se debería tentar el gobierno en imitar el modelo de las corruptas e ineptas Administraciones Nacionales de Aviación Civil/Anacs argentina o brasileña, impuestas durante los desgobiernos de Lula y Kirchner, cuna de varios escándalos y de poco solucionar...
Hay muchos modelos de aviaciones exitosas, algunos, bajo la órbita civil, como Panamá, otros, con fuerte protagonismo militar, como Chile, donde la Fuerza Aérea, exitosamente, y la OACI trabajan de consuno, e inclusive algunos, como el de Israel, en el cual, el Ministerio de Transporte abarca no solo a la aviación civil, sino hasta la Seguridad Vial (sospechamos que a la Policía de Tránsito y la Unasev no les haría gracia...). Cualquiera es mejor que los infelices modelos boliviarianos, hoy en retirada.
En nuestro país, reiteramos, y aunque la Junta Aeronáutica no ha sido particularmente exitosa, se nos ocurre que Dinacia y MTOP deben afinar sus instrumentos, sin tentarse a locas pasiones. Si no se ponen de acuerdo, conscientes de que, además, sin plata es todo humo (¡fuera Astori , otra vez!), los desplazarán mañana otros ministerios que poco y nada han hecho por nuestra aeronáutica, sean el MIEM, sea RREE (que algún provecho sacó de la tirantez -sin dinero- entre ambos por un sillón en el Consejo de Oaci) u otros.
En tal sentido, por el momento a las dos entidades inicialmente les esperan sangre, sudor y lágrimas, cuando no, palos en la rueda y tensiones entre los que insisten en una visión voluntarista y estatista acerca de nuestros cielos, que sólo pueden abrirse totalmente (al menos hacia aquellos países que practiquen idénticas convicciones) y los liberales. Al principio, contando las monedas y viendo el tesoro bastante lejos en el marco aerocomercial actual, que puede dar buenos dolores de cabeza y cada vez menos glamour y burbujas. La aviación del tercer milenio ya no da ni putas ni champagne...
Javier Bonilla

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