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Javier Bonilla |
"No innovar", acertada decisión de Javier García ante urgencias aeronáuticas de José Bayardi |
No es porque queramos que nuestra Fuerza Aérea siga volando en dirigible, sino porque son, muy curiosos, estos apuros del ministro saliente por incorporar, in extremis, aeronaves, tras tres lustros del desquicio aeronáutico civil y militar que caracterizó al gobierno frenteamplista, e inclusive cuando este personaje quiso comprar drones via Antel para saltarse alguna torera, y cuando meses antes se mostró entusiasmado por comprar un avión ucraniano -el AN 178- casi inexistente. ¡Bien García!
Y ojo, el Airbus C-295W es un versátil y excelente aparato, presente en aeronáuticas militares del mundo entero, que acaba de ganar una licitación en Canadá para proveer numerosas unidades de Búsqueda y Rescate, similares a algunas recibidas recientemente por Brasil y hace poco ofrecidas solidariamente por el presidente Bolsonaro a Chile para buscar el C-130.
Sin embargo, siendo una alternativa atendible, no es la única opción disponible para suplantar o complementar al Hércules... Si es leasing, mecanismo que nos evita los altos precios de compra de otros modelos, valdría la pena considerar desde ejemplares de C-130 H reacondicionados por Elbit, hasta los elegantes y recios Leonardo C-27J (mayores que C-295 y en mucho compatibles con los C-130, ya volando en Perú y México), e inclusive, si de reaproximarnos a Brasil se trata, seguramente incorporar el nuevo y novedoso Embraer KC 390 Millenium, presentado al mundo como el noble relevo del clásico Hércules, en ese régimen comercial no sea un imposible, sino que quizá contemos con una guiñada desde Brasilia.
Además, si el Escuadrón Aéreo No. 3 (Transporte) de la FAU, está en el hospital, el No. 2 (Caza) está eternamente en el CTI,y una Fuerza Aérea sin puños, es un aeroclub armado....
El panorama allí, es aún más difícil. Con la venta de los últimos F-5 suizos a escuadrones de entrenamiento estadounidenses, cada día es más esquivo adquirir estos vectores para modernizar y las células envejecen. A no ser que encarguemos a firmas prestigiosas, como la propia Embraer, Ruag, etc., buscarnos las células que precisemos -para repuestos, triplicando el número adquirido por las que usemos- y actualizarlas tras severas inspecciones. Si no es del caso, deberemos pensar en barajar y dar de nuevo antiguas licitaciones olvidadas (con versiones rusas o chinas del prestigioso Leonardo 346), mientras nos dotamos, para conservar el entrenamiento y la operatividad, de turbohélices de última generación, estilo Súper Tucano (Brasil stockeó algunos con muy poco uso), Pilatus PC 21, KAI KT-1P, etc.
Y por el sur el Río de la Plata, el presidente electo citó más de una vez la necesidad de dotarnos de navíos Patrulleros Oceánicos OPV (al respecto de lo cual la Armada había elegido tiempo atrás tres Lurssen OPV-80, sin financiarlos) junto a los cuales debe implementarse ineludiblemente la mil veces invocada red VTS de Vigilancia Costera acorde a la normativa internacional.
Eso, por no citar al material logístico necesario para que el Ejército comience a, finalmente, patrullar las fronteras.
Los frenteamplistas y su Club de Tobi, tuvieron 15 años para solucionar esos problemas, muchos ,amplificados por alejarnos diplomáticamente de Estados Unidos (que igual algo nos donó), Inglaterra y otros viejos aliados, para jugar al boliviariano tonto...
¿Ahora le vienen los calores, Dr. Bayardi?

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Jorge Azar-Gómez - Ex Representante de Uruguay ante O.N.U. |
Informe Especial
La crisis y el comercio exterior |
Acostumbrados a colocar nuestros productos en los importantísimos mercados de Argentina y Brasil, poco nos hemos ocupado de extender contactos hacia otras latitudes donde también pagan con divisas fuertes y ahora que nuevas perspectivas y posibilidades tocan a la puerta de Uruguay y al impulso inexorable de la crisis regional, la incertidumbre nos invade y nos obliga a volver el rostro hacia otros mercados.
En el año 2002,cuando la crisis también nos golpeaba, publiqué el artículo “En busca de los mercados perdidos”, en el cual hacia un análisis de las posibilidades de exportación de Uruguay a mercados diferentes al MERCOSUR, así como a mercados no tradicionales como podían ser O.N.U. a efectos de abastecer sus campos de refugiados y las Fuerzas de Paz instaladas en diversos puntos, como también, sugerí proponer al gobierno de los Estados Unidos, la venta de productos uruguayos para sus tropas instaladas en diversas partes del mundo.
Hoy la crisis vuelve a golpear nuestras puertas y nuestras exportaciones no han aumentado como se esperaba, por lo que es oportuno analizar las causas y proponer cuál es el mejor camino para superar esta situación, sabiendo que si actuamos inteligentemente, lo lograremos.
Lamentablemente, por no afrontar decisiones complejas, hoy estamos pagando el costo de pronósticos facilistas, que aseguraban sin conocimiento e irresponsabilidad el aumento de nuestras exportaciones, sin ninguna planificación seria y contundente.
El déficit de evaluación generó un déficit de gestión.
El resultado es que hoy tenemos que dar respuesta eficaz a dos preguntas correlacionadas: ¿somos competitivos? ¿tenemos una estructura de venta en el exterior acorde a nuestras necesidades inmediatas?
Aún nos falta mucho para ser competitivos, y la estructura en el exterior la tenemos, son nuestras Embajadas y sus funcionarios, pero no la supimos explotar o se tuvo temor de innovar y establecer un sistema de incentivos para ellos, creando una red de promoción y venta de los productos “made in Uruguay” sin precedentes.
Es así, se deben tomar TODAS nuestras Embajadas como centros de promoción y venta de nuestros productos, incentivando a TODOS sus funcionarios con un porcentaje (a establecer) sobre el total de las ventas que cada Embajada concrete, prorrateando luego entre sus funcionarios las ganancias.-Lógicamente este sistema deberá concretarse en base a la seriedad, a la formación, al incentivo para los mejores y a la sanción para el que no cumpla.
No se puede construir sobre la debilidad.
Debemos estar preparados para realizar aportes de calidad. Nuestras principales obligaciones son ofrecer información y proponer iniciativas a nuestros gobernantes pero, también, no cooperar con políticas erróneas.
La crisis es profunda. Debemos asumir nuestros dilemas y ayudarnos entre los uruguayos.
Y ante las fuertes dificultades que hoy enfrenta Uruguay, la clave es implementar con rapidez acciones correctivas necesarias.
Hay un sentido de la urgencia. Pero la prudencia es también una responsabilidad. Las acciones que se emprenden deben estar sólidamente estudiadas y fundadas.
En este sentido, quiero enfatizar, una vez más, que la exportación es un medio para traer dólares comerciales, por lo tanto, generar empleo y reducir la exposición al financiamiento externo.
Pero, desde un ángulo productivo, la exportación es un fin que requiere una organización específica para promoverla y es lo que me lleva a promover junto a otras acciones, la integración de nuestras embajadas al sistema de comercio exterior.
Entre otras acciones cabe mencionar, la reducción eficiente del gasto público, el dictado de una moderna reglamentación de protección de los mercados conquistados, declarándolos “Mercados de Interés Público o Nacional” , con severas sanciones para el exportador que perjudique la continuidad de la colocación de productos uruguayos en ese lugar por una mala practica en sus operaciones y la reorganización eficaz, de las agencias estatales, vinculadas a la exportación.
Si somos capaces de promover iniciativas inteligentes, Uruguay puede convertirse en un importante exportador de productos elaborados a mercados hasta ahora inexplorados.
En medio de la crisis que estamos soportando, parte del sector exportador ha hecho su aporte.
Entonces ha llegado el momento de dar un salto cualitativo, si hay claridad sobre las reformas que hay que realizar.
Y la clave está en la velocidad y calidad de implementación.
Hay oportunidades en el mundo para Uruguay, tenemos que aprovecharlas.
Para ello, confianza y dirección con un sólido respaldo técnico son indispensables para recuperar la confianza en el comercio exterior. Debemos y podemos desafiar el futuro.
Producir sin vender no lleva a nada, el Estado si no promueve una dimensión activa del comercio está ausente de las políticas fundamentales.
Al dejar librado todo a las reglas del mercado, que se arregle por sí solas, el Estado estuvo ausente en la definición de una política de comercio exterior.
Lo que pasa que cuando hay problemas nuestra diplomacia debe actuar, cuando surgen dificultades se mira a la falta de previsión del estado sobre los tiempos cíclicos en que los problemas aparecen.
Por eso tiene que haber una interrelación permanente entre el sector privado y el Estado, una verdadera alianza entre el estado, los que producen, los que comercian, los que exportan. Esto tiene que ser una actividad de todo un país.
Por eso vemos que hoy llegamos a una situación de profunda crisis, donde hay graves problemas, algunos motivados por falta de previsión política, otros por factores externos, que debieran resolverse rápidamente encarando con firmeza.
Cuando hoy nos planteamos los problemas de competitividad, yo me pregunto: ¿por qué hoy? Porque la crisis nos llama la atención podemos ser más competitivos hoy, que habiéndolo sido más competitivos ayer mayores hubieran sido los ingresos, mejor la posición para acceder a determinados mercados, por eso no debemos pensar en analizar las causa y después actuar, debemos vender hoy y ahí están nuestras Embajadas y sus funcionarios con una vasta experiencia y preparación.
Debemos definir una política concreta, deficiencias en la estructura internacional del sector porque tenemos duplicadas las agencias: en Relaciones Exteriores y en Economía, hay una duplicación de funciones por lo que es preciso una estructura más armónica y eficiente.
La imagen comercial de nuestro país en el exterior es baja, el marketing de nuestro país es inexistente. El sistema de promoción internacional de Uruguay, en el mejor de los casos es ineficiente. Y tenemos poco trabajo de inteligencia internacional.
Es cierto, hay que aprovechar la experiencia de lo que tenemos y sobre eso construir con un criterio de verdadera unión y aliarse entre el sector privado y el sector público. Siempre una marca, una identificación con un país debe sugerir algo para los mercados y nosotros debemos encontrar ese mensaje.
Pienso que nuestro país tiene la fuerza de lo natural frente a los países desarrollados que han abusado de fertilizantes y productos químicos, pero lo natural está también en la fuerza de nuestros paisajes para la atracción del turismo, que es una manera de exportación.
Así que deberíamos trabajar en función de una imagen atractiva para que lleve el sello de nuestros productos y facilite la apertura de nuevos mercados. Digo que esto es esencial para la situación actual del déficit de la balanza comercial que es muy grave y debemos bajar el costo uruguayo para mejorar las condiciones de competitividad de nuestros productos.
Es necesario dar un fuerte impulso a la presencia de nuestros productos en el exterior procurando diversificarlos, sumarles valor agregado en el trabajo uruguayo, los productores tienen lo necesario y con el compromiso de un estado activo iremos adelante. Por eso, insisto, lo importante que es el comercio exterior, lo importante que es la imagen del país y cómo nuestros productos en el exterior hacen a la imagen del país.
Es necesario crear esa corriente de simpatía y aplicar aquel principio de que hay que producir en función de la demanda antes que trabajar sobre la base de la oferta, el mundo se mueve así. Atendamos a los requerimientos de la demanda y de los mercados y podremos ofrecer más presencia uruguaya en el mercado internacional.
Lógicamente que esto no se puede llevar a cabo con voluntariosos o curiosos, pues la crisis nos golpea la puerta, por lo que el gobierno y los exportadores uruguayos deberán moverse, con expertos, en toda la geografía en busca de “los mercados perdidos” que mejore nuestros ingresos en divisas y genere todas las actividades colaterales que el comercio exterior promete.

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Michael S. Castleton |
Males de estos tiempos
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Todo el uruguay está indignado por el asesinato de un muchacho hincha del Club Nacional de Fútbol luego de disputado el reciente partido con el clásico rival. Murió un hombre joven, trabajador, en forma absolutamente baladí sin motivo y sin explicación. Esto no es más que otra muestra de la involucuón de una sociedad que ha perdido sus puntos de referencia. Una sociedad perdida donde en muchos aspectos muchos de sus integrantes han perdido toda referencia moral y social. Es más, pareciera que los clubes de fútbol y sus hinchadas organizadas vienen a suplir las tribus de nuestra historia, tan lejanas en el tiempo.
Si una sociedad no es capaz de manejarse en términos civilizados, sus miembros menos civilizados naturalmente gravitarán a la manada o a una estrucutra tribal aunque más no sea para sobrevivir o darle a su existencia una dimensión entendible para intelectos y espíritus subdesarrollados.
Otro capítulo son las ‘ barras bravas’. Todos sabemos lo que son y lo que representan estas excrecencias de una sociedad. Lo peor, excrecencias muchas veces organizadas y financiadas desde los clubes deportivos que se supone representan.
Cada vez que se nombran, cada vez que se permite la misma existencia de este tipo de grupo violento todos perdemos algo de libertad . Todos perdemos algo de democracia.
La existencia de estos grupos de energúmenos organizados es una afrenta a cualquier sociedad que se considere más o menos evolucionada. Cada vez que un grupo de estos hace algún desmán es un poco más de espacio de civilización y libertad que entregamos todos y por ende un poco de libertad y civilización que perdemos.
El monopolio del uso de la fuerza en un estado organizado, en una sociedad civilizada debe estar en manos de este estado. Cualquier otra cosa es la anarquía y la inevitable aparición de estructuras sociales ya perimidas como el tribalismo.
El muchacho que murió tan cruel y absurdamente fue asesinado porque sí. No hubo motivo ni encono. Fue nada más que una demostración de fuerza y conducta aberrante de un desquiciado. Desquiciado que representa sin embargo los valores y el accionar de ese submundo que hemos, como sociedad, permitido desarrollarse alrededor del fútbol.
Las ‘barras bravas ’ y todo lo que conllevan deben ser eliminadas, prohibidas y proscriptas. Para bravos deben estar los cuerpos militarizados de la policía. Estos cuerpos debn imponer su autoridad y ganarse el respeto de los ciudadanos honestos y el temor de los sabandijas violentos y asesinos.
Ninguna sociedad está libre de las acciones de un demente. Toda sociedad debe librarse de los dementes organizados que engendran a los asesinos como el del domingo próximo pasado. La pregunta es bien sencilla, ¿somos o no somos una sociedad civilizada? Si la contestación es afirmativa debemos extirpar la violencia organizada a como dé lugar.
No será facíl, ni será placentero, pero por el bien de nuestros hijos y nietos, en último análisis de nuestra libertad, debemos hacerlo.
Y, no deberíamos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy.

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Patria Embrutecida |
Suscita espanto e incredulidad advertir diariamente la ligereza y desconocimiento temario con que se manifiestan figuras del gobierno y del elenco parlamentario sobre los aconteceres diarios del país.
La patria se ha embrutecido al compás del deterioro intelectual y falta de criterio con que se manejan hombres y mujeres en los polos de decisión, presionados por la fuerza sindical en un país que ha hecho del fútbol su principal preocupación.
Pendientes de los nuevos técnicos de Nacional y Peñarol, y del enfrentamiento con Chile por las eliminatorias de la Copa del Mundo, a tambor batiente la prensa alimenta, no ya diariamente sino minuto a minuto la pasión del gol en un pueblo destruido y sumergido en la ignorancia, en donde los menos estudian y los más deambulan por la vida sin ilusiones ni horizontes aceptables.
Una rendija de esperanza, un refresco, aparejó el triunfo de la coalición multicolor, nave que peligra ir al garete en el mediano plazo, si tenemos en cuenta el estado sufriente de la ciudadanía debido a la desocupación y salarios miserables en su tercio.
El despilfarro de los dineros públicos se ha verificado incontrastable en un país con hijos y entenados, que tiene eje en un sistema político auto protegido, en donde todos cuidan del bolsillo de todos como principal preocupación, por encima de toda bandería y facción. Un tercio de la población vive por debajo de la línea de pobreza, y se ha denunciado públicamente que otros tantos o más cobran por mes lo que aquellos auto privilegiados en un día.
Esa grieta se irá cerrando cuando gobernantes y políticos emparejen para arriba al ciudadano. No para abajo, como ha practicado el gobierno que se va, mentiroso e incapaz desde el presidente de la república al último del escalafón. Del primero al último, parafraseando a Jorge Batlle.
El despilfarro y dilapidación de los dineros públicos trajo como consecuencia impuestos que hoy no se pueden pagar. Industrias fundidas; tambos cerrados, y desaparición diaria de grandes y pequeñas empresas en todo el país.
Con infinita paciencia, prudencia y rapidez, el nuevo gobierno deberá intentar, por lo menos, revertir la inseguridad ciudadana e igualmente el deterioro institucional, educativo y familiar en todos sus aspectos, con el contrapeso que supone la falta de idoneidad que exhibe el sistema político en su conjunto. La tarea, para salir del pozo, no admite fisuras.
La patria embrutecida tendrá que dejar paso a reformular la república. La reforma educativa no puede esperar más, en un entorno de violencia gremial y desconocimiento flagrante de las jerarquías, al amparo de una mal entendida y manipulada autonomía.
Ricardo Garzón |
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Se Dice
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Que con ponderable acierto el gobierno entrante se propone modificar la gobernanza de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
Que los consejos desconcentrados (Primaria, Secundaria, Técnico Profesional, y Formación en Educación) pasarán a ser direcciones unipersonales y los directores de cada consejo pasarán a formar parte del siempre desautorizado y estéril Codicen.
Que la futura ministra de Vivienda, Irene Moreira, afirmó que en la cartera a la que ingresará el 1° de marzo hay “algunos números maquillados”, y que en los últimos años han crecido “vertiginosamente” los asentamientos en el país.
Que ha sido todo un reconocimiento a su brillante trayectoria en nuestro país y en el exterior, la designación de Remo Monzeglio como Subsecretario del Ministerio de Turismo.
Que en su primera reunión, la futura cúpula del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) discutió con la ministra interina Ana Olivera sobre la internación compulsiva y sobre el aumento de la gente en situación de calle, sobre todo en Montevideo.
Que el ministro de Trabajo Ernesto Murro dijo que los consejos de salarios van a cambiar “para peor” con el gobierno de la coalición multicolor.
Que en el curso de una entrevista periodística dicho secretario de estado aventuró que la administración de Lacalle Pou utilizará la técnica de ir vaciando las cosas importantes para la gente para favorecer a los ricos.
Que con el gabinete ministerial confirmado, el gobierno electo acelera la definición de lo que será su primer proyecto a enviar al Parlamento: la ley de urgente consideración.
Que para el presidente electo esa ley será muy popular y menos resistida por la población de lo que el Frente Amplio ha pretendido instalar en la opinión pública.
Que tres noticias argentinas pusieron en estado de alerta a empresarios y gobernantes uruguayos: la modificación del esquema de impuestos a las exportaciones del agro; la propuesta de gravar con un tributo de 30% los gastos de las tarjetas de crédito y débito realizados por los argentinos en el exterior, y la decisión de gravar a una tasa del 30% la compra de dólares para atesorar, buscando desalentar el ahorro en divisas.
Que Julio María Sanguinetti planteó que los tiempos que vienen no serán sencillos para el nuevo gobierno, y que no cabe alentar falsas expectativas dado que la casa no está en orden; las cuentas no están al día, razones por las cuales el país debe hacer un enorme esfuerzo de recuperación para poder mirar el futuro.
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