|
No hace al universo frenteamplista que está mostrando las uñas, alentar ni promover la existencia de instituciones privadas de enseñanza en el Uruguay. Ni tampoco públicas con cierto nivel de exigencia, dado que, si hubiese celo y compromiso educativo con la población, la Udelar exigiría exámenes de ingreso a aquellas carreras o posgrados que estén ostensiblemente superando las exigencias del mercado, con el ahorro que supone racionalizar la enseñanza universitaria en el Uruguay.
Tampoco debe sorprender al universo opositor, por cierto limitado, inoperante y confuso, que algunos dirigentes del FA, no todos promotores de la iniciativa, pero sí todos en la misma bolsa socialista, sigan poco a poco, sostenidamente, corroyendo las bases en que se asienta la democracia uruguaya desde los tiempos independentistas.
En el ámbito educativo, la consigna de destrucción ha sido y es sistemática. Alcanza y sobra para educar a los ciudadanos la enseñanza pública, en franco deterioro. Los estudiantes egresados de sexto año escolar apenas si saben leer, y no entienden ni comprenden lo que leen.
La deserción masiva que se advierte a partir del tercer año escolar viene de perillas para confinar en la pobreza y mediocridad a la ciudadanía en general, alejando por derecha toda forma de consumismo y progreso. A través del delito, sin embargo, es posible acceder a otros niveles de vida, en donde el narcotráfico y sus actividades satelitales llevan ominosa delantera.
Fresco, fresquito, el caso de Argentina, país de corrupción que ha cobijado el narcotráfico.
¡Cómo será la cosa que Jhon Jairo Velásquez Vásquez, (Popeye) sicario privilegiado de Pablo Escobar, supuestamente arrepentido luego de purgar una condena superior a los veinte años en cárceles de máxima seguridad de Colombia, y quien ha confesado ser el autor individual de más de 300 asesinatos directos y de su mano en las décadas de los 80 y 90, acusa y desnuda hoy el Cártel de los Kirchner y de “la rata Cristina”, (textual), desde Youtube, redes sociales y medios de comunicación, y alerta al mundo lo que sucede en nuestro vecino del Plata, con obvias e incontenibles ramificaciones a sus vecinos circundantes!
Entorpecer, amojonar, obstruir la gestión de las universidades privadas, acelerando etapas del vacío educativo que se viene observando y acentuando desde que el Frente Amplio gobierna en el país, es un eslabón más de la cadena que alienta la ignorancia, sin que a nadie se le oculte que en los barrios periféricos de las capitales departamentales, en franca contraposición, anida y se desarrolla el narcotráfico en todas sus manifestaciones y contravenciones varias. Después, resulta claro concluir que este gobierno frenteamplista, al amparo de mayorías parlamentarias ideologizadas, afines e incompetentes, seguirá su derrotero de embrutecimiento y destrucción en colegios y liceos privados. Inclusive, en aquellos que están brindando servicios gratuitos en zonas carenciadas. Los atisbos están. Por ejemplo, en la respuesta de la diputada Gelman, contestándole al profesor Mir: “es un tema ideológico”.
Puntualmente, desde el Ministerio de Economía, -la cartera de los desaciertos a troche y moche desde que el Frente Amplio accedió al gobierno-, se ha dicho que esa Secretaría de Estado, de bastón y galera, tratará de “convencer a diputados y senadores para que no voten el proyecto que impide a las empresas descontar impuestos por hacer donaciones a los centros de estudios universitarios privados”.
En el rumbo confusionista al que hacemos referencia, cual juego del Ta Te Ti, se prueba la masita y se declara con cierta solemnidad que el proyecto “podrá salir en Diputados, pero en el Senado no”. ¡Qué alivio...!
Paraguas abierto que se suma a todas las mentiras difundidas y denunciadas en estos últimos períodos de gobierno, sin que Astori ni el Presidente de la República se pongan colorados.
No debería sorprenderse el rector de la Universidad de Montevideo, cuando sostiene: "esto es sorpresivo, inentendible y discriminatorio”.
No señor; ni sorpresivo, ni inentendible, ni discriminatorio.
Para quienes no le perdemos pisada a lo que están haciendo, la verdad de la milanesa es que hay sectores del partido de gobierno que de cualquier manera pretenden interferir en la vida ciudadana. Y lo han logrado con parsimonia y tenacidad. Veamos: que van a espiar las cuentas bancarias; que están en condiciones de espiar todas las llamadas telefónicas, tanto sean de la telefonía fija como celular; que van a espiar los gastos con tarjeta de las familias uruguayas, que van a espiar los ingresos y egresos de la población; que proseguirán inalterables los aumentos periódicos en la tabla de impuestos de todo tipo y color; y que van a investigar si se gasta tanto y cuánto en los supermercados y otras empresas, y de igual manera cómo se acompasa el gasto consecuente en función de los ingresos, sueldos y pasividades, etcétera, etcétera.
Abruman al país, aunque gracias a una oposición festiva y al triunfo de la propia ignorancia que generan, tienen los votos.
Por consiguiente y en consecuencia: ¡sigan adelante!
Ricardo Garzón

|