Edición Nro. 1978 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 5 de agosto de 2016
 
 
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HOY ESCRIBEN f
Agustín Tajes 
Cada vez peor
En estas últimas semanas hemos estado compartiendo una serie de notas sobre las inconstitucionalidades e ilegalidades ( de todo tipo y calibre) que ha cometido el gobierno progre populista respecto al impuesto a las pasividades, conocido como IASS, que ahora se apresta a redoblar, con un aumento al mismo en la próxima rendición de cuentas.
También, en ese tenor, está la cuestión de una reforma a la caja militar, con un nuevo IASS (aunque le llamen eufemísticamente algo así como: “aporte compulsivo al Servicio de Retiros y Pensiones de las FFAA) a los retirados y pensionistas militares, más inconstitucional aún, ya que a todo lo que hemos estado denunciando, se suma una doble imposición con la misma finalidad.
Pero todo eso, que sin duda perjudicas a los pasivos, tanto civiles, como militares, hecho de manera arbitraria (ha trascendido que Tabaré habría dicho que sabe que es inconstitucional, pero que igual lo van a hacer), lo más grave que nos muestra, es el evidente desprecio al estado de derecho, por gente para quien el fin justifica los medios o, como decía Lenin, es moral si ayuda a la causa.
La diferente vara que usan para medir un mismo proceder, según el color de los autores, ha  hecho que groseros actos de corrupción sean considerados “meras desprolijidades” o lo que ayer criticaban ácidamente, hoy se haga con total desparpajo. En la oposición Astori decía que no conocía país que gravara al salario o las pasividades y hoy eso lo considera esencial para “consolidar los logros”.
¿Qué logros? En el mejor momento de la economía global, que nos permitió gozar de una bonanza inédita, se han despilfarrado los recursos y no se ha hecho una sola obra de infraestructura para el desarrollo y la famosa reducción de la pobreza, ahora se ve que era sólo maquillaje y que apenas bajó un poco la actividad económica, son más aún, los que se encuentran en esa situación.
Dentro de ese panorama, hemos visto que en esta década desperdiciada, un factor muy importante, que no sólo nosotros sufrimos, sino que en todos los países controlados por el Foro de Sao Paulo, ha pasado lo mismo y con el mismo principio, tan caro para el Pepe. En efecto, enancados en que “lo político está sobre lo jurídico”, los desatinos progre populistas, han ido llevando a sus naciones al borde del precipicio institucional y han sustituido a la democracia republicana y liberal, por una seudo democracia, que en los hechos funciona casi como una dictadura.
Claro que en pleno auge de esa década, los gobernantes del FSP se reunían de manera aparatosa, creaban organismos como la UNASUR o la CELAC, pretendiendo sustituir a la OEA dejando afuera a los EEUU y Canadá. Ya casi han desaparecido.
Hoy las cosas vienen cambiando y en los dos países más importantes del área soplan otros vientos, que apuntan a enfocar sus políticas en los intereses reales de sus naciones, en lugar de la afinidad ideológica con los demás gobiernos del bloque.
Es paradójico, porque hace muy poco, se juntaron los dos grandes del barrio y utilizaron al Pepe para hacer entrar a Venezuela en el Mercosur, en un acto vergonzoso, de manera totalmente e ilegítima y hoy, que el país caribeño ha dado muestras de haber multiplicado su conducta antidemocrática (que ya evidenciaba entonces)  esos mismos países son los que quieren que se le aplique la cláusula democrática.
Claro que una vez más, nuestro gobierno pone lo político (ideológico) sobre lo jurídico y no sólo apoya a Venezuela, sino que quiere traspasarle la presidencia pro témpore en contra de la opinión de Paraguay y Brasil, a la que Argentina le suma una opinión de inconveniencia.
El Presidente Macri ha manifestado que en un momento, en que se busca avanzar en un Tratado de Libre Comercio con a Unión Europea, no sería lo más conveniente tener a Venezuela a cargo de esas negociaciones. Y sin duda que tiene razón. Ya nuestro progre populismo – obedeciendo las órdenes del Plenario del FA -   dejó “pasar el tren” de un TLC con los EEUU y en manos de Maduro eso sería un desastre.
No obstante, nuestro gobierno dice que le va a traspasar la presidencia a Venezuela, le guste o no a los otros miembros del bloque.
Una vez más (y voy a usar una expresión no muy delicada, pero sí muy gráfica) orinando fuera de la escupidera.
Van a decidir por cuestiones ideológicas, en lugar de defender los intereses del país. Se puede entender que en el pináculo de la euforia forista se hayan sumado a esa corriente, pensando que era la ganadora. Pero resulta que ahora, no sólo viene en picada, sino que la propia Venezuela nos ha clavado como a un zapato en un montón de negociados (nada trasparentes, por cierto) y lo último que deberíamos hacer, es seguir por ese camino que sólo nos lleva al desastre.
La cosa pinta muy feo, en lo interno, como decía al principio, pisoteando la Constitución y todo el marco jurídico, para seguir sangrando a la clase media. Y en lo externo, también de manera desprolija - una vez más – apoyando a un gobierno despótico, que fue derrotado abrumadoramente en las elecciones parlamentarias, al punto de perder los 2/3 de la Asamblea Nacional, sólo porque el ala radical – que es la que manda – de la fuerza política que nos gobierna lo dispone, aunque ello vaya contra los reales intereses del país.
Lo peor, es que esto no tiene pinta ninguna de que vaya a cambiar.
Michael S. Castleton - Bridger
Los de afuera son de piedra
Las recientes elecciones internas de Frente Amplio tuvieron un resultado inesperado para muchos.
En efecto, es seguro decir que la mayoria de los uruguayos no miembros de esa colectividad política  pensaban que el triunfador iba a ser algún representante de la ‘izquierda’ más ‘irresponsable’ dentro de la enorme cantidad de matices que encierra el conglomerado de izquierdas.
Muchos pensábamos que el FA iba a caer irremediablemente en manos de los populistas neo- marxistas incompresiblemente fieles al nefasto Sr. Mujica Cordano, con todo lo que ello implica.
Pero no, en una elección de baja concurrencia con respecto a las elecciones anteriores triunfó un respresentante de la ‘izquierda’ más moderada, más social democrata si se quiere, en la persona del Dr. Miranda.
Sin duda se pueden tener enormes discrepancias con este joven curial en muchísimas áreas , de eso no puede haber duda alguna, pero, tampoco puede haber duda alguna sobre sus buenas intenciones equivocadas o no, ni sobre su excelente formación jesuítica que bien lo diferencia de la mayoría de los integrantes de su partido.
Muchos analistas hablan críticamente de la baja votación en estos comicios internos de la izquierda vernácula. Para el que escribe debe ser al revés la cosa ya que la baja votación está demostrando a las claras de la falta de entusisamo que la oferta polítca de FA despierta en una buena parte de su electorado más leal, el que normalmente se presta a esta gimnasia electoral interna.
Otros hablan con sorna de que entre los votantes hubieron más votos en blanco que votos a los candidatos. Esto tampoco es mala cosa porque de alguna manera esos militantes están expresando su malestar con, por lo menos , la pésima gestión del Sr. Mujica Cordano y sus secuaces cuando no con toda la dirigencia del conglomerado de izquierda.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los resultados de la elección interna del FA han demostrado que ese conglomerado mantiene gente , y no poca, que retiene su capacidad de autocrítica y aparentemente no maneja sus creencias políticas como dogmas de fe, cosa tan frecuente en las mal llamadas izquierdas.
En realidad las elecciones internas del conglomerado Frente Amplio son eso, internas, y los de afuera somos de piedra.
Sin embargo es alentador pensar que todavía hay lugar para la discusión sensata e inteligente en el Uruguay y que no todo termina en una insalvable  ‘grieta’ como se han dado en llamar las distintas visiones de sociedad y pais en el caso de nuestros primos al sur.
La ‘derecha’  no es toda buena ni tiene siempre la razón , lo mismo vale para la ‘izquierda’.
Mientras la mayoría de los uruguayos pensemos así, habrá esperanza para nuestra patria.
Qué así sea ,nos lo debemos, se lo debemos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.
Alberto Medina Méndez
Aprobando
el despilfarro

Es habitual escuchar frente a los más resonantes casos de corrupción frases hechas que repiten aquello de que el funcionario que roba se queda con los impuestos de la gente que los paga para que el Estado funcione.
Nadie en su sano juicio podría aseverar lo contrario. Los contribuyentes aportan una parte importante de su esfuerzo personal tributando. Cuando un corrupto se apropia de algo indebidamente, se lo ha quitado efectivamente a la sociedad de un modo inmoral e inaceptable.
Cabe en ese contexto una comparación incómoda pero igualmente válida. La corrupción no es la única fuente de derroche del dinero de los ciudadanos. Existen muchas y variadas formas de tirar recursos a la basura con desprecio y descaro que cuentan con el aval implícito de todos.
Cuando en una oficina estatal, por relevante que sea la supuesta tarea que se encara, se identifican más agentes que los necesarios, que cobran salarios inexplicables, gozando de privilegios especiales, con permisos extraordinarios, largas licencias, un ausentismo irracional y una productividad más que cuestionable, nadie parece horrorizarse demasiado.
A eso habría que agregar que aquellos que tienen la "bendición" de ser personal permanente son intocables ya que nadie los puede despedir. Su estabilidad nunca está en juego. Sus incentivos para hacer lo correcto, ser gentiles, eficientes y rendir al máximo están definitivamente relajados.
Mejor no preguntar demasiado acerca de que gobernante o funcionario jerarquizado de turno les otorgó ese beneficio, en que época y bajo qué circunstancias, porque es probable que todo haya sido poco transparente.
Es bastante difícil de comprender la lógica cívica de este tiempo. El dispendio parece tener diferentes categorías y entonces por un lado están las dilapidaciones de recursos aceptables y por el otro las inadmisibles.
No es indispensable ser un economista experimentado para darse cuenta que se gasta mucho más dinero de los contribuyentes en el despilfarro cotidiano del empleo estatal, que cuenta con la aprobación de la sociedad, que en la consabida corrupción que tanto escandaliza, a la que se le dedica largas prédicas y enormes espacios en los medios de comunicación.
Vale la pena recordar que la causa de muchos de los problemas que se atraviesan en el presente tiene que ver precisamente con el excesivo peso del gasto estatal. Sus fuentes de financiamiento no son inagotables. Impuestos, emisión monetaria artificial o endeudamiento son las únicas alternativas y todas salen invariablemente del bolsillo de las personas.
La ciudadanía está convencida de que es imprescindible encarcelar a los corruptos, eliminando esa aberración que tanto daño hace. Últimamente se ha insistido inclusive en la necesidad de recuperar lo robado para que los corruptos devuelvan el botín con el que se han quedado.
Sin embargo, a los ciudadanos no parece molestarles tanto ese otro despilfarro que gotea todos los días, con oficinas improductivas, empleados que sobran, gente que sigue parasitando para vivir de los demás. Algunos tienen todavía algo de pudor y tratan de disimular haciendo que trabajan, justificando horas de presencia estéril y cumpliendo el reglamento.
Claro que generalizar siempre es un riesgo. No faltará el que intentará defenderse corporativamente, siendo parte del sistema y haciendo gala de una escasa ecuanimidad. Ellos dirán que muchos trabajan bien, son eficientes e imprescindibles. Es posible que tengan razón, aunque si conocen de la existencia de abusos y excesos bien podrían denunciarlos en vez de ser cómplices de tanta indignidad a su alrededor.
Lo cierto es que cuando alguien plantea que sobran empleados estatales, que se podría funcionar de un modo más profesional, bajo un esquema en el que impere el merito y solo asumiendo la cantidad de colaboradores que se precisan, aparecen entonces una avalancha de justificaciones para argumentar la inviabilidad de cualquier cambio.
Están los que se enternecen y dicen que si se despidiera a los que sobran, a los menos eficaces, muchos quedarían en la calle sin trabajo. Es probable que esa hipótesis sea correcta aunque tampoco es una certeza. Lo que es evidente es que la sociedad admite que son muchos e ineficientes y parece estar dispuesta a aceptar ese dislate subvencionando ese disparate.
Tal vez sea tiempo de dejar de lado la hipocresía y buscar algo de coherencia entre el discurso y la acción. No parece razonable ofenderse por la corrupción argumentando que es el dinero de todos, y cuando de ineptitud y prerrogativas se trata, aceptar todo con resignación, como si fuera algo demasiado diferente.
No hay dilapidación de dinero de primera y de segunda. En todo caso existe una forma de derrocharlo que goza de una desaprobación total, como el de la corrupción, y otra más laxa y condescendiente, que viene de la mano de ese interminable barril sin fondo que es el inservible empleo estatal.
La próxima vez que alguien se queje de la inflación descontrolada y las tarifas de los servicios públicos, de la enorme carga impositiva y la eterna deuda de los gobiernos, será importante refrescar esta consciente decisión de quienes esperan que todo cambie pero siguen avalando estas nefastas prácticas contemporáneas que minan el presente y destruyen el futuro.
Nada cambiará demasiado si la sociedad no está dispuesta a revisar en serio sus profundas creencias. Aborrecer la corrupción es una decisión inteligente, pero existen otras perversiones que siguen vigentes y cuentan con la anuencia de una sociedad que continua aprobando el despilfarro.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.























 



   



AGOSTO de 2016

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LA ERA DEL HIELO CHOQUE DE MUNDOS


SI DIOS QUIERE


IL TROVATORE, DE VERDI,
OPÉRA NATIONAL DE PARIS


IOLANTA - EL CASCANUECES, DE TCHAIKOVSKY,
OPÉRA NATIONAL DE PARIS


RIGOLETTO, DE VERDI,
OPÉRA NATIONAL DE PARIS




  I CAPULETI E I MONTECCHI, BELLINI - LICEU


La temporada 2016 incluirá siete títulos de Opera y tres de Ballet.  También se agregan nuevos escenarios:  además de la Opéra National de Paris,  este año recibimos importantes producciones desde la Scala de Milan, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Festival de Salzburgo.  Y por último, anunciamos que, a pedido del público, ampliamos los horarios de manera que cada pieza será exhibida dos veces: un martes de cada mes a las 16hs y un jueves a las 19hs.
Para quienes aún no han tenido la experiencia de asistir a una Ópera o Ballet en cine, los invitamos a comprobar que dado que las salas están dotadas con tecnología de alta definición y con sonido íntegramente digital, el espectador podrá sentirse parte del evento, tal como si estuviera sentado en el mejor lugar de la platea y apreciar las excelentes puestas en escena y la distinguida calidad artística que ofrecen estos destacados teatros.  
 

Las entradas tienen un costo de $390 y podrán ser adquiridas de forma anticipada en la boletería de Life Cinemas Alfabeta (Barreiro 3231 esq. Berro) y por la web, www.lifecinemas.com.uy

·                 Martes 9 de Agosto, 16hs : Il Trovatore (Verdi) – Opéra National de Paris 

·                 Jueves 18 de Agosto, 19hs : Il Trovatore (Verdi) – Opéra National de Paris

·                 Martes 6 de Setiembre, 16hs : Iolanta / El Cascanueces (Tchaikovsky)– Opéra National de Paris

·                 Jueves 15 de Setiembre, 19hs: Iolanta / El Cascanueces (Tchaikovsky)– Opéra National de Paris

·                 Martes 18 de Octubre, 16hs: Rigoletto (Verdi) – Opéra National de Paris

·                 Jueves 27 de Octubre, 19hs: Rigoletto (Verdi) – Opéra National de Paris

·                 Martes 15 de Noviembre, 16hs: Los Capuleto y los Montesco (Bellini) -  Gran Teatre del Liceu, Barcelona

·                 Jueves 24 de Noviembre, 19hs: Los Capuleto y los Montesco (Bellini) -  Gran Teatre del Liceu, Barcelona  

 


 

 
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