Mientras debatimos -y con razones más que suficiente y pruebas notorias y notables a la vista- sobre la trazabilidad de un motor del 737 de Alas-U (recordando que esas carencias llevaron, 20 años atrás, a vender a la FAB y a precio de chatarra el Boeing 707, entonces en excelente estado, de Pluna).
¡Los uruguayos no nos podemos dar el lujo de la miseria! No podemos perder o dejar de lado una potencialidad tecnológica recién adquirida y de enorme proyección regional, como es el know how compartido entre BQB y la Aviación Naval, en materia de aeronaves ATR.
Esta nueva capacidad, recientemente desarrollada, que ha permitido mantenimientos programados cada vez más complejos (y hasta hace poco, raramente posibles en Uruguay) abre un mercado de aviones comerciales con centenas de ejemplares volando en Iberoamérica, inclusive creciente, luego de las opciones de Avianca y Tame por el modelo, sumadas a recientes incorporaciones en la Amazonia brasileña y algunas próximas en determinadas cargueras de Brasil.
El impasse de BQB y su promitente venta al grupo boliviano Amaszonas -que como anillo al dedo llega a rescatar líneas aéreas y fuentes de trabajo eliminadas de un plumazo por una impericia presidencial en julio de 2012 (asesinato de Pluna en el país más antiaeronáutico de América)- no puede opacar esta faceta tecnológica, que despierta la curiosidad comercial del Cono sur; nos aporta un insumo tecnológico de primer mundo; suscita el apoyo de la Cámara de la Industria Aeronáutica, y genera muy necesarios ingresos para las Fuerzas Armadas, además del aggiornamiento académico consecuente.
En este momento, concentradas las líneas de mantenimiento ATR en la aerolínea brasileña Azul (mayor usuario continental de ATR), en los talleres riograndenses de TAP M & E, en las capacidades que pudiera desarrollar Avianca, y en la mexicana Aeromar –que dicho sea de paso, quiso vender viejísimos ATR a BQB…- hacen falta unidades para inspección mayor de esta serie en toda América.
Las instalaciones y personal aeronaval se están certificando ante la Dinacia, y BQB había solicitado su homologación para estas tareas. Inclusive, meses atrás, ya alguna línea de Brasil había sondeado a la Aviación Naval al respecto….
Si este negocio continúa y prospera, no serán solamente los marinos los beneficiados, sino que puede haber trabajo para determinados proveedores, contrataciones de técnicos e ingenieros, alojamiento permanente de delegaciones extranjeras en Maldonado, etc.
Conservar y potenciar esta posibilidad, la mayor a nivel tecnológico-aeronaútico surgida en los últimos 30 años (a la que además se le podría agregar el sobrado know how aeronaval en materia de las popularísimas aeronaves ejecutivas Beechcraft King Air y el viejo proyecto conjunto con Sema para instalar en Punta del este una unidad especializada en Boeing 737 de las series 100 a 500) depende de la visión y el coraje de autoridades e interesados. Ahora: un imperdonable error u omisión, sería absurdo e inadmisible…
Javier Bonilla

|