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AVIACIÓN COMERCIAL - TURBINAS DE LA PRENSA
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EL PAÍS - ESPAÑA |
La crisis de Boeing cuestiona la credibilidad del regulador FAA |
- La FAA defiende el papel de la agencia en la certificación del modelo 737 MAX accidentado
La agencia que regula en Estados Unidos la seguridad del transporte aéreo (FAA) participó directamente en el aprobado del sistema de control de vuelo implicado en los dos accidentes que sufrió el B737 MAX. El administrador en funciones de la agencia, Daniel Elwell, trataba así de aplacar las críticas tras la publicación en algunos medios de que habían delegado el proceso de certificación en el fabricante Boeing. Admitió también que la moral en la agencia es baja por la crisis de credibilidad que afronta.
Elwell explicó que llevó cinco años certificar el B737 MAX y que sus especialistas participaron en las pruebas de vuelo. Reconoció, sin embargo, que se debería haber informado mejor en el manual de vuelo sobre el sistema de estabilización conocido por las siglas MCAS. Y dejó claro que solo volverá a volar “cuando el análisis” de la solución que aporte Boeing —que espera que llegue la próxima semana— “indique que es absolutamente seguro”.
El demócrata Rick Larsen, que preside el subcomité, dijo que la FAA tiene un “problema de credibilidad” que debe resolver. “Si el público no se siente seguro, no volará”, advirtió, al tiempo que defendió la adopción de cambios en el proceso de certificación para preservar a EE UU como el patrón global en la seguridad aérea. El republicano Sam Graves apoyó que se reexamine el sistema, pero “basándose en hechos y no en el pánico”.
Durante las últimas semanas se conoció, gracias a investigaciones de la prensa, que los responsables de la FAA no supervisaron debidamente la seguridad del sistema de control de vuelo del B737MAX. Un informe preliminar realizado por el propio regulador, al que tuvo acceso The Wall Street Journal, señala en este sentido que en el proceso de certificación se dependió en exceso en el propio análisis que hizo Boeing del programa informático que gobierna el avión.
Elwell explicó en su intervención que el MCAS no supone un cambio crítico en el sistema de control del vuelo. Al mismo tiempo señaló que el indicador que alerta de una discrepancia en la lectura de los sensores no es un componente crítico para la seguridad del avión. “Es buena para el mantenimiento”, dijo.
El accidente de Lion Air fue el primero que sufrió el B737 MAX desde que entró en servicio hace dos años. Se precipitó al mar durante la maniobra de despegue. La investigación preliminar determinó que el MCAS forzó que el avión bajara el morro por un error en la lectura del sensor que mide la inclinación. Cinco meses después, un avión operado por Ethiopian Airlines sufrió el mismo problema.
Presión de los pilotos
Los pilotos llevaban tiempo alertando de los problemas con el sistema de vuelo del nuevo B737. Lo hicieron de manera anónima y también directamente a los responsables de Boeing. Algunos aviadores de American Airlines pidieron expresamente cambios tras el primer accidente de Lion Air, en el que fallecieron las 189 personas a bordo. Eso fue cuatro meses de que se estrellara en circunstancias similares el avión de Ethiopian Airlines, en el que murieron 157 personas.
De acuerdo con una grabación revelada por el The New York Times, se emplazó al fabricante a que presionara al regulador para emitir una directiva de emergencia alertando del problema. Eso habría requerido a las aerolíneas que operan el B737 MAX a adoptar acciones inmediatas para garantizar la seguridad. Pero aunque el directivo explica que pudo haber un fallo en el sistema informático, se consideró prematuro porque no estaba claro que hubiera sido el factor clave.
La suspensión de vuelos del B737 MAX dura ya dos meses. El fabricante se concentra en determinar con los reguladores cómo solucionar el problema para que su modelo más popular tenga autorización para volver a volar, algo que no se espera hasta finales de julio o agosto. En abril no recibió un solo pedido para este avión, que representa una tercera parte de los ingresos de Boeing.

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¿Última elección? |
Cualquier similitud con la realidad política y social del Uruguay
es mera coincidencia
¿Suicidio o frustración?
(Por Germán Fermo) Noto mucho argentino frustrado con intención de castigar a un gobierno sin comprender que en este 2019 irónicamente y aunque duela, lo menos relevante es la economía. Estas elecciones son las más importantes que jamás hayamos enfrentado pero a la vez, las más sencillas. La decencia debe oponerse a la dictadura K porque sin decencia no hay libertad posible y sin ella simplemente, no tiene sentido vivir. En esta elección se dirime un aspecto abismalmente esencial y ético: el Presidente Macri garantiza institucionalidad y libertad, mientras que el kirchnerismo nos lleva a una esclavizante dictadura de izquierda. La diferencia entre ambas alternativas no podría ser más abrumadora y obvia. Basta solo con resaltar a un ejército K que defiende la dictadura militar de Maduro ignorando el testimonio de miles de venezolanos exiliados en Argentina como para imaginar lo que esta gente podría hacer en su retorno con las libertades cívicas del resto de los argentinos. Votar en blanco, desentenderse y jugar la cómoda carta del enojado rabioso puede ser el error más trágico que hayamos cometido desde el retorno a la democracia y si les cabe alguna duda noten lo que le está costando a Venezuela escapar de la esclavitud. A los millones de argentinos decentes pero distraídos que todavía habitan este suelo me permito decirles que abran bien los ojos y no confundan frustración económica con suicidio democrático, la diferencia entre M y K es infinita. La Argentina de hoy exhibe una multiplicidad de problemas incubados desde 1945 y exacerbados especialmente en la era K, pero sin libertad no habrá solución posible, sin libertad la pobreza no hará otra cosa que crecer en manos de la tiranía. Todo dictador necesita de una horda infinita de pobres para lucrar con su desesperación y perpetuarse en el poder a cambio de unas pocas migajas. Por si todavía no lo hicieron, abandonen esa ingenua furia por unos minutos y observen el tormento de Venezuela. La realidad habla por sí sola y si vuelve el ejército K nos espera exactamente el mismo destino, Argentina dejará de ser libre. Despierten, porque si no lo hacen ésta será nuestra última elección.
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