Edición Nro. 2269 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 22 de julio de 2022
 
 
Inicio Contáctenos Ediciones_anteriores Agregar_a_Favoritos
VERSION PARA MOVILES
Todas_las Secciones AVIACIÓN_COMERCIAL_Y_TURISMO PLUMAS_ILUSTRADAS CARTA_DE_LECTORES MÁS_ALLÁ_DEL_RÍO_DE_LA_PLATA_-_ENFOQUES_COMPARTIDOS
CARTA DE LECTORES f
De primera mano, el caos en Heathrow
  • Es impresionante el caos de todo tipo en todas las terminales de dicho aeropuerto

Soy piloto de línea aérea; hace mas de de 30 años que trabajo en la aviación y conozco un poco del tema. El día 14 de julio embarco en vuelo de Iberia con destino final Londres
(Heathrow), una noche en hotel y continuo a Rwanda.
Hasta la llegada en horario a Londres todo bien. Luego del aterrizaje tuvimos que esperar unos 40 minutos por no haber lugar disponible para nuestro avión. Los problemas básicamente empiezan con la búsqueda del equipaje.
Resumiendo, desde las 08:30 hora local del aterrizaje hasta las 17:45 estuve tratando de saber qué pasaba con mi equipaje. Nadie daba una respuesta concreta ya que no hay personal de Iberia en la terminal de arribos y el responsable, que es British Airways, argumenta que ya no trabaja mas con Iberia y el equipaje no está en el sistema.
Idas y venidas entre una compañía y la otra determinó que nos fuéramos del aeropuerto sin poder tener una solución concreta.
Al otro día salgo para Rwanda para trabajar por unos meses ahí, sin valija, y sin una solución concreta. Solamente con una llamada hecha a un call center de Iberia donde se tomó el reclamo.
Dentro de la terminal de arribos, el mismo problema que tenía yo lo tenían cientos de pasajeros, cientos de valijas por todas partes, de todas las compañías, a la espera de que se ubiquen sus dueños y sean enviadas. Todos los sistemas de reclamos colapsados, demoras de todos tipo, cancelación de vuelos, hoteles llenos (con precios por las nubes), una noche de hotel cercano al aeropuerto 210 dólares la noche y más.
Los aeropuertos sin personal suficiente, al igual que las aerolíneas.
Resumiendo, en mi problema, Iberia me dice que el reclamo de mi equipaje lo debe hacer British, y de British me dicen que ellos no trabajan más para Iberia. Alguien miente, y en el medio el pasajero que quedó desprotegido.
Si por estos días se les ocurre venir a Londres, tomen sus recaudos.
Alberto López




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Crónica de otros tiempos
Calendario cívico
(Por Julio María Sanguinetti) El pasado 18 de julio el país volvió a celebrar su fecha histórica mayor, la de la jura de su primera Constitución en 1830. Y decimos mayor sin desmedro para la declaratoria del 25 de agosto de 1825, sin duda un hito relevante en nuestro proceso fundacional, pero que no significó la independencia plena de nuestra República: se precisaría de las gestas militares de Rincón, Sarandí y la patriada formidable de la campaña de las Misiones, para que finalmente se llegara a la Convención Preliminar de Paz que, en 1828, reconoció la existencia jurídica de nuestro incipiente Estado y formó el primer gobierno provisorio.

El hecho es que desde 2006 no se celebraba el 18 de julio, en la Plaza Constitución, en virtud de una infortunada desvalorización que los gobiernos frentistas hicieron de un calendario cívico que es de enorme valor en la cultura ciudadana.
Esta actitud coincide con una enseñanza de la historia que se ha sobrecargado de historia reciente, ha desvanecido el proceso constitutivo de la República y la conquista progresiva de su estructura democrática y sus valores más relevantes. Esto no ha sido inocente, sino que -por el contrario-se ha organizado para instalar un relato falacioso sobre el proceso de la caída en la dictadura. Ante todo, se disminuye el papel central del MLN con su irrupción violenta en una sociedad uruguaya que luego de años de paz, con sorpresa fue invadida por un mundo de secuestros, asesinatos y revuelta que, bajo la inspiración de la mística revolucionaria de Cuba, pretendía inscribirnos en esa utopía de triste final.
Sin la guerrilla nadie puede históricamente explicar de modo válido la irrupción militar. Nada disminuye la responsabilidad de los mandos militares que nos llevaron al golpe de Estado, pero tampoco se entiende su avance sobre los poderes públicos sin el protagonismo que le atribuyeron los movimientos guerrilleros. Ellos sacaron de los cuarteles a una fuerza militar que desde hacía un largo medio siglo acompañaba en orden la vida institucional republicana. No fue su propósito, naturalmente, abrirles esa oportunidad, pero el hecho es que le alfombraron el camino a los golpistas.
Ese relato también suele esconder otro episodio muy revelador que fue el apoyo del Frente Amplio al golpe en febrero de 1973. No se puede minimizar su enorme significado político: si las dictaduras son de izquierda, no importan las libertades... Podría pensarse que esto no pasó de ser un mal episodio de un mal momento, pero cuando medio siglo después se defiende el totalitarismo cubano y se cohonestan las dictaduras venezolanas y nicaragüenses, queda claro que ello define a una coalición de izquierdas en que los valores sustantivos de las libertades públicas no están en su identidad. Ni aun la dramática experiencia de lo vivido, le ha modificado sustancialmente ese pensamiento, que se reitera hoy en su visión de nuestra América Latina.
Las celebraciones patrias no son mera retórica. Son las ocasiones obligadas para que todo el sistema educativo las analice y sirvan de lección sobre los valores republicanos. Recordar nuestra primera Constitución es la celebración de todas las Constituciones posteriores, hasta la que hoy rige la vida del país. Todas ellas, con sus modificaciones sucesivas, nos han marcado el largo periplo de la vida institucional, al principio todavía más programa que realidad, en un Estado aun sin estructura, para ir alcanzando la plenitud posterior. Nuestra caída en 1973 y las claudicaciones que a derecha e izquierda se vivieron nos imponen una renovada docencia cívica hacia las nuevas generaciones. Hablar de democracia es hablar de Estado de Derecho, cuyo sustento es, precisamente, la Constitución.
Un párrafo merecen también las protestas que han acompañado normalmente a estos episodios. Son la parte molesta del ejercicio pleno de nuestras libertades. Decimos molesta, porque si todos tienen el derecho a expresar sus reclamos, no es democrático perturbar el normal funcionamiento de un acto serio con griteríos que pretenden impedir que quienes representan a la autoridad legítima puedan realizar actos imprescindibles para la vida cívica. Quienes así actúan, hoy por las vacunas, ayer y mañana por otras consignas, debieran actuar con el respeto que a todos nos imponen ese ejercicio de libertades. Habrá de buscarse el modo de que esas presencias no desvirtúen ceremonias que poseen un hondo contenido cívico.
En términos generales, el calendario cívico no es una mera formalidad. En todas las grandes democracias así se entienden. Sin ir más lejos, la celebración del 14 de julio en París, y este año los maravillosos fuegos artificiales en la Torre Eiffel, fueron la expresión jubilosa de una democracia que proclama su plenitud con alegría y convoca a la unidad popular. Así debe ser también entre nosotros, como fue en su tiempo.
(Nota que se comparte con Correo de los Viernes)

Crónica de otros tiempos

Lavalleja

"Pisan la frente del húmedo arenal Treinta y Tres hombres.
Treinta y Tres hombres que mi mente adora,
Encarnación, viviente melodía,
Diana triunfal, leyenda redentora
Del alma heroica de la patria mía".
Juan Zorrilla de San Martín

 

Minas fue su cuna. El año 1779 le vio nacer trayendo en su destino la grandeza y la gloria de los elegidos.
Luchó al lado del héroe máximo de nuestra historia, y junto a él combatió en Las Piedras el 18 de mayo de 1811. Sus hazañas le valieron el ascenso a capitán.
Siguió su trayectoria militar, unas veces derrotando al enemigo y otras, recibiendo el mazazo de la derrota.
En 1818 cae prisionero cuando se hallaba al frente de la vanguardia artiguista, en el Valentín, y fue enviado a la Isla Das Cobras donde sufrió terrible cautiverio que duró tres años.
En 1821 vuelve a la entonces Provincia Oriental y encuentra a Rivera sirviendo con los portugueses que habían dominado esta querida tierra, y en número de 33 hombres libres juran libertarla y echar fuera al enemigo invasor.
Y esa es la noche gloriosa del Desembarco de los Treinta y Tres, el 19 de abril de 1825.
Aún resuenan entre las arenas de las playas y de los bosques las patrióticas palabras de tremendo compromiso, que en versos del poeta dicen así: ”¿Juráis mis bravos redimir la patria, doquier siguiendo su gloriosa huella, y si es preciso perecer por ella, juráis mis bravos ante el mundo y Dios?” Y un solo grito que pobló la selva rodando al fondo por sus hondos huecos, responde al héroe en sus tridentes ecos: “Sí Lavalleja, ¡lo juramos, Sí!”
Sigue Juan Antonio Lavalleja su sucesión de triunfos que lo llevan hasta la declaratoria de la independencia el 25 de agosto de 1825, y la batalla del Sarandí el 12 de octubre del mismo año.
Muchas más fueron sus hazañas; muchas más relata la historia, y mientras haya uruguayos vivirá imperecedera la memoria de este jefe que entregó su alma a Dios el 22 de octubre de 1850.
María Luisa González Soria, 1953



 



 

 
Inicio Contáctenos Ediciones_anteriores Agregar_a_Favoritos
Directora: Doctora María Garzón
Administración y Redacción:
Edificio Torre de las Américas Apto.206, Calle 28 y Gorlero.
Punta del Este - Uruguay
Sitio Web optimizado para resoluciones 1024x768 y superiores.