- La Fuerza Aérea Brasileña, aparte de honrar sus aeronaves históricas en el memorial carioca y base aérea de Campo dos Afonsos, acaba de evitar mandar a un mal remate un viejo Boeing 707 -el último- negociándolo habilmente con una Fuerza Aérea amiga, en este caso la de Israel. Obtuvo 410.000 dólares, casi 9 veces más que lo que habría cotizado en una subasta para alguna metalúrgica. Negocio similar al que en 2011 una empresa de mantenimiento nacional, apoyada por la Cámara de la Industria Aeronáutica local, pretendió similar solución a la Pluna de Campiani, que ni siquiera se dio por enterada, aunque el directorio del Ente, en minoría, sí dio señales favorables.
- Ahora, el martillero, por dos inmorales mangos....!
En estos días supimos que, al igual que Brasil hizo con uno de sus antiguos 737/200 presidenciales (que, tanques de combustible extra mediante, supo recorrer el mundo), Argentina también destina a la memoria aeroespacial y estupendo entretenimiento infantil, otro modelo similar, ex Aerolíneas, que también supo ejercer como aeronave VIP, tras una larga historia operacional. Es un hecho que a ambos les sacaron el jugo y no terminaron herrumbrados en alguna pista vieja, como los nuestros, ineptitud política mediante.
Se trata de dos de los tres 737/200 Advanced que, negociados por el Coronel Ruben Acosta Beltrame en nombre de la FAU -que decidió destinar 50 millones de dólares de su presupuesto a seguir levantando la Pluna que correctamente gestionaban en lugar de equiparse internamente- se integraron a la flota de la línea aérea desde principios de 1982. Anecdóticamente, por una cantidad de dinero ligeramente mayor, Boeing ofrecía en promoción, si Pluna se hubiera tomado cliente de lanzamiento sudamericano del modelo, 3 de los primeros Boeing 737/300, los cuales se entregarían a fines de 1984, si el negocio cuadraba. Infelizmente, el entonces ministro de Economía y Finanzas -Valentín Arismendi- (como es habitual en sus colegas), vetó esta posibilidad que hubiera significado tecnológicamente mucho para la empresa.
Son los mismos aviones que -como chatarra y por algunas monedas- serán rematados el próximo 7 de agosto, luego de haber sido desprogramados maliciosamente por Campiani y sus secuaces, en 2007, para imponer los Bombardier CRJ 900 que aún estamos pagando, cuando aún tenían una vida útil previsible de 8 años más y, de disponer de reductores de ruido, junto a alguna actualización mínima, otros dos años adicionales, bien mantenidos. Además, ya estaban casi amortizados y, para el pasajero o el agente carguero, eran más adecuados que el moderno CRJ, que no soportaba ni viajeros altos ni corpulentos, ni cargas, aunque fuera mucho menos demandante de combustible, al fin y al cabo, un componente de la ecuación, no el único.
Al tener -como fue usual en la Pluna posterior al 20 de abril de 1985, o anterior a 1972- un directorio estatal (el presidido por el bancario Bouzas) no solo inepto, mal asesorado e ignorante en materia aerocomercial, al que se sumaban las mayorías parlamentarias frenteamplistas de yeso, nadie resistió esa decisión de Leadgate, que determinó que el primer gobierno de Vázquez asumiese la deuda del nuevo socio privado con el fabricante canadiense, aún con un mísero porcentaje gubernamental de 25% en la compañía. Se ve que el "genio" de Astori estaba durmiendo en la lámpara de Aladino ese día...
Muy pocos, igualmente, preguntaron por los 737, que, plenamente vigentes aún, comenzaron a herrumbrarse en Carrasco, sin siquiera trasladarlos a Durazno, Salto o Rivera para evitar corrosiones, o subarrendarlos, en tiempos que aún hubieran rendido. Se les hicieron trabajos de mantenimiento mayor, se invirtió, en esos meses, en estabilizadores y aviónica, hasta que se vendió un ejemplar a Méxcio, y se abandonó a los otros dos a su suerte... Un directorio estatal posterior más consciente -el presidido por Pasadores (alguien que aún en la interna frentista, cuestionaba la pasividad de su predecesor)- se mostró proclive, como ya dijimos, a considerar una idea de la firma uruguaya Sema-Mantilco en 2011, para vender, tras una concienzuda inspección, los componentes de esos aviones por separado, generando mucho más dinero que el previsible remate que hoy sufriremos, casi una malversación por negligencia... Y se sacará una miseria...
De integrarlos al Museo Aeronáutico, aunque sea en planchada... ni se ha escuchado! Eso sí, seguimos financiando a una inexistente Pluna Ente, a la que ni por decoro se le redujo el directorio (de 3 caros señores con sus choferes y secretarias) a un interventor liquidador, ni se mandó a los empleados a otros destinos, si los hubiere, o a su casa. A la vista está: sigue el despilfarro.
Javier Bonilla
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