Edición Nro. 2421 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 29 de agosto de 2025
 
 
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UN ARGENTINO ORIENTAL OPINA - ENFOQUES COMPARTIDOS f
Enrique Guillermo Avogadro
Las Guerras del Poder
  • “Los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. No lo hacen bien, no porque se equivoquen o por su ignorancia, sino a propósito”. Daron Acemoglu y James A. Robinson
Como bien sabemos, la semana estuvo marcada por las tentativas de la oposición en insistir, en Diputados, en la sanción de leyes – en especial, el demagógico aumento de jubilaciones y pensiones – que fueron vetadas por el Presidente. Pese a que triunfaron en el tema de la discapacidad, no pudieron lograr algo similar en lo que al aumento en las prestaciones sociales – jubilaciones y pensiones – se refiere. Nadie puede discutir la necesidad de llegar a un momento en que quienes, después de aportar por treinta años al sistema previsional, perciban un emolumento que les permita vivir con dignidad y llegar con cierta comodidad a fin de mes.
Pero que sean precisamente quienes saquearon las cajas y expropiaron a las AFJP, destinando los fondos a atender los despilfarros del Estado quienes impulsaron la iniciativa sin explicar de dónde saldrían los recursos necesarios para financiar ese aumento sin poner en riesgo el superávit fiscal, no puede más que definirse como flagrante hipocresía; basta recordar, al respecto, que cuando era Presidente Cristina Fernández, vetó la aplicación del 82% móvil, aduciendo que implicaba la quiebra del Estado. En el Senado fue peor aún el caradurismo explícito porque, mientras derogaban cinco decretos firmados por Javier Milei, en uso de las facultades delegadas, que reducían la hipertrófica burocracia gubernamental, se auto-aumentaban los sueldos hasta superar los diez millones de pesos mensuales. Lo dejó claro, involuntariamente, la Senadora Anabel Fernández Sagasti, cuando sostuvo la posición de “Unión por la Plata” (sic) kirchnerista.
Claro que gran parte de la responsabilidad de los fuertes cachetazos que recibió en el H° Aguantadero corresponde atribuirlo al propio Gobierno que, en ocasión de los cierres de las listas para las elecciones legislativas de octubre, dejó tantos heridos innecesarios, es decir, impericia política pura, acentuada por la escasez de cuadros propios de la que adolece en todos los niveles y que le impide cubrir tantas candidaturas con alguna racionalidad. Le corresponde, asimismo, cargar con la factura derivada de la guerra interna que se libra dentro del universo de La Libertad Avanza, con los habituales “carpetazos”, propios y ajenos.
No tengo dudas de que este tipo de cosas seguirá ocurriendo al menos hasta octubre porque la desesperación del kirchnerismo ante una derrota - ellos mismos la dan por altamente probable - en la Provincia de Buenos Aires se vincula directamente con el horizonte carcelario que aterra a sus líderes más notorios.
En ese sentido, no resulta menor la tan sospechosamente oportuna – tanto como la antes desconocida hiperactividad del Juez Sebastián Casanello y del Fiscal Franco Picardi - tormenta generada alrededor de los presuntos audios de Diego Spagnuolo, ya ex Director de la Agencia Nacional de Discapacidad, de los cuales surgiría una trama de corrupción que afectaría a Eduardo “Lule” y Martín Menem y,  sobre todo, a “La Jefe”, Karina Milei. Mientras cierro esta nota, no he oído explicación alguna del echado funcionario ni de la Casa Rosada, aunque ya ha habido decenas de allanamientos que buscan determinar si se trata, o no, de un episodio similar al que dio origen a la causa “Cuadernos” que, a partir del 6 de noviembre, comenzará a ventilarse en juicio oral, con Cristina sentada en el banquillo, rodeada de centenares de cómplices y empresarios “expertos en mercados regulados”.
Quienes confiamos en Milei para sacar a nuestro país de la sima a la que nos arrojó el kirchnerismo, lo hicimos porque creímos en la libertad que proponía y en el combate contra la siniestra casta que emprendería. Pero, si las denuncias de irregularidades y coimas que comprometerían a la hermana del Presidente se comprobaran, la reciente esperanza de los argentinos, esos que aún en medio de este ajuste tan doloroso lo seguimos apoyando y – estoy convencido – lo llevarán a la victoria en octubre, se transformarán de inmediato en una nueva y dramática frustración. Y habríamos reencontrado el camino de decadencia infinita que inauguramos en 1946; que ese año sea, precisamente, el de mi nacimiento permite entender la angustia que siento. Conservo grandes esperanzas de así no sea.
En otras latitudes, disgustos similares deberían estar afectando – si su extraña personalidad lo permitiera – a Donald Trump ante la actitud de su presunto amigo Vladimir Putin, a quien recibió, en condiciones francamente humillantes para los Estados Unidos, en Anchorage la semana anterior. Nadie suponía que lo allí conversado saldría a la luz, pero los gigantescos ataques de Rusia a Ucrania de estos últimos días no hacen más que confirmar que quien reina en Moscú no tiene intención alguna de dejar de avanzar – y en el camino masacrar a la población civil – sobre Kiev y lograr la anexión de gran parte del territorio de la nación invadida, la remoción de Volodimir Zelensky y la entronización de un gobierno títere que olvide cualquier aspiración de incorporarse a la Unión Europea, ni qué decir a la OTAN.
Tampoco su otro amigo – y de Milei – Benjamin Netanyahu le da alegrías; no sólo no detiene el avance de sus tropas en la Franja de Gaza, con el consiguiente incremento del sufrimiento de la población civil, sino que implanta colonias israelíes en Cisjordania. Con ello, amén de dar razones a Hamas para no rendir sus armas ni liberar a los rehenes del 7 de octubre de 2023 que aún conservan la vida en medio de torturas, garantiza su propia permanencia en el poder, ya que ningún país cambia de gobierno en medio de un conflicto armado, y debe tener bien presente lo sucedido con Winston Churchill tan pronto terminó la II Guerra Mundial.
Otro escenario que se va enrareciendo por días es Venezuela, ante el despliegue aéreo y marítimo que está realizando Washington frente a sus costas con el argumento de controlar el narcotráfico que asola a la población estadounidense. El sanguinario tirano Nicolás Maduro, que tanto ha intervenido en otros países de la región – recordemos, por ejemplo, las muchas valijas de dólares Wilson para solventar campañas electorales en todo el subcontinente – hoy se rasga las vestiduras porque los “gringos” han puesto precio a su cabeza y calificado a sus “Tren de Aragua” y “Cártel de los Soles” como organizaciones terroristas.  
En cambio, un gran suspiro de alivio recorre gran parte de Sudamérica desde el domingo pasado, cuando el primer turno electoral de Bolivia, donde todas las encuestas se equivocaron una vez más, confirmó que Evo Morales – y todo lo que ello implica - no volverá al poder, aunque sectores del MAS apoyen a Rodrigo Paz Pereyra para triunfar en el ballotage de octubre.



ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



DE CASA
El viernes 5 de setiembre no será editado Enfoques. Atendiendo a una invitación de colegas y parientes colombianos, nuestro consejero editorial Ricardo Garzón visitará las ciudades de Medellín y Cali, viejos aposentos del narcotráfico.
El asesinato del candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, hace tres meses, retrotrajo a la memoria de los colombianos las sangrientas décadas de 1980 y 1990, períodos caracterizados por el levantamiento en armas del narcotráfico, atentados, secuestros, terrorismo y ejecuciones, dispuestas entonces, con toda prioridad, por el Cartel de Medellín.
Hasta el 12 de setiembre, si Dios quiere.

Columna de Ricardo Garzón
SE DICE

Que echando el ojo sobre el devenir del país se advierte que el diputado Gustavo Salle es un formidable candidato para competir en el año 2029 por la presidencia de la república.

Que desespera advertir, décadas tras décadas, que la administración pública, ministerios, entes autónomos y servicios descentralizados difunden a grito pelado, voluntariosos e incompetentes, los proyectos que tendrían andamiento en el actual período de gobierno. Todo se traduce en un "vamos a hacer", cuando en los hechos no se hace nada, o casi nada.

Que dando razón al SE DICE que precede, al final de sus palabras en el acto conmemorativo por el bicentenario de la Declaratoria de la Independencia, finalizó Carlos Enciso, intendente de Florida: “Creo que estamos en una cruz de camino importante para poder salir y avanzar hacia un desarrollo integral sin falsas dicotomías, cumpliendo con aquellos libertadores, cumpliendo con el designio artiguista”, bla bla bla ...

Que en el año 2000, y seguimos con los SE DICE, -autenticados ellos-, el entonces presidente saliente Dr. Julio María Sanguinetti resumía con precisión la importancia del puente Colonia - Buenos Aires: "... hemos contado con el aporte del Banco Mundial en la fase previa para la realización de todos los estudios de factibilidad. Han participado los mejores técnicos del mundo y de nuestro país, y están todos de acuerdo en la conveniencia de la obra". Quedó el recuerdo. (Enfoques, Edición 26, enero de 2000)

Que diez años atrás, en los 90, el Ingeniero José Serrato anticipaba públicamente que en el año 2000 podría cruzarse caminando el puente Colonia-Buenos Aires. Hoy nos obnibulamos con el puente, aunque dudamos que esté pronto para el 16 de julio de 2050, centenario de Maracaná.

Que, en marcha atrás, la Administración Nacional de Educación Pública, ANEP, dejó sin efecto el componente de reconocimiento facial del plan de registro automático de asistencia estudiantil, informando las autoridades educativas que el plan piloto continuará con el testeo del registro de asistencia a través de la conexión de wifi y de una aplicación para celulares.

Que con el proyecto del tren tram descartado, -con lo de AFE bastar y sobrar-, el ministerio de Transporte "avanza" en la propuesta que había hecho en octubre de 2024 el Centro de Investigaciones Económicas. La iniciativa incluye dos corredores exclusivos de alta velocidad: uno por 8 de Octubre / Camino Maldonado y otro por Avenida Italia / Giannattasio. (¿Otro proyecto a incumplirse?)

Que tampoco se va a cumplir. Fue la última gran inversión vial anunciada por el anterior gobierno, cuando a diez días del balotaje el Ministerio de Transporte y la Corporación Nacional para el Desarrollo informaron la construcción del que sería el primer intercambiador de tres niveles para resolver el tránsito en la intersección entre las rutas 101 y 102.

Que la nueva administración conducida por Lucía Etcheverry ya resolvió que el intercambiador de tres niveles tampoco se va a hacer. La ministra se lo transmitió a la Intendencia de Canelones y la cartera está renegociando nuevas obras con el adjudicatario. ¡Viva la Pepa!  iVamo arriba!

Que para el senador García del Partido Nacional, el gobierno y el Frente Amplio se han transformado en una empresa de demoliciones; no tienen liderazgo, no tienen rumbo y por eso se han abrazado al enfrentamiento, al retroceso y a la revancha.

Que si seguimos, tenemos arriba de la cabeza a la pesca como espada de Damocles; al ministro de Trabajo convertido en ministro de los sindicatos; marcha atrás en cuestiones que atañen a la seguridad pública, y tirria para sacar a los militares a la calle, un disparate para la vicepresidenta de la república Carolina Cosse.

Que así vamos, prometiendo de todo y a todos, hasta el fin del período, en donde AFE constituye el mejor ejemplo de la desidia y abandono en la gestión, al punto que el Abogado Constitucionalista, Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de la República, Dr. Eduardo Lust, precisó oportunamente en cámaras que la mayoría de sus directores de todos los tiempos debieran haber ido presos.

Que este miércoles Milei tuvo que ser evacuado de emergencia durante un acto de campaña en la provincia de Buenos Aires, luego de que su comitiva quedara rodeada por manifestantes que, entre gritos e insultos, arrojaron piedras y otros proyectiles contra vehículos de su caravana electoral.

Que el ataque obligó a suspender el mitin y aumentó las tensiones antes de las elecciones provinciales del próximo 7 de septiembre y las legislativas de medio término que se celebrarán el 26 de octubre.

Que según la Universidad Torcuato di Tella, el Índice de Confianza en el gobierno argentino bajó de 2,45 puntos a 2,12 puntos en un mes, lo que representa una caída del 13,6%.

Que un informe jurídico solicitado por Frente Amplio afirma que Alfonso Lereté violó la Constitución de la República en su artículo 77 debido a que expresó "valoraciones de carácter político partidaria" cuando ya había sido designado como director por la oposición en la Agencia Nacional de Vivienda.

Que el senador frentista Daniel Caggiani consideró que el Partido Nacional debería solicitar la renuncia de Lereté y que en caso contrario su bancada le iba a pedir la "destitución inmediata" al Poder Ejecutivo. (¡Qué horrible!)

Que la ministra de Salud Pública sostiene que no puede ser que tengamos médicos con excesiva remuneración, y al mismo tiempo tengamos lista de espera en urología donde hay pacientes con riesgo de perder el riñón por pasar meses o años esperando.

Que la cartera está trabajando en revisar especialidad por especialidad, para ver cómo complementar con ASSE y el prestador privado en todos los departamentos, con una idea de remuneraciones compartidas.

Que aumenta el malestar en filas coloradas por la puja interna entre el sector de Bordaberry y el de Ojeda.
 

Que en el último debate presidencial, Yamandú Orsi afirmó que la reforma tributaria de 2007 resolvió “de una buena vez” el esquema impositivo de nuestro país, y en dos oportunidades aseguró que no aumentaría los impuestos en caso de acceder a la presidencia de la República.

Que Álvaro Delgado, desconfiaba, no le creyó, y alertó sobre determinados pasajes de las bases programáticas del Frente Amplio que “hablan de patrimonio, de renta y de impuesto al capital, y la verdad es que, cuando empiezan a dar esa vuelta, es porque te la van a dar”...

Que no se comprende el extremado celo de la coalición republicana en estar expectante de si el Frente Amplio cumplirá o no las promesas preelectorales que lo llevaron al gobierno, a la luz de los variados incumplimientos en que incurrió el gobierno que lo precedió en el cargo.

Que el impuesto a Temu, con fachada de apoyo a los empresarios "más ricos", no es otra cosa que morder y masticar la ganancia de todos; a semejanza de las maras, ya continentales, el modo legal de recibir dinero de las ganancias de los otros.

Que por su cuenta, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, dijo que el impuesto a Temu es una “decisión bien tomada” con el fin de “proteger el empleo uruguayo”.

Que la competencia es desleal, dijo el presidente del Frente Amplio Fernando Pereira: "yo compro por una plataforma que no paga flete y no paga IVA, y si voy al barrio de Arenal Grande [barrio Reus] tengo que pagar el IVA.

Que si bien reconoció que “es verdad” que en campaña electoral la fuerza política “prometió” no subir o agregar impuestos, Pereira aseguró que el gravamen a Temu “es necesario” porque es por una “cuestión de competitividad”.

 

Las raíces coloradas
Por Julio María Sanguinetti.  - Historia y política: cómo el Partido Colorado se forjó en la defensa de la libertad y la República.

Mucho se ha hablado de los partidos fundacionales, en estos días de celebraciones patrias, que durarán los cinco años que van desde 1825 hasta la Jura de la Constitución de la República en 1830 y la primera presidencia de Fructuoso Rivera. No es malo ni extraño hacerlo, porque su presencia es muy temprana en la configuración de nuestro Estado, y de sus definiciones y luchas nacerá nuestra República.
El artiguismo, en ese periplo que va desde 1811 hasta su aplastante derrota en 1820, dejó —sin embargo— un legado fundamental en el espíritu de quienes en su tiempo le siguieron: Rivera, Lavalleja, Estanislao López, Francisco Ramírez, más allá de los desencuentros que entre ellos tuvieron. Por eso no es posible pensar en el impulso federal argentino sin él, ni en Uruguay hablar de su republicanismo sin evocar nuestras Instrucciones del Año XIII, primer gran código institucional.
En nuestro caso, el Partido Colorado es el partido de Fructuoso Rivera; con él nace y se perfila, se definirá ideológicamente en el período de La Defensa y se transformará luego en un partido indisolublemente ligado al Estado democrático, que alcanzará en el siglo XX, con Batlle y Ordóñez, el apogeo de su reformismo. Este período, de tan profundos cambios, solo fue posible dentro de un Partido Colorado ya definido como liberal, laico, policlasista, de inclinación social, visión universalista y un humanismo filosófico que lo separará nítidamente del Partido Nacional.
Yendo a sus raíces, sobre las que el jueves pasado hablamos con Ana Ribeiro en nuestra Casa del Partido, las rastreamos en el Rivera artiguista. Allí se van produciendo las diferencias que afirman, de un lado y otro, una idea, un sentimiento.
En 1817 se vive un momento muy difícil, por la influencia porteña, que alienta la invasión portuguesa. Sarratea primero, Pueyrredón después, serán los que prefieran el dominio extranjero a la expansión de un artiguismo para ellos anárquico. Los ganaderos y comerciantes venían ya declinando en su apoyo, se sentían despojados, fatigados por el expolio de la guerra. Por eso los Oribe y Bauzá, contemplativos con Buenos Aires, chocan con Artigas y pactan con Lecor su salida del territorio oriental al frente de sus fuerzas de infantería y artillería.
Había también algo personal: un cierto resentimiento a la preferencia que Artigas le había conferido a Rivera y también el rechazo a una actitud en que seguía fielmente a Artigas: su permanente rechazo a la hegemonía porteña.
En 1820 se vive otro gran encadenamiento de la historia. Artigas está completamente derrotado. Lo han vencido los portugueses y su viejo aliado entrerriano, Francisco Ramírez, con el que se enfrenta en un triste final. Se marcha a Paraguay. Lavalleja, Bernabé, Otorgués, estaban presos en la Isla das Cobras. Solo quedaba él con un poder “quimérico”, como dice Lecor. Pero pacta un armisticio porque sabe que solo de ese modo tendrá una campaña pacificada. Rivera arranca compromisos: mantener su fuerza armada, preservar a los poseedores de la tierra y liberar a los jefes presos. Se “trata de sacar partido de nuestra misma esclavitud para, en tiempo oportuno, darle al país la libertad perdida”. En medio del naufragio trata de salvar lo posible, para “proteger a sus paisanos en desgracia”. Hizo lo que hace un real líder: defiende a su gente y mantiene vivas las posibilidades del retorno porque queda la fuerza oriental. Es la ética de la responsabilidad de Max Weber en su mayor expresión. Ella acompañará para siempre al partido, que nunca se irá detrás de sueños ilusorios sino que siempre estará al servicio de “lo posible” en la defensa de sus ideales.
En esos años, protegiendo a su gente, la popularidad de Rivera se erige en verdadero liderazgo nacional. Ya hay un jefe y algo más que una facción: un partido que tiene claros sus objetivos. Pasa a encarnar lo que Óscar Padrón Favre, en feliz definición, llama “el artiguismo posible”.
Vendrán luego los acontecimientos de la Cruzada Libertadora de Lavalleja, a la que aporta su viabilidad. Sin él, como en 1823 se había demostrado, no hay posibilidad. En Rincón deja a pie a los brasileños. En Sarandí comanda el ala izquierda junto a Lavalleja en el centro. Allí, conforme a la declaratoria del 25 de agosto de 1825, volvemos a las Provincias Unidas. Buenos Aires solo acepta nuestro retorno después de Sarandí, y allí forma lo que llamó el “Ejército Nacional” cuando el Imperio declaró la guerra. Volvemos a lo mismo: quitar autonomía militar a los orientales y ahí Rivera es defenestrado nuevamente.
Después de Ituzaingó, al que siguió un empate de posiciones, reaparece en 1828 de modo fulgurante. La campaña de las Misiones es una operación más política que militar, que define la independencia. Lucas Obes, años después, dirá que allí nació el Partido. Se convence al mediador británico y al Emperador de que no hay otro camino que la independencia de la Provincia Cisplatina. Y así se organiza un gobierno provisorio y hay una elección, en que Rivera se impone largamente a un Lavalleja resentido hasta casi el final de su vida. Por eso se levantará en armas en 1832 y luego dos veces más, siempre con apoyos de afuera, especialmente de Rosas, que no reconocía la independencia de Bolivia y Paraguay y acariciaba una revancha en la vieja Provincia Oriental hoy devenida república independiente. Había llegado al poder en 1829, cuando ya Dorrego había aceptado la independencia.
Rivera, presidente, apoya a Oribe para sucederlo. Éste le quita el cargo militar que él mismo había votado y, alejándose de la ley y de la lealtad a los compromisos, lo reimplanta con su hermano al frente. Rivera se subleva, finalmente le vence y Oribe es instrumentado por Rosas para desatar la llamada Guerra Grande, el mayor episodio del siglo XIX, el más definitorio. Como dice Barrán: “la lucha entre unitarios y colorados coaligados contra federales y blancos era, entonces, una guerra ideológica”. Los jóvenes liberales montevideanos y porteños, junto a Garibaldi, se sentían defensores de “la Ilustración”, del universalismo republicano frente al retroceso simbolizado en la tiranía rosista. Los nueve años del sitio le dan a la Defensa un aura romántica, con el símbolo de Joaquín Suárez entregando su fortuna a la causa de la libertad. Los sitiadores se considerarán “americanistas” por su oposición a las intervenciones europeas; los sitiados, liberales y republicanos, por impedir el retorno al absolutismo y a una suerte de nacionalismo feudal comandado por la Provincia de Buenos Aires que gobernaba el tirano. Eduardo Acevedo sentencia: “La Defensa de Montevideo salvó la civilización del Río de la Plata contra la barbarie militar de Rosas”. A su vez, Luis Alberto de Herrera dirá: “Fue un gran error del presidente Oribe asociarse a la situación sombría presidida por Rosas y comprometer sus positivas glorias, convirtiéndose en instrumento de aquel tirano”.
Ya estaban definidas entonces las raíces coloradas, más allá de las divisas que ostentaron en 1836 los combatientes de Carpintería. Contradiciendo interpretaciones clasistas muy a la moda, el Uruguay se forjó con partidos abiertos, policlasistas, de raíz popular. No fue una oligarquía sustitutiva de la virreinal, como pasó en el resto de América, y las raíces coloradas son bien claras.
La independencia se la afirma de todos, tanto de brasileños como de porteños. Confederación como Artigas, sí, pero jamás gobierno de Buenos Aires. La libertad política, la libertad de prensa de propios y extranjeros, la laicidad republicana, las tierras para sus poseedores, el humanismo filosófico, la protección de los más débiles, el patriotismo como sentimiento y no el nacionalismo resistente a las ideas de progreso que vienen de afuera, el Estado democrático como centro de la organización de la sociedad.
En esa matriz colorada más tarde se instaurará el Batllismo, impensable en otro partido que no fuera el de Garibaldi, Rivera y Joaquín Suárez. Son las raíces. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)


 

 
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