Edición Nro. 2193 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 11 de diciembre de 2020
 
 
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Enrique Guillermo Avogadro
“Voy de fracaso en fracaso”
  • “He repetido una y otra vez que, a mi juicio, en democracia la mentira es la mayor perversión en la que puede caer la política”.
    Alberto “Pinocho” Fernández
La falsa opción entre salud y economía, que nos planteó el cínico y falsario Presidente cuando decretó la “cuareterna” para ocultar las nuevas trapisondas de su mandante, mostró su peor cara: la OCDE determinó que la Argentina es el país cuyo PBI más cayó este año, el doble que nuestros vecinos. El fracaso de todas las medidas sanitarias –el nulo control de las fronteras, tanto como la ausencia de tests y de seguimiento de los contagiados-, queda probada porque ya somos cuartos en fallecimientos por millón de habitantes, y estamos próximos a alcanzar los 40.000 muertos (¿recuerda cuando Alberto Fernández dijo que, si hubiera gobernado Mauricio Macri, tendríamos 10.000?) después de compararse -usando falsas filminas con otros países- y generando los conflictos diplomáticos del caso.
Si el Gobierno no pudo siquiera planificar el extraño funeral de Diego Maradona y fracasó en su tentativa de adquirir un nuevo “vestidito negro”, como aquél del que se colgó Cristina Fernández en 2010 para obtener el 54% de los votos un año después, ¿cómo creer que podrá organizar la complicadísima logística de la vacunación masiva que promete para 2021?
Y el costo de esos monumentales fracasos puede medirse en los niveles de pobreza (44,2%, y 64,1% en la infancia), indigencia y hambre negado, la destrucción de la educación y el adoctrinamiento escolar, el cierre del Congreso y los tribunales, la devaluación por la escandalosa emisión (el dólar multiplicó su cotización por tres desde las PASO de 2019), el creciente endeudamiento (US$ 20.000.= desde el 10 de diciembre), el derrumbe de las inversiones, el saqueo al Fondo de Sustentabilidad Previsional y al Banco Central, la incesante creación de nuevos y locos impuestos, el cierre definitivo de centenares de miles de Pyme’s y la fuga de las grandes empresas, la emigración de nuestros jóvenes más preparados, el aumento del desempleo (14,2% que, si todos buscaran trabajo, llegaría al 30%), la proliferación del narcotráfico y la violencia, el extendido aumento de la corrupción y, por supuesto, las enormes desinteligencias que cada día muestra la gestión del Gobierno, provocada por el loteo de cada ministerio y la preponderancia de la PresidenteVice en la toma de decisiones.
Una de esas diferencias quedó patentizado el miércoles, cuando el H° Aguantadero, que ella conduce con mano de hierro, frustró al Presidente Pinocho su proyecto de presupuesto para ajustar aún más a los jubilados, algo que el FMI le exige como parte de su programa de ajuste fiscal para alcanzar sus facilidades extendidas y regularizar el pago de la deuda. Que ello se produjera en medio de una dura negociación, claramente, dejó al Ministro Martín Guzmán sin banquito y colgado de un pincel en Washington, algo que ya se veía venir luego del confuso episodio que generaron los dichos del Canciller Felipe Solá sobre la conversación entre su jefe y Joe Biden.
Cristina Fernández tampoco puede vanagloriarse de logros en su primigenia y principal necesidad, la impunidad para todos los delitos que ha cometido desde sus lejanos días en Santa Cruz, como jefa de una asociación ilícita. Lo prueba la ratificación por Casación de la “ley del arrepentido” y la consecuente validez de las declaraciones de funcionarios y empresarios que la incriminan, que se suma al penoso y salomónico fallo de la Corte con respecto a los jueces que pretende desplazar. Dos de los más emblemáticos actores del kirchnerismo, Amado Boudou y Lázaro Báez, serán los primeros de la larga fila de testaferros y otros corruptos que volverán a la cárcel.
Pero hay otros movimientos del Instituto Patria que siguen a toda velocidad. Además de sus reiterados ataques para controlar al Procurador General y a los fiscales, y tal como sucediera con el opositor Alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, durante los mandatos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el kirchnerismo está recortando fondos y competencias a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para pauperizarla. Comenzó con un decreto que redujo la coparticipación para solucionar el tema salarial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, continuó con una ley –votada por los diputados del Frente de Todos que traicionaron vilmente a sus representados porteños (recuerde: Mara Brawer, Gabriela Cerruti, Carlos Heller, Eduardo Valdez, Gisella Marziotta y Paula Penacca)- apretó aún más esas clavijas (ya llega a $ 65.000 millones la quita) y está estudiando retirar la financiación del Hospital Garraham y retrotraer la cesión de predios nacionales.
Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno, ya no tiene margen para continuar siendo una “paloma” y debe ponerse las plumas de “halcón”. En la medida en que los actos inconstitucionales del Presidente Pinocho -¿cuándo se dignará la Corte decidir el tema?- lo obligan a aumentar aún más los impuestos a los habitantes de la Ciudad, que financian la salud, la seguridad y la educación que utilizan tantos ciudadanos del Conurbano y de muchas provincias, además de países vecinos, ¿no será hora de comenzar a cobrarles por ello? Los dirigentes cristinistas despotrican contra la opulencia de la Ciudad, pero no dicen que, si en el Conurbano se pretende vivir como sus vecinos porteños, se debe votar como éstos y sacarse de encima a los eternos ladrones que los mantienen en la pobreza para obtener su sumisión.
Para concluir, y dada la extrema gravedad presente y las consecuencias futuras del tema, le recomiendo enfáticamente leer una editorial de La Nación (https://tinyurl.com/y39cspxb), ya que se refiere al peor entre los enormes crímenes que los Kirchner cometieron contra la Argentina; disiento con su autor solamente en que, para mí, no hubo errores sino planificado saqueo, que continuará cuando los juicios de New York concluyan.



ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Crónica de otros tiempos
Estamos en guerra

"Sabremos defender la libertad;
Y si es preciso combatir con muertos,
De sus sepulcros se alzarán despiertos,
Y a la consigna de un inmenso grito
Formarán ejércitos enormes,
Vestidos con los patrios uniformes
De Rincón, Las Piedras y el Cerrito".


Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, tradicionales saludos entre gentes en estas celebraciones populares de todos los tiempos. Saludos que llegan del pasado, que pasan por el hoy de nuestras vidas, y que seguirán a través de las generaciones venideras rumbo al porvenir.
Vaya a todos, pues, Feliz Navidad y próspero Año Nuevo, como se escribía antaño en las postales, -aunque de próspero no tenga nada-, con la espada de Damocles cortando las cabezas de toda la Humanidad.
Estamos en guerra. La pandemia, implacable, azota hoy al mundo entero, cual castigo divino. En lo que nos atañe, ataca ferozmente a una población desprotegida en el bolsillo, desguarnecida, resultado del jolgorio político y de las peores administraciones que se sucedieron en el tiempo.
Este “regalo” de Navidad y Año Nuevo para la población, sacude los bolsillos de centenares de miles de familias sitiadas y acorraladas en todo el país, que sobreviven como pueden al despilfarro generalizado, ya con nauseabundo olor a corrupción, de padre y señor mío.
Acabados los pesos, van por las monedas.
La plata del pueblo se ha dilapidado sin vergüenza a lo largo de quince años de despilfarro por las administraciones Vázquez-Mujica-Vázquez, deplorables e insensibles ante el clamor ciudadano. En medio de la batalla, impuestos desaforados que no se pueden pagar, con  tarifas exorbitantes de los servicios públicos que ahogan a millones de ciudadanos, y que tampoco se pueden pagar.
La máquina de impedir, Santa Inquisición, quiere tragarse al presidente de la República, y lo atacan sin darle cuartel por todos los flancos. Avanzan con la pandemia, y se identifican como oposición irresponsable y acomodaticia. Desprecian el sentido institucional de la patria, y utilizan para fines abyectos las redes sociales, moderno sistema de comunicación al instante del periodismo digital. Conductas principistas que otrora señalaron el camino, se han levantado revolucionarias en el pensamiento y en la acción, decididas a frenar un sistema político parapetado en magníficos salarios que nada tienen que ver con la realidad del país. Se trata de centenares de miles de pesos mensuales por legislador e intendente, dinero que garantiza la tranquilidad del diputado y de los jerarcas departamentales afines y afiliados. Dichas redes, utilizadas por la sociedad, denuncian y ponen en evidencia diaria el silencio cómplice y desahogado de diputados y senadores lechuguinos, que miran por el anteojo cómo se libra en el plano de la desigualdad la batalla universal.
Sin pelos en la lengua, ciudadanos que utilizan con frecuencia los renovados medios de comunicación a través de las redes, han acusado al poder político en su conjunto de estar al frente de una asociación para delinquir, de mal enriquecerse, y hasta han llegado a calificar al sistema político de constituir una maquinaria de impunidad.
No existe hoy fórmula electoral ni política, ni tampoco sanitaria, que permita atisbar soluciones en el corto plazo. Esta irresponsabilidad tuvo origen en el sistema político que apestó las instituciones en la segunda mitad del siglo XX.
Irresponsables, los gobernantes que se sucedieron después de la dictadura participaron de la fiesta. Dejaron caer las migajas de la mesa engalanada por estos "epulones", migajas que traducen los salarios y pasividades absolutamente insuficientes.
Decíamos ayer, en el mes de septiembre de 2017, que la administración gubernamental de aquel entonces había sido orientada a no irritar al Pit Cnt, y que seguramente al final de su mandato enarbolaría la bandera del “diálogo fructífero que logró mantener, a la sombra tutelar de los despojos civiles que dejó por el camino".
Ricardo Garzón

 

Un sinsentido
Por Julio María Sanguinetti

Luego de tratativas, negociaciones, idas y venidas, el PIT CNT consiguió el apoyo del Frente Amplio para su insensato referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC). Si el planteo era un extravío político, con esto pasó al nivel del ridículo cuando el Frente Amplio va a juntar firmas para derogar incluso lo que votó, en el colmo de la voltereta y la comprobación -una vez más- de su subordinación al corporativismo sindical. El pintoresco presidente del gremio de Antel dijo que le "importaba un c...." lo que pensara el Frente Amplio y se impuso para obligarlo a esa ridiculez.

En un plano más general hay que señalar que esta pretendida derogación es profundamente regresiva.

Para empezar se deroga todo el capitulo de seguridad ciudadana. Cuando la policía hace un gigantesco esfuerzo para contener la ola delictiva que se configuró en los 15 años frentistas, se propone eliminar las herramientas jurídicas dedicadas a proteger su accionar. Se deroga la presunción de que la policía actúa legítimamente, se derogan los delitos de agresión a la policía, las normas de la actuación de policías retirados; en una palaba, intentar el desaliento de los servidores del orden público.

Se pretende derogar también la regla fiscal. Esto fue una de las pocas propuestas que hizo el Frente Amplio al PIT CNT, alegando que no es necesaria, porque existen otros mecanismos para salvaguardar el equilibrio de las finanzas. Esto podrá ser verdad, pero si es así, ¿porque liberar al Estado de un compromiso bienvenido, como es el de acotar sus déficit? Lo de siempre del Frente Amplio: gastemos y gastemos...

El capítulo de educación también les molesta y se pretende tirarlo abajo. Una arquitectura institucional ineficaz se reordena para intentar el cumplimiento de metas fijadas en un Plan Nacional. Montado encima del formidable fracaso de su política, el Frente Amplio y el sindicalismo tratan de bloquear un intento serio por mejorar una situación insostenible.

Por supuesto, impugnan con furia la norma que procura frenar las ocupaciones de empresas, que siempre consideraron que estaba comprendida en el derecho de huelga, pese a que la OIT controvirtió siempre, con lógica, ese criterio. Primero porque no se puede negar al empresario su acceso a la institución de su propiedad, imprescindible incluso para mantenerla viva, aun en medio de un conflicto. Segundo, porque es el único modo de respetar la libertad del trabajador que desea cumplir su tarea y no tiene por qué someterse a una decisión sindical que se proyecta sobre su vida y libertad. Este es un punto fundamental en términos de democracia.

Lo mismo podemos decir, con mayor generalidad aún, que se intenta derogar las normas prohibitivas de los piquetes que impiden la libre circulación de los ciudadanos. O sea, viva la prepotencia callejera...

También intentan la caída de la llamada "portabilidad numérica", o sea, el derecho del usuario de un teléfono celular de cambiar de compañía preservando su número. Este intento parte de el sindicato de ANTEL, que presume que esto dañará a la empresa estatal cuando nada lo hace suponer. Simplemente, es el ejercicio de un derecho ciudadano, que si desea cambiar su prestador de servicio no tiene el freno indudable que representa cambiar de número y desconectarse así de la gente con que está relacionada. Esto es muy importante en el mundo comercial y laboral, especialmente para quienes trabajan con clientela propia y les resulta dificultoso recuperar su lista de vínculos.

También se derogan los artículos referidos al precio de los combustibles, uno de los puntos en que hubo más estudio. Como se recordará, el Poder Ejecutivo proponía la liberalización del mercado, disponiendo la libertad de importación. El Partido Colorado consideró que de un día para el otro era imposible reorganizar a Ancap y a todas las cadenas de producción, comercialización y distribución, sin generar una serie de daños. Por supuesto, se compartía el objetivo fundamental de lograr una mejoría de los precios de los combustibles y que se superan las ineficiencias o distorsiones que hoy recaían sobre Ancap (por ejemplo, subsidiar el transporte de Montevideo). Luego de muchas tratativas, los legisladores de la coalición llegaron a un acuerdo, entre ellos y los del Frente Amplio, para una solución intermedia que, para empezar, le impone a Ancap, cada vez que fije un precio, tomar en cuenta el precio de paridad de importación que, a su vez, debe publicar el órgano regulador, o sea, la URSEA. A la vez, se crea una comisión de expertos para que asesore al Poder Ejecutivo y en 180 días le permita hacer una propuesta sobre los diversos aspectos del tema, apuntando naturalmente a mejorar los precios y no imponer a la producción nacional una desventaja frente a los competidores.

Pues bien, pese a que el Frente Amplio votó estos artículos luego de esa negociación, ahora irá a juntar firmas en su contra. Un mamarracho. Pero lo peor es que asume como inevitable la situación actual y cree que no se puede hacer nada para mejorarla. Por supuesto, nadie pretende destruir a Ancap si no, simplemente, ponerla en condiciones para proveer al país de combustibles a un precio razonable. Habida cuenta, además, que existen impuestos muy importantes, que deben tomarse en cuenta.

Lo mismo pasa con las normas sobre la Comisión Coordinadora de la Educación, que votó el Frente Amplio y ahora se las impugna.

O sea que, en un intento irracional de ejercicio opositor, el Frente Amplio se subordina al PIT CNT, y se lanzan contra una ley que atiende aspectos fundamentales del interés nacional. Todo se basa en eslóganes sin fundamento, como la vieja monserga de luchar contra un "neoliberalismo" inexistente, como si estuviéramos proponiendo vender la UTE o la Antel. Del mismo modo que se habla de "privatizar" la educación pública, sin que pueda encontrarse norma alguna que pretenda debilitar un sistema público de educación que es el resultado de una histórica y orgullosa construcción nacional en que el Partido Colorado fue la vanguardia. La misma barbaridad nos decían cuando en 1995 hicimos la mayor reforma en medio siglo y reforzamos sustantivamente la educación pública, con extensión de los preescolares, los CERP, las escuelas de tiempo completo y los bachilleratos tecnológicos, entre otras cosas de notable resultado.

Realmente nos da pena que todavía se caiga en estos simplismos irracionales cuando el mundo nos está desafiando con un verdadero cambio civilizatorio representado cabalmente por la nueva sociedad digital. Eslóganes con olor a naftalina nos alejan de lo que debiera ser un esfuerzo de colaboración nacional para poner al país a la altura de estos tiempos acuciantes y salvar el empleo -en peligro- de media población.

Nota compartida con Correo de los Viernes














 









 

 

 
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