|
Javier Bonilla |
Viglietti: el silencio de los no inocentes |
Feminismo tendencioso a la uruguaya
Seamos claros: el (a todas luces) forzado comunicado de la hermana menor del panfletario, manipulador y hasta plagiario Daniel Viglietti, al enunciar que lo narrado por su sobrina y su hermano, no eran hechos exactamente correspondientes con la realidad de lo que pasaba hace medio siglo, no aclara. Oscurece! Parece sospechosamente un texto emanado de una conciliatoria judicial, en la cual las partes no quieren dar el brazo a torcer, pero quieren evitar continuar con caras demandas en juzgados...
Como sea, hermanos y primos hermanos de Viglietti insisten en la veracidad de sus dichos.
Lo que indigna, asquea y evidencia que el principal objetivo del 95% de las ongs y grupos (odio definirlos con el concepto marxista de "colectivo") es llevar agua para molinos zurdos, crecientemente impresentables y de accionar casi delictivo. Lo demostraba hace unos 18 meses, el manoseado caso de aquella menor hispano-uruguaya que "no se iba", tras haber mentido a sabiendas sobre supuestas agresiones e inmoralidades del padre, apretar periodistas o medios y propiciar ilegalidades a nivel gubernamental para objetar hasta a la Corte de Justicia.
Las mismas feministas que si alguien mira torcido o lujuriosamente a una mujer lo denuncian sin miramiento alguno, estuvieron, mayoritariamente calladitas o falsamente despistadas al respecto de esta triste historia del cantorzuelo que, cuando no plagiaba, apologizaba el delito, vivando a quienes "ponen la mira sobre el enemigo", o elogiando criminales baratos que nunca repartieron, como el tal "Chueco Maciel" y otros.
La prensa progre, no solamente dijo Gre-Gre para decir Gregorio, sino que en ciertos casos llegaba al asco de la obsecuencia, como unas chicas que pueblan con sus cliches zurdo-culturosos las tardes de Canal 4, llegando a relativizar lo que hubiera pasado en 1967 con los Viglietti, en que eran "otros tiempos, otros valores" y otra serie de estupideces para defender lo indefendible. Hoces y martillos a la orden...!
Dos pesos, dos medidas, muy claras! Si es de izquierda no es acosador (se comenta que a un conocido abogado de causas de "Izquierdos Humanos" le hicieron desaparecer sus expedientes al respecto del sistema educativo...), no es corrupto -que lo digan Sendic y Cosse...- ni mucho menos violador. Si no, a preguntarle a Daniel Ortega o alguna de las que tuvo que someterse a Fidel.
Pues bien, nenitas... si eran otros tiempos, lo fueron igualmente para los uniformados que, sin conocimientos especializados sobre lucha antiterrorista, pudieron haberse excedido, dando palos a lo gallina ciega, a la bolsa o al que estaba al lado...
Ya que hay que dar vuelta varias paginitas, si de popes zurdos equivocados se trata, que tal hacer lo propio, de ahora en adelante con estos insoportables temas de la dictadura, estimadas femiprogres locales?
Qué tal soltar al soldado Vidad, por ejemplo, que ni siquiera tiraba, en 1972 a la espalda, sino que por la impropiedad de su vieja arma, los tiros a las piernas se elevan por inercia y el impresentable fiscal no quiere periciar? Y no jodan con lesas humanidades, que no rigieron hasta el S XXI (basta leer el famoso estatuto de Roma!). ¿No?
Ah, ya veo, si el Canario Luna o Yamandu Palacios le pegaban hasta hartarse a sus mujeres, o si el Loco Antonio al que le cantaba Zitarrosa era un violador, borracho y bufa, son "detalles".
Reprimir terroristas tupamaros, OPR, Faro y otras inmundicias de hace medio siglo equivale a dirigir Auschwitz y Treblinka. A tres bombas de Hiroshima, si quieren.
Gracias por ilustrarme, nabas!
Si esta es la realidad entre hombres y mujeres en Uruguay, mejor... zafo de Lesbos.

|
|
AGREGAR A FAVORITOS
A+ / A-
IMPRIMIR
VOLVER AL INICIO
|
|
Alvaro Diez de Medina |
No hay peor remedio que
el que se receta
tras un mal diagnóstico |
El retiro de Ernesto Talvi de la política no fue, como ahora leo en las redes, porque era un ser puro, lleno de luz, dotado de todas las respuestas, al que emboscó una "vieja política" torva, mal intencionada, llena de mañas, dejándolo desamparado.
Se debió, en realidad, a errores del manual de la vieja y única política posible: haber lanzado una campaña despreciando a quienes debió seducir; haber oscilado ideológicamente, expulsando por derecha lo que creía recibir por izquierda; haber confundido marketing con campaña electoral; haber pretendido, inicialmente, hacer una campaña colorada ignorando el legado colorado; haber ignorado las formas (asumiendo un inapropiado rol de co-gobernante con el presidente, anunciando sus dos renuncias por medio de periodistas, dejando la secretaría general del partido colorado en manos de su supuesto adversario, desatendiendo llamados de sus seguidores, adversarios o socios); haberse arrogado el derecho a vetar a hombres y partidos políticos; haber administrado un ministerio sin ideas pero con malhumor; haber comunicado mal y a destiempo sus pensamientos y, por sobre todas las cosas, estar tan ocupado de sí mismo al punto de haber eludido toda responsabilidad en la construcción de poder, que es a lo que los partidos políticos están llamados.
Hoy, las voces de la oposición de izquierdas se lamentan de su partida.
Bueno, pues las voces del gobierno de coalición deberían estar festejando, porque la personalidad irresponsable, errática y poco institucional de Ernesto Talvi era la piedra contra la que el gobierno multicolor iba a encontrarse, de lleno, en el primer recodo del camino.
A diferencia del electoralmente castrado partido independiente, o del alineado partido cabildo abierto, el partido colorado de Talvi no estaba llamado a ser un puntal del gobierno, sino su martirio: una tenaza de agenda globalista y mucho oportunismo que hubiera jaqueado todas las iniciativas oficiales, neutralizando la mayor parte de ellas (ya en sus filas se hablaba de un inminente "trancazo").
La renuncia de Talvi nos salva ahora de ese obstáculo, pero no resuelve el problema de fondo.
No lo hace porque Talvi deja en su estela una representación parlamentaria sombría e imprecisa, de la que ya hemos oído términos inquietantes: reglamentación del teletrabajo, reducción de la jornada laboral, canastas de higiene para "personas menstruantes", renta básica universal, eutanasia, y aún apoyos a la congresista estadounidense convertida en la Mujica de su distrito neoyorquino.
Desacomodado tras la renuncia de su "referente", este grupo hará ahora un compás de espera, antes de volver a por sus objetivos, o de alinearse bajo el liderazgo de quien les asegure un futuro electoral. Así es la política.
Y ello no resuelve la cuestión de fondo tampoco porque el grupo que dirige Julio M. Sanguinetti está, a su vez, afectado por dos problemas de solución imposible: la inevitable salida de Sanguinetti del panorama, y la complacencia tonta de muchos de quienes lo rodean, representada por el insólito tweet de Tabaré Viera, festejando el triunfo de los "clásicos" por sobre las "modas", como si la emergencia de Talvi hubiera sido el equivalente a la aparición de los zapatos con plataformas.
El partido colorado continúa enfrentando hoy nada menos que un dilema existencial: seguir reaccionando como lo hizo por estas horas, refugiándose en la añoranza de una mítica Era Dorada presidida por Jorge Batlle o Pedro Bordaberry (bajo cuyas direcciones su votación cayera en plomada), o abocarse a la gran tarea pendiente de redefinirse como un partido que tiene algo nuevo que decirle al país.
Algo pertinente al siglo XXI.
Algo que no sea la millonésima cita extraída del catecismo batllista de 1911.
Mientras el partido colorado siga creyendo que esa novedad eran las baratijas en PowerPoint de Talvi o el clasicismo de Sanguinetti, el coloradismo no saldrá del surco, y en él encontrará su fosa.

|
|
AGREGAR A FAVORITOS
A+ / A-
IMPRIMIR
VOLVER AL INICIO
|
|
Jorge Azar Gómez - Ex representante de Uruguay ante ONU |
A 22 años de la partida del Presidente Pacheco Areco |
- Resumo la presidencia de Jorge Pacheco Areco, en el siguiente mensaje que dirigió a su pueblo el 11 de setiembre de 1971, y que hago mio, con la firme promesa de accionar de la misma manera:
“Hombres y mujeres que cada día, con vuestro trabajo honrado, hacéis la grandeza de la República... Os hablo como vuestro presidente, elegido de acuerdo con las tradicionales normas de la democracia uruguaya... Mía es la conducción del Estado, mías son las decisiones que he estado tomando, muchas veces solo, para defenderlos de la violencia, la inflación, el descrédito internacional en que estaba el país, y la delincuencia económica.
Hoy me presento ante ustedes para decirles que, más que nunca, me considero responsable, no solo de la conducción de la nación hacia la paz y hacia el bienestar, sino que, sin ningún intermediario, me propongo con renovado ardor llevar adelante las soluciones que imponen las nuevas circunstancias que tengo que afrontar...
Desde ahora y más que nunca, mía y solo mía serán, lo repito, la conducción, las decisiones y la responsabilidad de las mismas".
Presidente Jorge Pacheco, Cadena de radio y televisión, 11 de setiembre de 1971
El discurso de Pacheco refleja claramente su estilo firme y su afán de consolidar una democracia sin terrorismo. Se dirige a la población en general, pero apoyándose especialmente en los valores productivos de la clase trabajadora: “con vuestro trabajo honrado”, a la que considera como la base del país y a los que protegió durante todo su mandato.
En el resto del mensaje se centra en su figura como presidente, como protector de la nación. Humildemente destaca el trabajo que concretó para “resolver” los problemas de la patria. Alude reiteradas veces a que él es el único responsable de la conducción del Estado, reforzando su responsabilidad, y no delegando en nadie sus acierto o sus errores. El pueblo sabía donde estaba el poder, que no estaba diluido en el "nosotros". Lo siente como su protector, cuando él mismo se carga de la responsabilidad de la conducción a la paz y el bienestar.

|
|
AGREGAR A FAVORITOS
A+ / A-
IMPRIMIR
VOLVER AL INICIO
|
|
Michael S. Castleton |
Haciendo futurología |
Nunca es sencillo predecir el futuro, pero, para tener un poco de precisión en tan arriesgada actividad hay que estudiar el pasado. Nada más cierto que las palabras atribuidas al filósofo español norteamericano Santayana, quien supuestamente dijo : ’ los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla´. Por lo tanto para hacer futurología hay que hacer historia.
Nuestra sociedad mira en estos días entre decepcionada y perpleja la decisión del Dr. Ernesto Talvi de dejar la actividad política.
Brillante académico, quien supo dirigir durante años uno de nuestros principales ´think tanks´ aportando realismo y visiones pragmáticas a las perspectivas de nuestro pequeño país. Tan chico para muchos, pero tan grande para los orientales.
Este escrito no es para opinar sobre la personalidad ni las condiciones o motivaciones del Dr. Talvi. Lo del título, nada más que aportar una visión luego de largos años en política sobre cual podría ser el derrotero del Partido Colorado y las personalidades que podrían dirigirlo.
Muchos de los lectores sabrán mi condición de Blanco, y agrego: profundamente Saravista. No por eso sin embargo puedo como oriental desconocer el rol fundamental del Partido Colorado en la historia de nuestro estado.
Probablemente se podría decir que los Blancos fueron y son el cerno de nuestra nación y los Colorados lo mismo de nuestro estado moderno, con todas sus virtudes y defectos.
Nadie debería desconocer que los Blancos derramaron su sangre en aras de la pureza del sufragio y por ende por la democracia para nuestro país. José Batlle y Ordoñez sin desconocer su enorme trascendencia en la historia de los orientales fundó nuestro estado, pero, de alguna manera tenía una visión autoritaria del gobierno, cosa que quiso plasmar en la derrotada reforma constitucional de 1915.
El hecho es que Uruguay lo hicieron dos colectividades en la lucha y en la comunión, y es lo que hoy tenemos. Mal que les pese a los neo-marxistas, disfrutamos.
El lujo que no podemos darnos es dejar que el partido Colorado siga en su actual debilidad y poco peso real en los esquemas políticos del país.
El Dr. Talvi venía a cambiar todo eso. Un hombre brillante, preparado para la gestión pública y con bien ganado prestigio. Todo lo cual no es lo mismo que estar preparado para la política. La política es una actividad muy especializada y no es para cualquiera. Puedo decir esto con total conocimiento.
De ahí que en general los grandes políticos de la historia fueran eso, que hoy tanto denostamos, políticos. Luis Alberto de Herrera viene a la memoria. En contrapartida, los mayores fracasos en la política parecen ser los out-siders que vienen de otras tiendas con la misión de reformar y transformar todo lo que esté al alcance de la mano y su visión para su país. Un buen ejemplo de esto fue el Cnel. Perón en la Argentina, quien sin duda transformó aquel país de uno de los más ricos del planeta a un estado casi fallido dejando su estela de miseria, sangre y atraso relativo que hoy sesenta años después siguen pagando nuestros primos del otro lado del rio.
Hoy el partido Colorado tiene un único conductor pese a quien le pese. Ese es sin duda el Dr. Julio María Sanguinetti Muape, dos veces presidente de la república y genial administrador de realidades políticas.
Este enorme estadista sin embargo adolece de lo que sufrimos todos los humanos, el paso del tiempo, la inevitable senectud, y acto seguido la igualmente inevitable desaparición física y aparición en el bronce.
Por lo tanto Sanguinetti, como no puede ser de otra manera, y ante la renuncia de Talvi, quien dimitió no solamente a sus cargos sino que al manejo de los resortes del poder en lo que es por esencia un negocio de manejo de poder, deberá empezar a dejar espacio para una nueva dirigencia en su partido. Hoy parecen haber cuatro candidatos para esa dirigencia: Sanguinetti, Bordaberry, Talvi, Ojeda.
Es natural que algunos piensen en Julio Luis Sanguinetti Canessa para liderar su partido. Su historia no lo ayuda. Es sin embargo joven; mamó las cuestiones del poder desde su nacimiento, y lleva un apellido que pesa en su partido. Nadie puede, razonablemente, descartarlo a priori.
Todo parece indicar que el nuevo conductor del Partido colorado sea el Dr. Pedro Bordaberry Herrán. Un vasco duro, honesto y trabajador como tantos de su raza. Hombre profesional, experiente y decente. Parecería ser un brillante candidato a dirigir su colectividad. Porta sin embargo el apellido de quien fuera proto-dictador en nuestro país. Juan Maria Bordaberry Arocena otro vasco decente, acrisoladamente honesto, a quien el ´tsumami’ de la historia llevó por delante con las consecuencias vividas por todos los orientales.
Su apellido es un lastre y un flanco débil para el excelente Pedro Bordaberry que parece difícil pero no imposible de superar.
El Dr. Talvi entregó las riendas del flete del poder, se bajó, desensilló y se fue para las casas. Eso en política es muy difícil de remontar. No sería mala cosa si pudiera hacerlo, pero tan brillante economista no ha demostrado ni aptitud ni estómago para la actividad política en su esencia más pura y dura. No parece probable su ascenso a la conducción del Partido Colorado.
Por último, y alguno se reirá de mi futurología, el Partido Colorado tiene una figura muy incipiente que para quien tiene más cincuenta años de política en el lomo, va, sin lugar a duda si la biología lo acompaña, a ocupar cargos de enorme relieve en su partido y muy probablemente en el país. Hablo del Dr. Andrés Ojeda. Un hombre muy joven, abogado penalista, hoy suplente de la candidata Laura Raffo a la Intendencia de Montevideo.
No conozco a Ojeda ni sus orígenes. A diferencia de los demás no conozco a su familia ni su pasado. Lo que sí veo es de parte de este joven y sumamente carismático abogado un manejo excepcional de los medios de comunicación. Especialmente se destaca en los medios audiovisuales donde trasmite serenidad, inteligencia y decencia. Todas características bien válidas para la actividad política incipiente de este joven abogado. Le auguro grandes cosas a Ojeda que probablemente la biología no me deje ver, pero que si se dieran considero que el futuro del país, de mis hijos y mis nietos quedaría en buenas manos.
En la democracia el poder debe necesariamente rotar. Cosa muy malsana que el gobierno permanezca demasiado tiempo en manos de un solo partido. Eso es receta para justamente horadar la democracia como sistema y generar alternativas que, como nos enseña la historia, llevan por caminos generalmente trágicos.
Es así entonces que nuestro país necesita un Partido Colorado fuerte y vigoroso. Como Blanco agrego, no demasiado, pero sin duda que no debemos volver al bipartidismo si eso implica elegir sencillamente entre el neo-marxismo vetusto y perimido por demás antidemocrático en su esencia y la libertad en nuestra nación.
La política es y debe ser esencialmente dinámica. Pueden y deben aparecer otras figuras distintas a las mencionadas en el Partido Colorado.
Lo que no debe acontecer es que el Partido Colorado desaparezca fagocitado por una izquierda cuyo fin por designio o ineptitud sea la destrucción de nuestra democracia y de la forma de vida que disfrutamos los orientales.
Para que esto no ocurra los mejores deben actuar y trabajar en nuestros partidos tradicionales. Hoy tenemos un gran presidente, político de raza, Nacionalista y Blanco.
Hagamos votos entonces para que el Partido Colorado pueda generar figuras parecidas y seguir por el futuro previsible ocupando el lugar que le corresponda en nuestra democracia, cumpliendo un rol histórico que nunca debería dejar.

|
|
AGREGAR A FAVORITOS
A+ / A-
IMPRIMIR
VOLVER AL INICIO
|
|
ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.
|
|