Edición Nro. 2282 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 21 de octubre de 2022
 
 
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MÁS ALLÁ DEL RÍO DE LA PLATA - ENFQOUES COMPARTIDOS f
Enrique Guillermo Avogadro
El país de los autitos chocadores
  • “A este fondo no rodé,
    me mudé con gran trabajo”.
    María Elena Walsh
El mundo se ha vuelto loco, y la amenaza nuclear de Rusia, debido a la patente derrota que está soportando en el plano militar su agresión criminal a Ucrania, no hace más que acelerar el proceso. Por lo demás, la guerra tecnológica que ha comenzado Estados Unidos contra China tampoco augura tiempos pacíficos para el planeta, ya que ha pasado a segundo plano la disputa sobre Taiwan pero se agudiza en terrenos comerciales. Si a eso le sumamos la predecible recesión que golpeará a todos los países, con mayor costo en los más pobres por la caída en la demanda de materias primas y alimentos de los ricos, la pronunciada suba de las tasas de interés por la Reserva Federal de Estados Unidos y el fortalecimiento consecuente del dólar, y los daños que está produciendo la sequía, el escenario global sólo podría empeorar si Vladimir Putin decidiera apretar el botón.
En la Argentina, se agregan otros factores que hacen aún más negro el futuro. La inflación, que se redujo muy levemente en septiembre (apenas unas décimas) pero promete nuevas escaladas, y la marcada carencia de divisas -que el “dólar soja” sólo calmó anticipando las liquidaciones de este cuarto trimestre pero que faltarán ahora- obliga al Gobierno a cerrar aún más el cepo cambiario y la importación de los insumos básicos para la producción, añadiendo efectos locales a la recesión que recibirá de afuera, y hace que solamente pueda financiarse con emisión, que luego absorbe con instrumentos por los que paga tasas que ya superan el 100% anual, cebando así aún más la bomba que dejará a sus sucesores.
Las dos mayores coaliciones del escenario nacional semejan juegos de parque de diversiones, ya que sus miembros arremeten todos los días contra sus propios y teóricos socios, y se estrellan sin cesar. A pesar del notorio rechazo que esa actitud provoca en esta sociedad cada vez más angustiada e indignada con los políticos en general, a los cuales califican cada día más como una casta, una palabra que ha impuesto Javier Milei, un outsider que está creciendo en las encuestas porque pretende encarnar la anti-política y se define como anarco-capitalista, los principales referentes de cada espacio insisten en esta demencial conducta.
El Frente de Todos, que en su origen era una mesa de tres patas, ha perdido una en razón de la manifiesta y confirmada insignificancia de Alberto Fernández, imaginario mascarón de proa; y las dos que quedan (Cristina Fernández y Sergio Massa) exhiben diariamente sus siderales diferencias en materia económica. Si bien el Ministro ha demostrado que carece de un plan integral para salvarnos del naufragio inminente, al menos pretende imponer una cierta racionalidad en una gobierno que, por la ansiedad de impunidad de la emperatriz hotelera, parece decidido a estrellar la nave contra el monumental iceberg que sus propias decisiones populistas han fabricado con gran esfuerzo.
La mayor prueba de las divisiones que coexisten en esa comunidad pan-peronista se verá en los distintos actos que se realizarán el próximo lunes para conmemorar el emblemático “Día de la Lealtad”. Resulta fácil prever que, salvo en el mini-acto que hará el PresidenteMeme por no haber sido invitado a participar de ninguna otra, tanto en el que asistirá la CGT cuanto el que hará en la Plaza de Mayo la CTA con los camioneros de Hugo Moyano, los camporistas de Máximo Kirchner y algunas organizaciones sociales, coincidirán en su fuerte protesta contra el Gobierno que todos integran.
Es que nadie tiene ya margen para seguir sosteniendo a este nuevo experimento peronista porque: a) la indomable inflación golpea a ingentes proporciones de ciudadanos, en especial a aquéllos que van cayendo en la pobreza y la indigencia; b) la inseguridad y el narcotráfico ascienden en la preocupación cotidiana; c) la indignación cunde frente a la demora en las causas por corrupción que tienen como protagonista a Cristina Kirchner, a la cual un mayoritario porcentaje considera culpable y adjudica gran parte de las penurias que sufre, mientras percibe enormes prestaciones previsionales cuando los jubilados de a pie no llegan siquiera a comer; d) el crecimiento del trotskismo en las comisiones internas fabriles pone en riesgo a la supervivencia de los eternizados caudillos gremiales; y e) la experiencia lleva a que todos los caciques, sean provinciales o municipales, intenten salvar la propia ropa cuando todo avisora una derrota electoral nunca vista para el Partido Justicialista.
En la otra coalición, Juntos por el Cambio, nada difiere demasiado. Facundo Manes sigue intentando asistir a una fiesta a la que nadie lo invita y, para ello, tira golpes contra todos. Gerardo Morales, tan amigo y socio de El Aceitoso, trata de hacer equilibrio dentro del espacio opositor. Córdoba cruje por el enfrentamiento entre radicales. Y confirmando mis estimaciones, Mauricio Macri deja traslucir que no será candidato pero se reserva el rol de gran elector. En el camino, PRO, UCR, CC-ARI, pichettistas y republicanos de Ricardo López Murphy, aunque parecen todos decididos a conservar la indispensable unidad, no parecen aún listos para ofrecer a esta sociedad -tan harta de impiadosos saqueadores, de “ceo’s” y “científicos” fracasados- planes creativos y racionales que consigan alimentar sus esperanzas frente un futuro que sigue vislumbrando terriblemente triste, tanto en general cuanto en lo personal.
Si no consiguen hacerlo, el riesgo de una crisis mayor explote en las calles se tornará cada vez mayor, pues las acuciantes necesidades siempre se agudizan en diciembre, aún en las cómplices gestiones peronistas.



ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Finalmente, hay proyecto... y futuro
Por Julio María Sanguinetti. Luego de un largo trayecto de análisis, información y deliberación, tenemos un proyecto de reforma de la seguridad social. Como es notorio, la LUC creó una Comisión de Expertos, con el fin de trabajar en el tema. En noviembre de 2020 se integró con sus 15 miembros, representativos de todos los partidos políticos y corporaciones gremiales principales.
Se recibió a todo el mundo y se produjeron informes copiosos. Sin excepciones se reconocía que algo había que hacer hacia el futuro, para no caer en la insustentabilidad del régimen, o -lo que es lo mismo- en el desarreglo fiscal de un Estado, que ya en 1995 tuvo que hincarle el diente cuando se hacía ya insostenible. Al final, en octubre de 2021, la mayoría de la Comisión, 9 sobre 6, hizo una propuesta general. Y el gobierno formuló un anteproyecto que, sometido a la consideración del Frente Amplio y de los partidos de la coalición, luego de numerosas modificaciones, se ha transformado en proyecto formal.
El Frente Amplio recibió el texto de manos del propio Presidente de la República. No presentó ninguna alternativa. Guardó estratégico silencio mientras se negociaba en la coalición, para acordar un texto. Finalmente, esta semana se resolvió presentar el proyecto definitivo, cumpliendo así, la Coalición, el compromiso asumido públicamente antes de la elección.
Por supuesto ya hay voces muy representativas del Frente Amplio que están planteando suprimir el ahorro voluntario y las AFAP. No lo hicieron en 15 años de gobierno, pero levantan ahora esa presunta "bandera" con la misma falsedad con que anunciaban las catástrofes que iba a producir la LUC.
Como bien se sabe, el sistema fue reformado en profundidad en 1995, cuando había llegado a la insustentabilidad. Allí fue, cuando, justamente se creó ese "segundo pilar" del sistema. Desgraciadamente, en 2008, cuando eran notorios los resultados alcanzados, en nombre de una euforia fiscal basada en la bonanza de los precios internacionales, se presentaron generosas modificaciones. Se afirmaba, cálculos en mano, que sobraba el dinero y de un día para el otro, en pocos meses, se añadieron no menos de 50 mil jubilados sin aportes suficientes y se abrió la compuerta de las jubilaciones probadas por testigos, que otrora desfondaron las viejas Cajas con historias laborales fraudulentas. El hecho es que así se llegó a una situación en que los Presidentes Vázquez y Mujica, tanto como el Ministro Astori, rector económico en el período frentista, afirmaban categóricamente que había que hacer una reforma y ajustar las edades de jubilación a la nueva realidad demográfica. Por eso insistimos desde el primer día en que este es un tema ético de todo el sistema político, que demostrará estar a la altura de sus responsabilidades hacia las nuevas generaciones o rehuirá el desafío.
Desde 1985 hasta hoy, la expectativa de vida al nacer de un uruguayo aumentó 7 años, de 73 a casi 80: felizmente vivimos más años y además mejores. Al mismo tiempo, ha caído la natalidad: en solo 24 años, pasamos de 60 mil nacimientos en 1996 a 40 mil en 2020.
Para encarar esa realidad insoslayable, la reforma propone un sistema de prolongada gradualidad: el nuevo sistema entra en vigencia recién en el 2036 paras los nacidos antes de 1973, o sea quienes hoy tienen solo 49 años. Son los primeros uruguayos que necesitarán 63 años para jubilarse. Hasta entonces, todos quienes se jubilen lo hacen por el sistema actual, de modo que amenazas, alarmas de catástrofes y toda clase de mentiras ya en marcha son eso: desesperados intentos de un Frente Amplio que parecía que no piensa retornar al gobierno.
El primer uruguayo que se jubilará a los 65 años, verá pasar cuatro elecciones y cinco campeonatos mundiales.
¿Por qué tan gradual? Porque hoy, todavía, podemos. Porque el gobierno hoy tiene un razonable equilibrio fiscal, pero no puede ignorar que la demografía nos va llevando a un régimen que llegará a la crisis. Hoy podemos hacerlo con parsimonia. Lo contrario sería, como lo ejemplifican dramáticamente, la Caja de Profesionales y la Caja Bancaria, seguir tirando el tema hacia adelante y llegar al borde de la cesación de pagos, como están esas dos instituciones.
¿Qué se gana entonces? Que hay un horizonte definido. Que desde ya se hace legal la posibilidad de estar jubilado y volver a trabajar. La creación de un suplemento solidario que se añade a toda jubilación menor a 42 mil pesos. Se ganan más derechos para las mujeres, que computarán un año más de trabajo por cada hijo. Se gana que un sistema reformado les ofrece seguridad a todos los trabajadores del país y prioriza a los más necesitados.
De este modo, el conjunto de nuestra sociedad ratifica el inconmensurable valor de la certeza, de la credibilidad, de la demostración de un gobierno que mira hacia adelante, que, sin ningún apremio financiero, podría distraídamente no hacer nada, pero asume la responsabilidad de apuntar hacia los necesarios cambios estructurales.
El mundo está en medio de la incertidumbre. El Fondo Monetario anuncia que económicamente "lo peor está por venir". Este país, nuestro país, ha demostrado capacidad para enfrentar la pandemia y el primer choque de la guerra europea. Podrá capear el próximo temporal si preservamos esa credibilidad para defender el empleo genuino y financiar las reformas educativas y de infraestructura en marcha.
¿No vemos lo que pasa a nuestro alrededor? ¿No observamos el drama que significa ver caer la moneda nacional como se sufre en la Argentina?
Este ha sido siempre un país en serio. Y este es un paso en serio de un gobierno en serio. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)



 



 

 
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