Edición Nro. 2282 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 21 de octubre de 2022
 
 
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Javier Bonilla

¡Brasil bajo censura marxista!
Juristocracia: peligrosa "escalada" roja contra la prensa vecina

Más dura que el recordado "exagerado y famoso" gobierno de los jueces" de los Estados Unidos en los años "30 (que, de todos modos, era un país con mayores garantías institucionales que los sudamericanos actuales) la lucha cobarde que hoy mantienen contra el gobierno brasileño las Cortes Constitucional y Electoral de este país -STF y TSE- designadas en su inmensa mayoría durante los gobiernos de izquierda, pone al borde de muchos precipicios a todo un continente ya bastante amenazado.
Respondiendo brutal y estrictamente a quienes cinco años atrás los designaron, en muchos casos más por su currículum militante (con el PT o con el extremista Movimiento Sin Tierra, al que ahora prohíben tratar como tal) la patrulla jurídica capitaneada por Alexandre Drácula de Moraes o el Dr. Edson Fachin, amenaza medios, columnistas, redes sociales, tradicionales radios y canales de TV -como Jovem Pan News- viejos diarios como la Gazeta do Povo, revista Oeste, órganos digitales y productoras como Brasil Paralelo. A esta última firma, se le impone, inclusive y bajo multa de 10.000 dólares, la censura previa, impidiendo estrenar un documental sobre el intento de asesinato al presidente Bolsonaro en 2018. A otros canales de YouTube, los impresentables juristas recomiendan desmonetizarlos. Y el PT, insaciable como sus corruptelas internas, pide más sangre... Inclusive, ya hizo cerrar a un canal de Youtube (TV Piauí) y sancionó a la ex candidata vicepresidencial de la Senadora Simone Tebet, Mara Gabrilli, por referirse al posible papel de Lula en el asesinato -quema de archivos, hace 20 años- del ex alcalde de la ciudad paulista de Santo André y recaudador de propinas de proveedores de diversos municípios, Celso Daniel. El crimen involucró a algunos posteriormente ministros del PT, como José Dirceu.
A pedido de Lula, poco más de una docena de abogados impone a Brasil una virtual dictadura para ayudar a ganar las elecciones -como sea y a costo de lo que sea- al ladrón, "descondenado", ex presidiario, corrupto y capo mafioso Lula, al que expresamente prohíben tratar en estos términos, recordar su amistad con Ortega y Maduro o cualquier asociación con el crimen. Por supuesto, queda vedado atribuir a estos jueces, del Olimpo brasiliense, propósitos dictatoriales. ¿No les suena parecido a algo?
Además, la cuadrilla letrada le otorga graciosamente al sapo barbudo centenas de minutos gratuitos de publicidad por supuestos derechos a réplica, hasta, increíblemente, los generados en debate y negados por los propios medios.
Tras la tendenciosidad de la prensa extranjera, en su inmensa mayoría hostil a Bolsonaro que, como dijo el propio embajador brasileño en Francia, ni siquiera le publica las cartas de los lectores...), este recorte contra el periodismo local no izquierdista, bajo la forma de censuras, amenazas y retaceos varios, pretende ser un duro e improcedente golpe a los electores oficialistas, aunque podría ser un boomerang.
Efectivamente, aunque el momento es muy grave. Casi tan serio como la crisis hondureña en 2009, que terminó con el loco presidente Zelaya -gran amigo y protegido de Lula (upps, no se puede decir, Dracula de Moraes no me deja!!!)- destituido por intento de fraude en las urnas en ocasión de un dudoso plebiscito, aunque en Brasil, insólitamente, los excesos los cometan los jueces. En el caso brasileño, la ciudadanía indecisa, sintiéndose agredida en sus derechos por estos militantes fantasmas de toga, podría volcarse a Bolsonaro y liquidar las tiránicas actitudes de los magistrados y sus mentores intelectuales, que también aprovecharán estos días para soltar delincuentes y otros deportes de buitres... O para hacer el ridículo: indagar a una bodega por vender sus vinos a 22 reales, porque el número 22 es el de la lista de Bolsonaro...
Alarmante autoritarismo que pone en peligro al cada vez más inestable dominó sudamericano que facilmente puede teñirse de rojo mafioso si no se lo enfrenta. Alarmante e inédito. Ni los griegos, cuando clasificaron los distintos regímenes políticos, ni los pensadores renacentistas, y ni siquiera los diversos analistas de los múltiples enfrentamientos entre Roosevelt y los jueces en los años "30, vislumbraron esta monstruosa, antidemocrática y perversa juristocracia brasileña. Alerta redoblada y vigilia para el Cono Sur!
Rafael Rubio
¿Juicio político?
  • “La popularidad y poder de los líderes de una nación es proporcional a la idiotez de sus habitantes”. Winston Churchill            

El Dr. Peter Garrard es investigador de neurociencias en la Universidad de Londres y director del Centro de investigación de accidentes cerebrovasculares y demencia en la Escuela de Medicina del Hospital St. George. Dirige el laboratorio de investigación de ciencias moleculares y clínicas del Reino Unido. Dicha condición, combina una permanente práctica clínica con una investigación focalizada en el lenguaje y la demencia. Ha publicado más de cien trabajos y trece libros, incluido The Leadership Hubris Epidemic: Biological Roots and Strategies for Prevention (Palgrave Mcmillan). Se trata de una investigación detallada y un análisis sistémico del deterioro que produce el síndrome de Hibris que padecen los líderes y sus seguidores.
El síndrome de hibris, es también conocida como la enfermedad del poder. En la antigua Grecia se conocía como hibris o hybris a la desmesura, al desprecio por el espacio de los demás,  unido a un descontrol visceral, que lleva a actitudes impulsivas, irracionales, desequilibradas, en las que la furia y el orgullo van de la mano.
“El poder es dulce, es como una droga y el hábito incrementa su deseo. El poder intoxica”. Con estas palabras definió el poder el filósofo Bertrand Russell y precisamente sobre esa intoxicación, hoy identificada por los médicos como síndrome de Hibris.
El libro de Garrard  examina y analiza el problema multidimensional del síndrome de Hibris y su efecto perjudicial sobre el liderazgo.  El estudio desarrolla una metáfora ampliada de la enfermedad social y política,  de la arrogancia,  una enfermedad virulenta y transmisible de liderazgo disfuncional, que ilustra su ubicuidad y el potencial de daño grave. Tomando una perspectiva biológica para comprender los posibles mecanismos subyacentes, así como los entornos en los que se ha encontrado que la arrogancia prospera, se  enfatiza la noción de prevención sobre curación. Dividido en tres secciones, The Leadership Hubris Epidemic,  examina los enfoques psicológicos, neuroendocrinológicos y neuropsicológicos de la biología de la hibris, explora los factores que estimulan o inhiben su crecimiento y, finalmente, brinda métodos para prevenir o retrasar su desarrollo. Este libro tiene un gran atractivo interdisciplinario y los estudiosos de biología, psicología, sociología, administración y política,  encontrarán el tema extremadamente útil, así como a cualquier persona interesada en la estructura del gobierno.
Hibris era la soberbia contra los dioses griegos, que la castigaban con la Némesis, por tanto se trata, de un trastorno tan antiguo como el poder humano y siempre universal.
Se sabe que el poder enferma a quien manda y obedece, y si es absoluto, lo trastorna absolutamente. La historia lo demuestra.
La respuesta es porque el mismo síndrome que modifica el cerebro del poderoso, denominado “Hibris”,  por Owen & Davison, también afecta de forma simétrica y dinámica a quienes le obedecen y por tanto, refuerzan su trastorno.
Por tanto, el síndrome se presenta en “espejo”, el líder y sus seguidores, exacerbándose mutuamente.
Lo trascendente de este trastorno, es que los enfermos sin querer suelen usar palabras clave y giros que revelan su trastorno. Garrard ha estudiado cómo detectar trastornos mentales en el lenguaje corriente: gestos, tics, lenguaje corporal...”todo aquello con lo que decimos la verdad sin querer”.
También mienten mucho, lo más trascendente es que la gente les cree, incluso luego de descubrir que están mintiendo (“Yo vi el título”).
En el libro de Peter Garrard,  se muestra como al analizar marcadores lingüísticos, el ejercicio del poder altera la neuroquímica; la degrada de forma más profunda y persistente,  cuanto mayor y más duradero es ese poder; y del todo si se carece de límites.
Ser obedecido –o creer serlo– magnifica la ­autoconfianza del poderoso en sus propias habilidades hasta privarle de la capacidad de dudar de sí mismo y lo aísla de la realidad.
Quienes obedecen creen más en lo que supone que ve su líder que en lo que ven sus ojos, compartiendo así su delirio; a veces anticipándose a él y siempre reforzándolo.
Peter Garrard ha llegado a describir hasta catorce síntomas de síndrome de Hibris, los más corrientes son las de aquellos políticos que creen que encarnan las esencias de un Estado o que tenían una relación privilegiada con Dios o la historia, la patria, el pueblo o el destino de la nación.
Pero lo peor es que haya gente que les crea y al creerles y aplaudirles cuando hablan de ese modo de “el pueblo” o “la nación”, como si fueran médiums, refuerzan su trastorno empeorándolo y a la vez, agravando también el suyo en un bucle delirante que se retroalimenta.
El poderoso afectado por el síndrome pasa de gestionar la realidad tal como es  a estar convencido de que es él quien la crea. Se  llega a un  pensamiento mágico narcisista y al final, el líder acaba por regañar a los hechos cuando no se ajustan a sus deseos.
Así, toda la sociedad ingresa en un mundo mágico, por ejemplo los periodistas con síndrome de Hibris pasan de describir la realidad a prescribirla. Parece que están drogados, el síndrome de Hibris aísla de la realidad a quienes lo sufren, hasta que la realidad acaba de imponerles los límites que ellos no quieren aceptar.
El síndrome hace que los afectados se crean elegidos para vivir momentos excepcionales con su líder, y cuántos más siguen a ese líder, más refuerzan su delirio y lo peor es que hacen que otros nuevos se añadan para compartirlo.       Es que el poder resulta más irresistible cuánto más modifica nuestros cerebros. La Hibris colectiva permite creer que todo es posible y que es nuestra voluntad unida a la de quién nos manda la que lo hace posible. Nadie parece querer perderse un buen momento histórico tras un gran estadista.
Los países más avanzados lo son gracias a que han conseguido limitar el ejercicio del poder con contrapoderes institucionales – check&balance – que evitan tiranías que hoy aún prolongan el atraso de los pobres. El poder sin límite causa daños ilimitados; para empezar, en el cerebro del poderoso y en el de quienes le obedecen sin reparos hasta ignorar juntos la realidad y provocar el caos. La historia explica el síndrome de Hibris en cientos de tiranos en los países de la región.
La Intendenta de Montevideo presenta todos los signos que caracterizan a esta patología del poder. Para la mayoría de la población de Montevideo,  que por ser del FA,  eso pasa desapercibido. No ocurre lo mismo con aquellos que no son del FA y por tanto se sienten molestos. Más molesto si eres edil y te ves “ninguneado” en forma recurrente por tal comportamiento, ya que por no ser “espejo patológico” del hibris, te molesta el doble.
Se entiende la reacción de los ediles de la oposición.  El problema es que el hibris puede mutar en victimizarse o victimismo crónico, que caracteriza a las personas que se sienten víctimas de todo y de todos. Culpan de manera reiterada a los demás de lo que les ocurre, a las circunstancias, de forma inconsciente se desvinculan de su responsabilidad ante sus actos y culpabilizan a los demás.
La victimización es una conducta de declaración de inferioridad de condiciones. Todos en algún momento la hemos utilizado, pero hay personas o grupos que la utilizan a menudo, como una estrategia pasiva para lograr sus objetivos.
Los que se victimizan quieren lograr básicamente dos objetivos:
Inhibir al rival. Cuando la persona se victimiza es como un lobo que le muestra el cuello a otro,  en una declaración de derrota, con lo cual logra frenar una nueva agresión.
Buscar la empatía del grupo. Cuando yo “ando llorando por los rincones”, el grupo desarrolla empatía hacia el herido para protegerlo.
Con el “Juicio político”, los ediles de la oposición están logrando precisamente lo opuesto del objetivo que pretenden alcanzar.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Finalmente, hay proyecto... y futuro
Por Julio María Sanguinetti. Luego de un largo trayecto de análisis, información y deliberación, tenemos un proyecto de reforma de la seguridad social. Como es notorio, la LUC creó una Comisión de Expertos, con el fin de trabajar en el tema. En noviembre de 2020 se integró con sus 15 miembros, representativos de todos los partidos políticos y corporaciones gremiales principales.
Se recibió a todo el mundo y se produjeron informes copiosos. Sin excepciones se reconocía que algo había que hacer hacia el futuro, para no caer en la insustentabilidad del régimen, o -lo que es lo mismo- en el desarreglo fiscal de un Estado, que ya en 1995 tuvo que hincarle el diente cuando se hacía ya insostenible. Al final, en octubre de 2021, la mayoría de la Comisión, 9 sobre 6, hizo una propuesta general. Y el gobierno formuló un anteproyecto que, sometido a la consideración del Frente Amplio y de los partidos de la coalición, luego de numerosas modificaciones, se ha transformado en proyecto formal.
El Frente Amplio recibió el texto de manos del propio Presidente de la República. No presentó ninguna alternativa. Guardó estratégico silencio mientras se negociaba en la coalición, para acordar un texto. Finalmente, esta semana se resolvió presentar el proyecto definitivo, cumpliendo así, la Coalición, el compromiso asumido públicamente antes de la elección.
Por supuesto ya hay voces muy representativas del Frente Amplio que están planteando suprimir el ahorro voluntario y las AFAP. No lo hicieron en 15 años de gobierno, pero levantan ahora esa presunta "bandera" con la misma falsedad con que anunciaban las catástrofes que iba a producir la LUC.
Como bien se sabe, el sistema fue reformado en profundidad en 1995, cuando había llegado a la insustentabilidad. Allí fue, cuando, justamente se creó ese "segundo pilar" del sistema. Desgraciadamente, en 2008, cuando eran notorios los resultados alcanzados, en nombre de una euforia fiscal basada en la bonanza de los precios internacionales, se presentaron generosas modificaciones. Se afirmaba, cálculos en mano, que sobraba el dinero y de un día para el otro, en pocos meses, se añadieron no menos de 50 mil jubilados sin aportes suficientes y se abrió la compuerta de las jubilaciones probadas por testigos, que otrora desfondaron las viejas Cajas con historias laborales fraudulentas. El hecho es que así se llegó a una situación en que los Presidentes Vázquez y Mujica, tanto como el Ministro Astori, rector económico en el período frentista, afirmaban categóricamente que había que hacer una reforma y ajustar las edades de jubilación a la nueva realidad demográfica. Por eso insistimos desde el primer día en que este es un tema ético de todo el sistema político, que demostrará estar a la altura de sus responsabilidades hacia las nuevas generaciones o rehuirá el desafío.
Desde 1985 hasta hoy, la expectativa de vida al nacer de un uruguayo aumentó 7 años, de 73 a casi 80: felizmente vivimos más años y además mejores. Al mismo tiempo, ha caído la natalidad: en solo 24 años, pasamos de 60 mil nacimientos en 1996 a 40 mil en 2020.
Para encarar esa realidad insoslayable, la reforma propone un sistema de prolongada gradualidad: el nuevo sistema entra en vigencia recién en el 2036 paras los nacidos antes de 1973, o sea quienes hoy tienen solo 49 años. Son los primeros uruguayos que necesitarán 63 años para jubilarse. Hasta entonces, todos quienes se jubilen lo hacen por el sistema actual, de modo que amenazas, alarmas de catástrofes y toda clase de mentiras ya en marcha son eso: desesperados intentos de un Frente Amplio que parecía que no piensa retornar al gobierno.
El primer uruguayo que se jubilará a los 65 años, verá pasar cuatro elecciones y cinco campeonatos mundiales.
¿Por qué tan gradual? Porque hoy, todavía, podemos. Porque el gobierno hoy tiene un razonable equilibrio fiscal, pero no puede ignorar que la demografía nos va llevando a un régimen que llegará a la crisis. Hoy podemos hacerlo con parsimonia. Lo contrario sería, como lo ejemplifican dramáticamente, la Caja de Profesionales y la Caja Bancaria, seguir tirando el tema hacia adelante y llegar al borde de la cesación de pagos, como están esas dos instituciones.
¿Qué se gana entonces? Que hay un horizonte definido. Que desde ya se hace legal la posibilidad de estar jubilado y volver a trabajar. La creación de un suplemento solidario que se añade a toda jubilación menor a 42 mil pesos. Se ganan más derechos para las mujeres, que computarán un año más de trabajo por cada hijo. Se gana que un sistema reformado les ofrece seguridad a todos los trabajadores del país y prioriza a los más necesitados.
De este modo, el conjunto de nuestra sociedad ratifica el inconmensurable valor de la certeza, de la credibilidad, de la demostración de un gobierno que mira hacia adelante, que, sin ningún apremio financiero, podría distraídamente no hacer nada, pero asume la responsabilidad de apuntar hacia los necesarios cambios estructurales.
El mundo está en medio de la incertidumbre. El Fondo Monetario anuncia que económicamente "lo peor está por venir". Este país, nuestro país, ha demostrado capacidad para enfrentar la pandemia y el primer choque de la guerra europea. Podrá capear el próximo temporal si preservamos esa credibilidad para defender el empleo genuino y financiar las reformas educativas y de infraestructura en marcha.
¿No vemos lo que pasa a nuestro alrededor? ¿No observamos el drama que significa ver caer la moneda nacional como se sufre en la Argentina?
Este ha sido siempre un país en serio. Y este es un paso en serio de un gobierno en serio. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)



 



 

 
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