Edición Nro. 2274 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 26 de agosto de 2022
 
 
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Julio María Sanguinetti
La agresión al presidente del CODICEN

El pintarrajeo agresivo del domicilio particular del Dr. Robert Silva, marca un punto de inflexión en los debates que se vienen realizando en torno a la Transformación Educativa. Decimos "debates" como una expresión genérica porque realmente no hay debate: se discuten presuntos "recortes" presupuestales que no existen, se habla de la falta de diálogo, pero cuestionamientos sustantivos a la propuesta oficial no aparecen y muchos menos otras ideas alternativas.

Hay quienes han ido quitando relevancia al tema, como que se trata de una pintada más. Naturalmente, la distorsión conceptual en la materia ha llegado a tal punto que la gremial estudiantil del Instituto de Profesores considera que pintar su fachada es el ejercicio de la libertad de expresión. Da vergüenza tener que explicar que dañar un edificio público está castigado por la ley o que etiquetar su fachada con consignas particulares, sean pintadas o carteles, está también prohibido, al punto que median claras sentencias judiciales.
Esa distorsión, sin embargo, no es casual. Son años y años de violar la Constitución y la ley, de reírse de la laicidad en los centros de enseñanza. Recordemos que, durante la última elección, 25 Inspectores de Secundaria, invocando esa condición, emitieron una larga declaración proponiendo el voto al candidato presidencial del Frente Amplio. Es más, hasta la Institución Nacional de Derechos Humanos, entidad que en los últimos años han sido un modelo de irrespeto a los límites de la acción del Estado, emitió un bando defendiendo la cartelería en los centros de enseñanza, a raíz de la sanción que recibieron varios profesores por fotografiarse en su liceo con carteles contrarios a la propuesta de referéndum que había formulado el Dr. Jorge Larrañaga.
Es mucho tiempo, la gota va horadando la piedra. El propio Dr. Vázquez tuvo un día que recurrir a declarar la "esencialidad" de los servicios educativos y el Presidente Mujica llegó a afirmar que a los gremios de la educación había que "reventarlos".
Si los gremios docentes sostienen tamaños criterios, a nadie puede asombrar, que los estudiantiles se sientan autorizados para lo mismo y así nos vamos despeñando en el camino de la degradación democrática. Porque de eso se trata.
Más de una vez hemos dicho que estas acciones son típicamente "fascistas", recogiendo toda clase de vituperios por lo que sería la intolerancia de nuestra expresión. Hoy sentimos el deber de volver a decirlo: ir al hogar de un jerarca democrático, institucionalmente elegido, para enchastrar su casa es una actitud estrictamente fascista. Es el sistema que usaron los totalitarios de los años 30 en Europa. Apostrofar, insultar, descalificar, y hacerlo además en el fuero íntimo de su hogar para que esté instalada la amenaza, para que le quede claro al funcionario que saben dónde vive y que no respetarán ni su casa ni su familia.
No faltan los que hablan de la entendible travesura juvenil, de una simple pintada que no lesiona a ninguna persona.
Nos rebelamos ante esos razonamientos y por eso nos parece más que oportuno que el Dr. Robert Silva haya denunciado la situación ante la Fiscalía. Aquí no hay ninguna travesura. Tampoco nada inocente. Se encuadra en un modo de operar que incluye a las gremiales de profesores, que han reivindicado su derecho a adoctrinar. La desprestigiada Fenapes, la de los profesores que mienten para cobrar horas que no trabajaron, ahora no tuvo más remedio que condenar el episodio, pero al mismo tiempo reiterar la retahíla de excesos que incitan a estas acciones radicales.
Las propias ocupaciones son peligrosas prácticas. Son ilegales y todos lo sabemos. Lo sabe este gobierno y lo supieron los anteriores. La policía viene actuando estos días con toda prudencia, con una paciencia ejemplar, desocupando y yendo de nuevo a desocupar, una y otra vez. Da la impresión que se está buscando la provocación para que un desliz, un pequeño error, un empujón inoportuno, desaten todas las tormentas.
Protestas habrá siempre y bienvenidas en cuanto sean la natural expresión de la libertad de agremiarse, de expresarse, de manifestar y reclamar. Esa es la democracia. Pero agraviar, enchastrar edificios, ocupar ilegalmente y llegar luego hasta la descalificación personal, en el terreno considerado "sagrado" del hogar, como dice la Constitución, no tiene otro calificativo que el que empleamos. Es un acto fascista. Quizás los responsables no se den cuenta de que es así, como el burgués gentilhombre de Moliere, que hablaba "en prosa" y no lo sabía...
Cuando el Presidente dijo que el agravio es un buen testimonio de la necesidad de la reforma, no han faltado quienes le cuestionaron, como si el primer magistrado del país no tuviera no solo el derecho sino el deber de defender el clima de tolerancia del país y el ejercicio normal de los poderes públicos.
Le damos mucha importancia al episodio. E insistiremos. (Artículo que se comparte con Correo de los Viernes)

Javier Bonilla
Límites a las mafias...
Brasil haciéndose respetar
  • Derribos semanales de vuelos, intercepciones maritimas y fronterizas de narcos, traficantes de armas y metales preciosos o predadores ambientales, parecen dar la tónica de que por fin se ponen límites a las diversas mafias, al menos a nivel federal

El propio manejo noticioso de estos temas, cuando las acciones militares o policiales se van haciendo rutinarias, y su destaque periodístico es menor que hace 3 años, prácticamente evidencian que los brasileños se van acostumbrando a que la tolerancia con la gran delincuencia ha disminuido notoriamente.
La impresión, sobrevolando estás temáticas, es que en Brasil el delito disminuye, descontando aquellas violencias metropolitanas y la de las grandes bandas transnacionales que, progresivamente encuentran más hospitalidad en ghettos o imprudentes países vecinos. Puede ser, esto último, debido a las recientes victorias de izquierdas radicales impresentables, estúpida y ampliamente tolerantes con el crimen, la histórica corrupción paraguaya o, más acá la manía fraudulenta y suicida, de seguir destinando recursos para combatir la delincuencia actual y distrayendo a la opinión pública persiguiendo a viejos militares o policías por temas de hace medio siglo en tierras rioplatenses, donde la vida cada vez vale menos. Sea como sea, se trata de una vecindad de gente más ruidosa que representativa de interés popular alguno...
A diferencia de la región, en su interior y mayoritariamente, el pueblo brasileño sabe que precisa a sus Fuerzas de Defensa, Seguridad, Ambientales o Sanitarias y las respeta, sea por su creciente protagonismo e impronta anti delictiva o por involucrarse en lo que hace al combate de frecuentes desastres naturales o en obras públicas imprescindibles ante la ausencia o la duda sobre los proveedores privados. Esta presencia uniformada es otra forma de minimizar diversas corruptelas que ya fueron un vicio nacional brasileño y que en ciertas regiones aún pugnan por existir.
Claro que también existen los intelectualoides, las ongs, los columnistas, políticos previsibles y los artistas ya no tan subsidiados (y por eso furiosos...) Gente que apuesta al victimismo, a la demagogia programada, al maniqueísmo y a la fingida sacralización de organismos internacionales o hasta de dudosas estrellas de Hollywood, buscando desesperadamente, si fuera posible, mártires (para un extremista no hay mejor sobremesa que un mártir a las brasas....) intentando disfrazar toda apuesta razonable al orden y la disciplina, como "opresión, represión desmedida", etc.
No entienden o más bien simulan no entender que la lucha actual de su país es por hacerse respetar y defender su imagen real ante un mundo que precisa lo mucho que esta nación produce, sin que sea preciso humillarse ante modas políticas o culturales algunas.
Sería muy bueno que el resto de América del Sur también lo entendiera y aprovechase la oportunidad que se le presenta para vivir en paz , e inclusive crecer sinérgicamente junto al gigante que hoy precisa, junto al orden, disciplina,seguridad y firmeza en sus normas y funcionamiento, expandirse en conocimiento e intercambios vários, a cual más productivo, y ya no en territorio.
Una vez más, se trata de hacerse respetar. Para eso, hay que respetarse primero, abandonando las tolerancias indebidas, las lógicas del "buen salvaje", del " buen ladrón", de la "buena madre delincuente obligada a eso", del "sicario recuperable" o del "buen proxeneta que hasta se enamora de su víctima" . Se trata de poner límites y puntos finales al contraventor. La mayor parte de Brasil parece poder hacerlo! ¿Y por casa?...

Rafael Rubio
Ser tupamaro
  • El escorpión y la rana  (fábula de origen desconocido, atribuida a Esopo).
    El escorpión le pidió a la rana que lo cargara para cruzar el río, la rana le dijo —¿cómo sé que no me picarás? El escorpión respondió: —porque haría que ambos nos ahogáramos. La rana aceptó; y a la mitad del río el escorpión picó a la rana. Cuando la rana le preguntó ¿por qué?, si los dos vamos a morir; el escorpión respondió: —es mi naturaleza”.

Cuando se publicó el libro “El último golpe tupamaro”, escrito por el fallecido Dr. Antonio Mercader, que narra los lamentables hechos sobre los sucesos del Hospital Filtro por la extradición de los etarras, afirmé que no existía un último golpe, que los tupamaros han seguido haciendo de las suyas. La violencia ha mutado.
Para llevar adelante sus ideas “salvadoras”, robaban bancos, casinos, financieras, secuestraban gente, ejecutaban  acciones terroristas (voladura del bowling de Carrasco y del Club de Golf), mataban y ajusticiaban personas.
Luego de ser amnistiados por la sociedad, crearon las “tupabandas” para financiar su actividad proselitista y  participaron en los sucesos del Hospital Filtro.
Mintieron, engañaron, crearon fábulas para manipular a la gente (los tupamaros se alzaron en armas para luchar contra la dictadura).
¿Ya nos olvidamos del episodio del circo armado con el “caballero de la derecha” en el caso de los aviones de PLUNA?
La mentira repetida como arma política: “una manera segura de que la gente crea falsedades es la repetición frecuente, porque la familiaridad no es fácilmente distinguible de la verdad” (Kahneman, Daniel. 2012. 2012. Pensar Rápido, pensar despacio. Penguin Random House. Grupo Editorial Sudamericana. Pág. 88).
Por último, el episodio sucedido en La Paloma, denunciado en el programa de tv “Santo y Seña”, ocurrido bajo la Administración tupamara del Ministerio del Interior y el comportamiento “mafioso”  desempeñado por el actual senador Charles Carrera es una prueba elocuente de lo que significa  “Ser tupamaro”.
 
i. Parece que el concepto de la plasticidad cerebral no ha calado en el imaginario colectivo…

“Una de mis charlas de divulgación empieza comparando el cerebro con un ordenador. Hablo a la gente diez minutos con esta analogía y todo el mundo asiente, como que lo están entendiendo muy bien. Llega un momento que les digo: bueno, pues todo esto que os he contado es mentira. Nuestro cerebro no funciona como un ordenador. De hecho, no se parece en nada a un ordenador. Nuestros circuitos no son fijos. Esta imagen errónea del cerebro, como una máquina en la que los cables están conectados y no hay nada que hacer, tiene consecuencias además en la educación y el aprendizaje”. Marín, Óscar.
 
ii. Plasticidad neuronal
 
El cerebro es el órgano del comportamiento y el repositorio de la memoria y del aprendizaje. Cuando adquirimos nuevos conocimientos, dominamos una nueva habilidad o guardamos algo en la memoria, el cerebro cambia de forma real y física para que esto ocurra (Bachrach, Estanislao. 2014. ENCAMBIO. Editorial Sudamericana Uruguaya S. A., págs. 101 y siguientes).
 Aprendizaje y memoria, crean sinapsis que son cadenas de neuronas que provocan cambios permanentes a través de la repetición. Esto determina que las diferentes profesiones modelen sus cerebros en función de las tareas que les son propias y realizan todos los días.
Si tocas un instrumento muchas horas, se “formatean” determinadas áreas de tu cerebro, que controlan tus dedos, labios, lengua, etc.
En definitiva, lo que “pienses o hagas” en forma recurrente, esculpe tu cerebro.
Las neurociencias descubrieron que nuestro cerebro se transforma de manera constante: la experiencia y el ambiente modifican los circuitos neuronales y regulan la expresión de nuestros genes.
 
iii. Marcadores somáticos
 
El neurocientífico Antonio Damasio denominó  “marcadores somáticos a las sensaciones de nuestro cuerpo que nos dicen si nuestras decisiones son acertadas o equivocas. Este circuito que se origina en el cerebro límbico que telegrafía nuestras sensaciones viscerales, a menudo mucho antes que el cerebro cognitivo  llegue a una conclusión más razonada”  (Goleman, Daniel. 2013. FOCUS, El motor oculto de la excelencia. Ediciones B Argentina S.A., pág. 91).
Cuando nos enfrentamos a situaciones complejas,  el área prefrontal (centro ejecutivo del cerebro) guía la toma de decisiones. Éstas se toman  en base a las sensaciones que funcionan como un timón interno y no solamente en un análisis frío y racional.  
Así, la autoconciencia se expresa de dos maneras, con un relato que considera nuestro pasado y futuro y un relato que nos relaciona con el presente inmediato. La resultante es el más íntimo sentido de nuestro ser. Refleja la suma progresiva de nuestras impresiones sensoriales. Estas señales son los guías internos para llevar una vida acorde con nuestras creencias.
“Mi creencia _que es el motor que me guía_ me exime de considerar importante aplicar reglas básicas de comportamiento y de administración en el manejo de la cosa pública, pues todas las obras las hago _de acuerdo a mi ideología/religión: ser tupamaro”.
Se crea una disonancia cognitiva de los actos del “administrador” (tupamaro) con la realidad. El administrador siente enojo por tal resabio burgués,  por actuar “ecuánimemente” de acuerdo a las normas establecidas.   
Si en función de mi creencia, a lo largo de mi vida delinquí, robé, maté, secuestré, realicé actos terroristas, etc., hacer piquetes, escraches,  mentir, manipular, amenazar, falsear normas, engañar, conspirar, trampear, ocultar verdades, etc.,   etc., son apenas  variaciones de mis “guías internas” que vienen determinados por  mis marcadores somáticos aprendidos de “los peores mentores”.
“Si me dañas una vez, la culpa es tuya. Si me dañas dos veces la culpa es mía. No tropecemos dos veces con la misma piedra”.

Natalia Larrosa
La nostalgia uruguaya
  • “La nostalgia, como siempre, había borrado los malos recuerdos y magnificado los buenos”. Gabriel García Márquez

Es sabido que todas las sociedades tienen algo que las une, que las identifica y que las distingue del resto. Un deporte nacional, una festividad, una religión, costumbres o tradiciones que desean mantener a pesar de los avances tecnológicos, un conflicto bélico de muchos años o una reconstrucción post guerra, por citar algunos ejemplos.
A los uruguayos por estos días nos une, nos identifica y nos distingue la Noche de la Nostalgia, y por extensión a la misma, la nostalgia como tal. Nos guste o no la Noche de la Nostalgia, es innegable que la nostalgia se hace presente y es casi imposible evitarla. Los programas de televisión y de radio, la decoración de comercios, vidrieras y supermercados, las publicidades en redes sociales, las promociones para cenas, fiestas y noches exclusivas, la organización de encuentros y reuniones con familiares y amigos, las compras, las reservas de hora en la peluquería, conseguir niñera, conseguir Uber o un conductor designado que no tome alcohol, y la infaltable pregunta que siempre llega ¿qué vas a hacer el 24 a la noche?
Todo tiene un tinte nostalgioso.
La Noche de la Nostalgia, esa fiesta típica de nuestro país, surgió en la previa del feriado de la Declaratoria de la Independencia, en el año 1978, gracias a la iniciativa del programa de Pablo Lecueder en la Radio CX 32 Radiomundo, rememorando los grandes éxitos de finales de los 60 y principios de los 70; y pasó a denominarse oficialmente como “Noche de la Nostalgia” mediante la Ley número 17.825 de septiembre del año 2004. Además de designarla oficialmente como la Noche de la Nostalgia, dicha ley estableció que el Ministerio de Turismo deberá incluirla en los eventos de carácter turístico y promocionarla en el exterior a través de Embajadas, Consulados y oficinas comerciales.
No solo nos identifica la nostalgia como sociedad, sino que la nostalgia tiene en nuestro país respaldo legal y proyección turística y comercial.
Salir a cenar; escuchar y bailar las canciones que fueron furor en nuestra adolescencia y juventud, encontrarnos con amigos y compañeros de estudios, recordar viejas épocas, costumbres y amores, sentirse jóvenes otra vez…, esas son algunas de las respuestas dadas sobre el furor de la Noche de la Nostalgia en nuestro país.
Sin embargo esas respuestas no son exclusivas de los uruguayos, todas las actividades y emociones antes mencionadas son comunes a otras sociedades y otros países.
Entonces, ¿Qué es lo que hace que para los uruguayos la Noche de la Nostalgia sea tan especial? ¿Qué ADN nostalgioso compartimos los uruguayos en la previa y durante las noches del 24 de agosto?
Si entendemos la nostalgia como la añoranza del pasado, particularmente por una época o por un lugar donde tuvimos buenas experiencias o que nos generan buenos recuerdos, debemos concluir que los uruguayos somos esencialmente nostalgiosos.
Hemos crecido y nos hemos construido como Nación en base a la nostalgia de los Pueblos Libres, a la nostalgia del Batllismo y sus leyes de avanzada a principios del siglo XX, a la nostalgia del Maracanazo, a la nostalgia de haber sido alguna vez la Suiza de América...
Hoy, esa nostalgia, pareciera vivenciarse a través del encuentro de varias generaciones en torno a la música.  En tal sentido, Pablo Lecueder, el creador de esta fiesta, sostuvo que “recordar es lindo, pero con música es mucho mejor”. Que varias generaciones compartan una noche de música y recuerdos no es un tema menor, al contrario, enfatiza la esencia nostalgiosa de los uruguayos.
La nostalgia puede ser engañosa, muchas veces llega a transformarse en ese “espejo que duplica lo vivido, rescatando nuestro tiempo de las garras del olvido”. No todo tiempo pasado fue mejor, aunque a veces el transcurso de los años nos haga pensar eso.
La Noche de la Nostalgia nos hace recordar siempre los buenos tiempos y momentos vividos, pero al final de la misma deberían sonar algunos acordes futuristas, para que los uruguayos no quedemos estancados en el pasado y podamos mirar hacia el futuro con la convicción y con las ganas de que todo tiempo futuro puede llegar a ser mejor.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



 Crónica de otros tiempos
Peligra la Patria
Si es ilegal la ocupación de los establecimientos de enseñanza, de cajón que cabe la pregunta ante la reiteración de la toma de liceos y escuelas por docentes y estudiantes que desconocen a la autoridad constituida: ¿es del caso ocupar y desocupar, y volver a ocupar, de un día para el otro el Instituto de Profesores "Artigas", por ejemplo, apartando al policía del combate a la delincuencia para proceder, manoseado y con desobediencia expresa al desalojo estudiantil?

(Por Ricardo Garzón) La patria se ha embrutecido en unos pocos años al compás del deterioro intelectual y falta de criterio con que se manejan hombres y mujeres en los polos de decisión, presionados por la fuerza sindical afín a la oposición política del partido de gobierno, en un país que ha hecho del fútbol principal preocupación.
Pendientes del estado físico de Suárez y del próximo mundial de Catar, a tambor batiente la prensa alimenta, no ya diariamente sino minuto a minuto la pasión del gol y de los asesinatos que le dan vida a los noticieros de las 7 de la tarde, en un pueblo en rumbo de destrucción y sumergido en la ignorancia, en donde los menos estudian y los más deambulan por la vida sin esperanza ni horizontes aceptables.
La oposición política, conchabada con los sindicatos de mayor penetración e influencia, -en realidad todo el PIT CNT-, facilita un estado de abandono general que ha hecho carne en la masa estudiantil. Juegan a la piñata y no le saben pegar. Caramelos, pitos y matracas llenan la bolsa frenteamplista del papel maché. La deserción escolar, que arranca en el tercer año de escuela, suma niños a la calle. Así de sencillo y sin más vueltas. La desocupación y sueldos básicos miserables atentan contra todo el sistema, en un Uruguay infiltrado por el narcotráfico.
La desobediencia que se manifiesta en todos los órdenes de la actividad estudiantil va en aumento, y retrotrae al país a las jornadas aciagas de 1968. Se le dificulta al gobierno cualquier acción emprendida, dando por razón el viejo refrán: "palos porque bogas y si no bogas palos".
Se ha entorpecido cualquier acción emprendida, al punto que los palos en la rueda han dificultado conformar un elenco de gobierno sólido y estable que pueda pararse en la idea y en la razón en el acontecer político del país.
La reforma jubilatoria no logra avanzar. De la reforma educativa con sustento en la Constitución, los políticos frenteamplistas y los sindicatos docentes y estudiantiles no quieren saber de nada, al amparo de posturas que son afines a la izquierda radical, y políticamente al Foro de San Pablo y al Grupo de Puebla.
¡Cómo será la cosa que en tiempos de Mujica, éste declaró muy suelto de cuerpo: "¡no me la llevan...!", refiriéndose a la reforma educativa.
El despilfarro de los dineros públicos, pese a promesas electorales incumplidas, sigue siendo una constante nacional. Y es más, va en aumento, derroche que ha transformado al Estado en un obeso mórbido.
Más de setecientos mil ciudadanos malviven por debajo de la línea de pobreza, y se ha denunciado públicamente que el cuerpo legislativo, entre titulares y suplentes que suben y que bajan de los escaños, cobran por día lo que aquellos en un mes.
La temida grieta, "señores y señoras", se irá cerrando a medida que se emparejen para arriba los sueldos ciudadanos. No para abajo, como han practicado con carácter secular todos los gobiernos que se han sucedido en el país desde que nos declaramos independientes.
La dilapidación de los dineros de la gente es una constante diaria del viva la patria permanente de los ministerios y demás dependencias del Poder Ejecutivo, Intendencias, Juntas Departamentales y Poder Legislativo, a lo que deben agregarse en su conjunto impuestos leoninos y tarifas desbordadas de los servicios públicos que no se pueden pagar. Las industrias fundidas; tambos cerrados, y desaparición diaria de grandes y pequeñas empresas.
La baraja tiene que volver al mazo.
Con infinita paciencia deberá revertirse el deterioro institucional y familiar en todos sus aspectos, con el contrapeso que supone la falta de idoneidad en las cúspides de los ministerios y en el sistema político uruguayo, en donde las coincidencias se dan, unánime y exclusivamente, cuando se trata de proteger el bolsillo.
La tarea, para salir del pozo, no admite fisuras. Blancos, colorados, cabildantes y frenteamplistas tienen esa gran responsabilidad, pese a estar ocupados en vestirse de Primera Comunión para las no tan próximas elecciones nacionales. Entre tanto, los parlamentarios juegan felices a la interpelación y a la mancha venenosa, en este circo de equilibristas y trapecistas al que han convertido el país.
Nos estamos yendo al asteroide, que no es precisamente el de El Principito.
La patria embrutecida deberá ilustrarse.
Desde la Leyenda Patria, un posible punto de restauración ilumina a través del tiempo y las edades el Poeta de la Patria, Juan Zorrilla de San Martín:

“La patria, redención ya consumada,
exige el culto de sus hijos fieles
en el altar del alma conservada”…



 



 

 
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