Edición Nro. 2265 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 24 de junio de 2022
 
 
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Javier Bonilla
Costumbres Argentinas (y no tanto...)

En los últimos días he seguido muy de cerca la caótica realidad de la vecina orilla con real preocupación. Sin aire de estúpida superioridad y soberbia con la cual algunos uruguayos miran al resto de América, creyéndose casi inmunes a ciertos contagios.
Cómo si acá no hubiesen votado al impresentable Mujica y su mafiosa caterva, o no hubieran condenado fanaticamente a Montevideo a 35 años de desastre, deudas y mugre por doquier, matizadas por decenas de fraudulentas secretarias, asesorías, direcciones y hasta costosos canales de TV que no ve ni el loro...!
Sin embargo, Argentina,asusta... A no ser por las bombas montoneras y el casi diario asesinato político, este 2022 se parece mucho a fines del 75, al final de Isabelita y sus ineptos facinerosos... Cómo ciclos perversos.
Al igual que hace casi 50 años dos o varios peronismos (a cual más mafioso, armado y prepotente, cómo parece marcar el manual justicialista...) dominaban absolutamente el panorama político argentino, con la diferencia que entonces no se vislumbraba una alternancia fuera de esa doctrina populista y terraja. Como hace casi medio siglo, escasez de combustible y huelgas constantes anuncian un invierno de confrontaciones...
¿Eso pudo haber azuzado el golpe, que ya se anunciaba abiertamente desde hacía 100 días antes de 1976? A decir verdad, ante sus, en la época, difíciles chances electorales, y pensando en un autoritarismo clásico y previsible -Lonardi, Ongania, Levingston o Lanusse (ni pensar en un loco Almirante Rojas...!)- la oposición jugó esa carta, en un país en el cual, la mayoría de los que llegaban a General, ya se imaginaba con la banda presidencial...
Hoy, cómo en buena parte de Sudamérica, los militares argentinos están hechos bolsa, desmoralizados y desconsiderados hasta en sus más elementales necesidades técnico -profesionales; más después del delirio de Malvinas, entre otros, no exentos, algunos, de ciertos nacionalismos conspiranoicos, frecuentemente antiliberales y antisemitas, que también, en menor frecuencia, se ven de este lado del Plata, en ambos países disfrazados de "terceras posiciones"y yerbas similares. Del otro lado, abundan aquellos  uniformados que prácticamente creen integrar la OTAN. En cualquier caso, ya no son, en ambas márgenes rioplatenses, factor de poder.
Sí, a diferencia de nuestro obsecuente y mediocre periodismo televisivo y nuestro periodismo impreso anodino, la prensa argentina sí se hace respetar, investiga, destapa tarros y marca tendencias. Eso reconforta, aunque no baste. Y también, dentro del oscuro panorama socio económico que enfrentan, especialmente las provincias (empezando por la de Buenos Aires) que la salida electoral a esta situación de mafias contra mafias, no sea otra versión de peronismo.
Sin embargo, este desgobierno tiene más de un año por delante, aunque no se sepa ya quien manda, si la chorra desquiciada o el pelele que se preocupa en hablar lenguaje "inclusivo", mientras, a ambos -bebiendo, los dos, de las fuentes más impresentables de la politica internacional, desde Teherán a Moscú, pasando por La Habana- los extremistas y sus raros aviones les pasen por arriba y los pongan en atroz evidencia. A nosotros, espero que en alerta...
En este caos, no es improbable que el dólar llegue, en pocos días u horas, a los 250 pesos y monedas. Eso equivale a que el kilo de asado allá esté a tres dólares. Ni hablar, otros productos, bienes y servicios...
En tal contexto,es menester preguntar si Uruguay, en su histórico cinismo negligente, seguirá apostando a un dólar escandalosamente planchado (a lo Astori) y al tonto 0 kilo, el cual, propinas mediante, usualmente se supera...
También cabe preguntarse si, ante el incontrolable trasiego de drogas, armas y otras preciosidades que está imperando en la República Argentina, estamos atentos y tenemos los recursos necesarios para evitar dolores de cabeza.
O ante una posible emigración no tan pudiente ni controlada como la anterior, cosa que, paulatinamente, ya estaría afectando al sur y sureste brasileño.
Del mismo modo, cuestionaría a la mayoría de mis colegas uruguayos, que ya se apresuran a tejer elogios para el ex presidiario Lula (el mismo que no quiso mediar entre Uruguay y Argentina en ocasión del conflicto por las papeleras ) si ante el caos rojo y mafioso al cual se precipita Sudamérica, ¿no perciben que la victoria de Bolsonaro en Brasil y la derrota de Lugo en Paraguay son imprescindibles para la estabilidad y la paz del continente?
Creo que no están ni moral ni intelectualmente preparados para responder...
A propósito... la hija de Astori, ¿seguirá queriendo que Alberto nos adopte?

Rafael Rubio
Negociación colectiva y contingencia
  • “Los seres humanos nacen con distintas capacidades. Si son libres, no son iguales. Si son iguales, no son libres”. Alexander Solzhenitsyn
  • El Uruguay debe avanzar  en el sentido que va el mundo, que no es precisamente el del marxismo corporativista

Las organizaciones empresariales son sistemas de producción. Un sistema es un ordenamiento de partes interrelacionadas que  interactúan con su  medio externo. La razón de ser de las organizaciones empresariales es satisfacer lo que el medio les demanda, ya sean productos y/o servicios.
Para que esas partes interrelacionadas interactúen positivamente, en el sentido deseado, es clave que todas compartan el mismo propósito, la misión que le da sentido a la organización. También es necesario establecer normas que definan las interacciones, así como roles que las ejecuten. Para armonizar las personas y el trabajo se establecen las estructuras organizacionales, la cual se ejecuta en la cultura organizacional (el modelo de creencias compartidas y valores que dan sentido a los miembros de una organización y les proveen de reglas de conducta para su comportamiento dentro de ella. Davis, S. M. 1984. Managing Corporate Culture. N. York. Harper & Row, Publishers).
Los sistemas humanos interrelacionadas son los grupos de interés (stakeholders) de la organización: clientes, trabajadores, proveedores, medio ambiente y accionistas. Si no se respeta la participación y satisfacción de cada grupo de interés, en el mediano a largo plazo, la organización desaparece.
Estos sistemas sólo logran consolidarse y funcionar eficientemente cuando la cooperación y la colaboración son procesos de relación fundamentales. Dichos procesos de relación son predecibles, en base a una creencia colectiva de sus integrantes: confianza.
La confianza es un ingrediente esencial para desarrollar la cooperación,  emana del afecto y la amistad (aprecio y consideración) y de cogniciones basadas en cálculos (confío que harás lo que has dicho). Por tanto la confianza es afectiva y cognitiva e implica un sentido de expectativa, de obligación, y reciprocidad, asegura que el entorno social  también desempeña un importante papel en ella. Un entorno social digno de confianza facilita la suposición de que se cumplirá con una obligación  y de que se colmará una expectativa, creando así un sistema de confianza mutua.
Otras investigaciones también encontraron que la tecnología impacta en los comportamientos, como ser si se produce en línea de montaje, producir una sola unidad hasta su completo acabado, producir bienes en un proceso continuo, etc., etc.
Al igual que la teoría de sistemas antes vista, la teoría de las contingencias presenta una visión más amplia del comportamiento de las organizaciones. Requiere un ajuste entre los procesos organizacionales y las características de la situación.
El pensamiento reciente en el diseño de la organización ha vuelto a subrayar la importancia que tiene adoptar la estructura organizacional a diversas contingencias para lograr la eficacia organizacional. La teoría de las contingencias también se ha extendido al liderazgo, a la dinámica de grupos, a las relaciones de poder y al diseño de los empleos. La premisa básica es adaptar el comportamiento a la situación.    
En lo que tiene que ver con las personas que integran las empresas, ya sea como directores o subordinados, no han sido creadas sino que han evolucionado. La evolución se basa en la diferencia, no en la igualdad. Cada persona posee un código genético diferente y desde su nacimiento está expuesta a diferentes influencias ambientales. Esto conduce al desarrollo de cualidades diferentes que significan diferentes probabilidades de supervivencia y de desempeño en la vida y por ende en el trabajo.
Si tenemos en cuenta todos los factores que influyen en el desempeño de las empresas y las diferencias humanas de sus integrantes, ¿usted piensa que tiene algún asidero científico categorizar los consejos de salarios por criterios tan elementales como lo son rubros de producción para productos o servicios similares y obligatoriamente pagar igual a los integrantes de cada categoría?, ¿no le parece que ese criterio es un residuo más del centralismo democrático que se profesaba en los soviets a las que nuestras centrales sindicales son tan afectas?
El Uruguay debe avanzar  en el sentido que va el mundo, que no es precisamente el del marxismo corporativista.  




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Crónica de otros tiempos
Ahora o nunca
  • "Los uruguayos son leones de circo; aguantan los latigazos hasta que se comen al domador". Cadena Caracol
(Por Ricardo Garzón) No, no se sacan chispas. Son todos iguales, y quienes no son iguales son parecidos. Así se presenta ante la opinión pública el sistema político uruguayo, con senadores y diputados que son en su inmensa mayoría desconocidos para el ciudadano.
Producidos por políticos avezados afectos al manoseo del sistema electoral, arriban como rueda de chorizos al Palacio Legislativo. Nadie los conoce; sus nombres y apellidos no suenan para la ciudadanía, engañada vilmente por la cúpula que confecciona las listas sábanas y repartija de cargos.
El deterioro intelectual de las legislaturas es pavoroso. La chatura envilece a todo el sistema; el país está dividido en dos, y las rencillas intestinas de los unos y los otros dejan perpleja a la sociedad civil.
La plata no alcanza; la conducción económica hace maravillas, con un presidente de la república que mantiene en la borrasca el timón de la nave averiada. La oposición se relame: todo parece hecho a medida para el triunfo en las urnas del partido comunista. Pretenden llegar al gobierno a caballo de la democracia representativa, y ejercerlo para la tribuna electoral bajo el paraguas de la dictadura del proletariado, conformando un Estado obrero. Una clase sobre otra, trabajadores sobre la burguesía.
Mintieron a sabiendas, y se preparan para el festín. Oposición y sindicatos están manifiestamente unidos, alzados y calzados. Guerra sin cuartel al gobierno, “ahora o nunca”.
Las redes sociales, afines al conventillo político y periodístico, han terminado de desnudar el sistema político uruguayo. Ponen diariamente sobre el tapete informativo los diferentes actos de corrupción política que se vienen sucediendo con manifiesta impunidad a través de los tiempos, y descubren minuto a minuto que el andamiaje político viene traicionando desde larga data el voto ciudadano.
A la pandemia del coronavirus, debe agregarse el estado de pobreza infinita y generalizada que traducen las canastas y proliferación de ollas populares en todo el territorio, en tanto los señores feudales de la legislatura cobran mensualmente sueldos que van desde los 360 mil a 500 mil pesos mensuales.
Un Estado limosnero da de comer salteado a más de un millón de pobres que viven en condiciones deplorables, y que asisten, vencidos e impotentes, sin arte ni parte, al derroche persistente y continuado de los dineros públicos.
Este mal manejo de la plata de la gente involucra a todo el espectro político, aunque quepa reconocer que los actos de corrupción existieron desde el despertar institucional del país. Es mafia de toda la vida, enaltecida y exaltada, que compró su impunidad a la prensa grande, diarios y televisión. Vendieron el rico patrimonio para su pervivencia: autocensura sostenida y ominoso silencio.
Empalmaron la baraja, se repartieron el botín, y siguen repartiéndose el botín. Millones de dólares compraron ese silencio.
Las noticias “incómodas” al poder, se difunden disfrazadas. El despilfarro de los dineros públicos destruye el país, y compromete pagos a los que deberán hacer frente las generaciones venideras.

 



 



 

 
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