No se conforma el que no quiere, y ahora resulta que tenemos que tragarnos el sapo escuerzo vomitado por el Presidente de la República que, en pleno jolgorio de los sindicatos, acaba de decir: «van llegando a la Educación Media gurises de los sectores más sumergidos de la sociedad, a los que antes ni se les ocurría ir al liceo; eso está pesando, y claro que tenemos problemas con la enseñanza».
Esta no se la lleva la ciudadanía, presidente. Por lo tanto, apaguemos la luz, compatriotas, porque esto no tiene sentido ni remedio. Consolidamos a toda carrera la ruta en cuesta abajo, sin centros de enseñanza, sin docentes y sin alumnos, a más de doscientos quilómetros por hora.

En rumbo de colisión inevitable, hemos llegado a un punto de no retorno: la plata para la enseñanza se tira en un gigantesco water closet, inodoro donde van a parar, además, los resultados agobiantes del rendimiento docente y estudiantil, divorciados ambos de la realidad educativa universal.
Los unos, porque no están preparados para enseñar. Se los tragó el progreso y la soberbia de sentirse imprescindibles en la conducción educativa que a pechera limpia le impusieron a un poder político día a día disminuido, y los otros porque en pleno auge del teléfono celular concentraron su atención en el desarrollo de los mensajitos y en la destrucción del idioma.
Se ha pauperizado la enseñanza, sí, pero no porque «vayan llegando gurises de los sectores más sumergidos de la sociedad», -como excusa el presidente-, sino porque aumentó el número de los asentamientos en todo el país; porque la política gubernamental del populismo precisa el voto de los ciudadanos más carenciados para su permanencia en el poder y los mantiene; porque es mentira flagrante que haya menos pobres, y porque los partidos políticos opositores deambulan perdidos en la maraña de desaciertos que imponen las mayorías legislativas que infectan el país.
Las pruebas PISA terminaron por ubicarnos exactamente en la realidad. Los resultados no pudieron ser peores. Estamos fritos.

El peso descomunal de los sindicatos rompió la balanza. El PIT CNT le mete pechera al Presidente de la República desde que asumió en el cargo, y hoy advertimos que se pretende cogobernar en esta enseñanza leprosa, con el pulgar para abajo, y no importa, a toda iniciativa que haya podido orientarse hacia la recuperación.
Y no importa, decimos, porque el macaneo presidencial ya no puede disimularse. El señor Mujica hoy, dice una cosa, mañana otra, y lo que pareció divertido al principio, "como te digo una cosa te digo la otra", ha derivado en consolidar una desesperante parálisis gubernamental en todos los ámbitos, acompañada de la diaria verborrea presidencial y justificación de lo injustificable a la que nos tiene acostumbrados, a través de cualquier medio o periodista que se le ponga delante.

No conformes, aquellos sindicatos que nacieron allá por los 60, se treparon al tren del cogobierno y resuelven, entre otras, si Pluna debe seguir volando; si el Ferrocarril es viable o no para la república, con incursiones cada vez más frecuentes en la conducción de la salud; en la destrucción de la seguridad ciudadana, y en el aniquilamiento de las fuerzas armadas como tales, encaminadas de modo artero y con malicia a transformarse en el brazo armado del Poder Ejecutivo.
El Ministerio de Educación, en tanto, desobedecido e ignorado por las autoridades rectoras de la enseñanza media y consejos desconcentrados supuestamente dependientes.

Hemos retrocedido sin pausa y sin ninguna perspectiva de recuperación ni desarrollo en un ambiente regional que nos asfixia, al punto que por falta de políticos y talentos en todos los partidos políticos, a dos años de las elecciones ya sabemos que Tabaré Vázquez será el próximo presidente de la república.

Dos o tres párrafos finales
Dos automóviles viejos, una casona refaccionada, una cortadora de pasto manual, una trincheta y una tijera podadora, fueron ofrecidas en garantía por el PIT CNT para la obtención de un préstamo que permita que los ex funcionarios de Pluna puedan hacerse de los aviones bombardier que volaron con la desaparecida aerolínea de bandera.
Unos pocos miles de dólares en garantía ficticia para unos cuantos millones.
Es cierto que la enseñanza ya no existe; es cierto que los alumnos que egresan del ciclo básico integran las mayorías analfabetas del país, porque no saben leer de corrido ni entienden la lectura.
También es cierto que desde tempranas horas existe una muy fuerte corriente de deserción estudiantil debido -entre otras- a la decepción por el atraso notable del contenido educativo en todas y cada una de las asignaturas de la enseñanza escolar y media, algunas perimidas en un mundo cambiante minuto a minuto.
Pero no se confunda el sindicato, ni tampoco el presidente compañero.
El pueblo, su pueblo, señor Mujica, cuando se acerca inexorable su partida, advierte impotente cómo se ha incrementado el índice de analfabetismo en todo el país.
Aún entre ignorantes, es cosa sabida, presidente, que con una bicicleta no se puede salir de garantía si compramos un avión. Cualquier clase de avión.
Ricardo Garzón

Nota de Dirección: escrito el editorial que antecede, advertimos la coincidencia de pareceres con el Vicepresidente de la República, Cr. Danilo Astori,  en lo que atañe a la formación profesional del docente y al llamado cogobierno que traduce en los hechos un florecimiento de corporaciones que viven trancando todos los avances que se plantean en materia de educación.
Con tal motivo, en la siguiente sección de enfoques, HOY IMPORTA, tomamos del diario EL PAIS la fundada opinión del Contador Astori, levantada a su vez del reciente reportaje que emitió al aire el programa En Perspectiva de Radio El Espectador.
Nos complace destacar esta puntual coincidencia en etapas negras de la Educación Nacional en todos los niveles, porque han sido pocas, muy pocas, las veces en que hemos coincidido con el Vicepresidente de la República.
Ricardo Garzón
Director Fundador