- Escribe Jorge Batlle, ex Presidente de la República:
El Presidente de Cosmo se comprometió con López Mena, a cambio de dinero, a participar en el remate y al mismo tiempo se comprometió a desistir de la compra para darle así oportunidad a López Mena a aparecer como el salvador del remate fracasado y ofrecerle al gobierno poner de nuevo en marcha la compañía pero con condiciones que le favorecieran en cuanto a las deudas de la compañía y en cuanto a los empleados y a los aviones. ¿Cuánto sabía el Presidente de la República de toda esta maniobra?, todo esto es una gran estafa.
Se llama Antonio Álvarez. Habló fuerte y con claridad. Ahora nos enteramos como realmente sucedieron las cosas. No era López Mena el dueño de Cosmo como nos imaginamos, era Antonio Álvarez que un día recibió una llamada telefónica y luego una visita y lo entusiasmaron en participar en el remate de los aviones de Pluna contra el pago de una comisión, de una importante y millonaria comisión, que López Mena se comprometió a pagar, y que por supuesto no pagó. Siguiendo su más antigua y vieja costumbre, demorando los pagos.
Así se hizo el negocio y estoy convencido de que esta combinación entre López Mena y Cosmo, el que debía saber la existencia de esa relación, por lo menos, debería haber sido el Presidente de la República, y seguramente por eso él dijo una vez “el remate va a ser unos pocos minutos”.
El Presidente de Cosmo se comprometió con López Mena, a cambio de dinero, a participar en el remate y al mismo tiempo se comprometió a desistir de la compra para darle así oportunidad a López Mena a aparecer como el salvador del remate fracasado y ofrecerle al gobierno poner de nuevo en marcha la compañía pero con condiciones que le favorecieran en cuanto a las deudas de la compañía y en cuanto a los empleados y a los aviones. ¿Cuánto sabía el Presidente de la República de toda esta maniobra?, todo esto es una gran estafa.
¿Cómo fueron las cosas entonces?. El Presidente de la República cierra la compañía y con ello la funde. Comete el primer y grave error de carácter comercial, puesto que la compañía cerrada pierde las frecuencias y entonces aparece López Mena y seguramente le ha de haber dicho al Presidente de la República que él tiene la solución. Naturalmente era una solución sin plata y dada su capacidad imaginativa consiguió un comprador y al mismo tiempo consiguió que el comprador se transformara en incumplidor de la compra, desistiera de lo que había comprado en el remate y de esa manera le daba la oportunidad a López Mena de ser el salvador de Pluna después del fracaso. Allí apareció el Sr. de la derecha, con nombre cambiado, y ahora resulta según el Sr. Álvarez que no era empleado de Cosmo, ahí apareció el aval impulsado por el Presidente de la República, maniobra ésta que acatan el Ministro de Economía y el Presidente del Banco República. Todos bailan al son de López Mena.
Este es un acto más de esta enorme inconducta del Poder Ejecutivo, con responsabilidad absoluta del Presidente de la República, que fue el que aceptó la propuesta de López Mena.
Dime con quién andas y te diré quién eres.
Jorge Batlle
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