Edición Nro. 2264 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 17 de junio de 2022
 
 
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PLUMAS ILUSTRADAS f
Javier Bonilla
Inventando muelles...
Guiso de gaviotas
El emblemático tema de Milton Nascimento ("Cais", en portugués) parece inspirar tanto a los ayer ruidosos gremialistas de los más que dudosos diques de la Armada, como a algunos empresarios navales mimosos y otros tantos locuaces consultores avivados.
Efectivamente, hace algunas horas, entre los bochincheros y previsibles manifestantes pertenecientes a Cofe -entre ellos las impresentables agremiaciones educativas- todos los cuales gastaron una fortuna en pirotecnia, molestando a numerosos trabajadores privados y vecinos del Centro, se contaban algunos representantes de los controvertidos y hoy casi incontrolables diques de la Armada. Los mismos que raramente reclamaron durante los 15 años de gobierno izquierdistas, alguno de los cuales se fueron luego a la puerta del Ministerio de Defensa a gritar.
¿Por qué protestaban? Pues, aunque uds no lo crean, por décadas de no ascensos ni ingresos de personal, demandas que no le exigian ni a Vázquez ni a Mujica. Aunque... con un dólar tan o más planchado que en tiempos de Astori, que servicios que justifiquen una significativa entrada de trabajadores, y con la burocracia imperante... ¿le vas a vender a nadie que no se llame Estado??
En este esquema, durante lustros se fue tirando el problema de las instalaciones navales estatales para adelante; a veces, hasta inventando expectativas de construir embarcaciones casi exclusivamente en la órbita del Estado, como la farra del remolcador Ky Chororó y algunas barcazas para Ancap, sin olvidar los polémicos mantenimientos mayores de buques de la Armada, que hoy nos tienen sin navíos de capacidad antártica.
Así las cosas,hasta que el Contralmirante Gossweiler, entrante Director de Material Naval (DIMAT), dio vuelta la mesa, desobedeciendo el tradicional mandato criollo de no hacer olas, y tras denunciar sobresueldos indebidos a nivel militar, hizo lo propio respecto a añejos, improcedentes y usuales pagos de horas extras fictas no realizadas a decenas de trabajadores civiles del Servicio de Construcción y Reparaciones de la Armada/SCRA, probablemente adobados por diversas jugarretas en cambio de moneda extranjera. Eso fue suficiente para que el aún -tras un enorme rosario de errores- Comandante en jefe de la Fuerza, Almirante Jorge Wilson, lo mandase arrestado a rigor a La Paloma y sustrajese de su órbita diques y astilleros, los cuales, durante el próximo semestre dependerán directamente del máximo jerarca naval, quien promete elevar sus conclusiones al Poder Ejecutivo tras investigar... aunque sea uno de los denunciados... Y aunque uno se pregunte si con esto de " tener la fiesta en paz", el propio ministro García no estaba al tanto de estas jodidas retribuciones.
Así las cosas, más vale que Gossweiler no descubra más nada, porque el próximo arresto van a ser dos meses en la Isla de Flores, y no sé si el farero juega ajedrez ni que tal le queda el guiso de gaviota...
Sin embargo, y si esto no bastara, también desde parte de la esfera empresarial se piden mimos. Al menos, desde el capítulo uruguayo del Instituto Panamericano de Ingeniería Naval, solicitando que en un país de dólar hiper planchado se prohíba importar buques usados (pobre la industria pesquera...) que, teóricamente puedan fabricarse aquí, y también prohibir la importación de barcos nuevos si quien lo hace no construye unidades nuevas en Uruguay, y luego, si los navios ensamblados en el exterior no tuvieran un componente nacional. Delirante, en un país del tamaño de Uruguay, aunque por su perfil costero, sí deba tener determinada industria naval.
¿Casi a la fuerza? No será reeditar, siempre recostándose en supuestos nacionalismos forzados y trasnochados el viejo y caro proyecto de Mujica (que desenmascaramos en 2014), de unificar a todos los astilleros estatales en uno, e invertirles unas decenas de millones de dólares para que "compitan". ¡Otro Gas Sayago...! Los " consultores" y otros curreros, afilan sus colmillos.
¿Volveremos -en esto tan pusilánime de quedar bien con todo el mundo- al mismo camino trillado y siempre caro para el sufrido contribuyente?
¡Votamos otra cosa!!!
Rafael Rubio
Educar para ser felices

Debemos empezar por definir la felicidad en sus dos componentes. Cuando alguien es feliz siente que tiene una buena vida, está satisfecho con ella y siente que está alcanzando sus objetivos, pero también siente a menudo emociones positivas, ya sea tranquilidad, entusiasmo, curiosidad, afecto u orgullo. Eso es la felicidad. Pero la felicidad no solo es buena para nosotros, no es solo algo que nos hace sentir bien, sino que es algo bueno para el mundo, porque cuando somos felices somos más generosos, más productivos, más creativos, incluso estamos más sanos, tenemos más energía, más posibilidades de perseguir un objetivo y tener éxito en ello, tenemos mejores relaciones, somos más generosos y tenemos más posibilidades de hacer amigos.
Por eso, cuando somos felices no solo nos sentimos bien nosotros, nuestras familias serán más felices, nuestros maridos o mujeres serán más felices, nuestros hijos, nuestros amigos y compañeros de trabajo también. La felicidad no es solo algo personal, es buena para nuestras familias, nuestras comunidades, para todo el mundo. Hay gente que cree que la felicidad o se tiene o no se tiene, que hay gente que nace feliz y otra que no, y que no se puede hacer nada al respecto. Hay cierto componente genético, pero eso no significa que no se pueda cambiar. De hecho, está comprobado que uno puede convertirse en alguien más feliz, ya sea bajo circunstancias normales o en circunstancias tan complicadas como las que vivimos hoy (Lyubomirsky, Sonja. 2008. La ciencia de la felicidad. Ediciones Urano S. A. Pág. 31).
“La felicidad es un deber moral, porque cuando todo el mundo siente que tiene la obligación de dar lo mejor de sí, construye una mejor sociedad”.
 
i.            Felicidad, religión, filosofía y ciencia
Hace milenios que las religiones y la filosofía se ocupan de este terreno brumoso que es la felicidad humana. Sin embargo, ha habido que esperar a la era moderna para que la neurociencia aporte datos sobre lo que sucede en el cerebro de las personas felices. Algunos investigadores denominan “el cuarteto de la felicidad” a la dopamina, la oxitocina, la serotonina y la endorfina, neurotrasmisores que provocan este estado de bienestar.
Para un cristiano saber que Dios te creó y te ama, es un motivo de alegría. Y como Dios “no hace magia”, como repite en sus Misas un cura amigo, no debe disgustarnos que al sentirnos amados por Él, nos ocurra un chorro en sus medidas exactas de esas sustancias químicas en nuestro cerebro  que nos brinden felicidad. La relación del budismo y a felicidad es más directa, esta religión busca precisamente es ese estado en la tierra (Goleman, Daniel. 2003. Emociones destructivas. Un dialogo científico con el Dalai Lama. Ed. Vergara). Por tanto un país como Bután, por ser budista, le resulte natural que la felicidad sea una búsqueda propia de la nación. Bután fue el primer país del mundo en cambiar la tradicional medición del Producto Interno Bruto (PIB) por el de Felicidad Nacional Bruta (FNB), innovador concepto que lo hace el país más feliz de Asia. El sólo hecho de medir la felicidad del país, permite actuar sobre ella.  ¿No sería una buena idea para el Uruguay?   
Epicuro, filósofo presocrático, afirmó que la felicidad es el único propósito de la vida. Antiguamente dicha posición era muy rechazada. Para Epicuro, la búsqueda de la felicidad era un objetivo personal, en la modernidad se la ve como un proyecto colectivo.
"Es difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero es imposible encontrarla en ningún otro lugar", dijo Arthur Schopenhauer.
Karl Popper (Popper, Karl R. 1997. El cuerpo y la mente. Ediciones Paidós Ibérica S. A. Pág. 76), se declara de orientación biológica de ideas evolucionistas, por lo que no puede estar en desacuerdo con lo que hoy dice la ciencia.
El filósofo contemporáneo Michel Onfray afirma que  “no hay filosofía sin psicología, sin sociología, ni ciencias. Un filósofo piensa en función de las herramientas de que dispone; si no, piensa fuera de la realidad”.

ii.          ¿Se cree en la ciencia?
La ciencia es una vida de exploración y descubrimiento. Se sabe que la ciencia incluye las hipótesis mejor corroboradas, ninguna teoría puede considerarse científica si no especifica las condiciones que pueden invalidarla (Popper, Karl R. 1994. El cuerpo y la mente. Ediciones Paidós Ibérica S. A.).
La pandemia y la consecuente creación del Grupo Asesor Científico Honorario (G.A.C.H.) permitieron que la  ciencia tomara mayor visibilidad y que gran parte de la población se afilie a sus postulados. La alta tasa de vacunación contra el covid 19 es otra muestra que la población uruguaya cree en la ciencia. Otra prueba es cómo la ciencia permitió encontrar al asesino de Lola Chomnalez.  

iii.       ¿Entonces porque no usamos la ciencia para ser felices?
        “El comportamiento humano está determinado por hormonas, genes y sinapsis, y no por el libre albedrío, o sea las mismas fuerzas que determinan el comportamiento de lobos, chimpancés y hormigas” (Harari, Yuval Noah. 2013. De animales a dioses. Penguin Random House. Grupo Editorial Sudamericana. Pág. 263).
Dado el avance de la tecnología en todas las áreas, las personas modernas bien podemos pensar que la felicidad  es un problema técnico que debemos resolver. Hoy nos encontramos en “los últimos días del sufrimiento”. Porque, ¿cómo sufren  los humanos? Los humanos sufrimos por fallos técnicos, mucho cortisol en sangre, desbalance en la adrenalina, bajo nivel de serotonina, de oxitocina, de endorfina y de dopamina. Todos son problemas técnicos.
          ¿Podemos medir la cantidad de felicidad que llegamos a sentir en un instante, o bien a lo largo de toda una vida? ¿Cuáles son los indicadores de la felicidad? Más noticias
Cada vez más, la felicidad se considera una medida que cuantifica el progreso social y que los gobiernos utilizan, mediante datos e investigaciones sobre ella, para arrojar políticas que puedan permitir a la gente vivir una vida mejor.
Pero,  ¿si se puede medir la felicidad,  se puede administrar? Lo que medimos, condiciona nuestro propósito.
La felicidad no es una meta a la que llegar, sino un estado emocional que cultivar: “Conlleva trabajo y esfuerzo como cualquier cosa que queramos conseguir en la vida”. Un 50% del nivel de felicidad en una persona está determinado genéticamente, un 10% depende de la situación y circunstancias de la vida, y el 40% restante está sujeto a nuestro control. ¿Por qué no aprovecharlo a nuestro favor en los tiempos que corren? Sonja Lyubomirsky (Doctora en Psicología social y de la personalidad por la Universidad de Stanford,  profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de California).
“La felicidad conlleva trabajo, como todo lo que importa en la vida, si quieres criar hijos exitosos, si quieres tener éxito en tu carrera, si quieres perder peso… Conseguir todo esto conlleva un trabajo, y la felicidad no es distinta. Mis estudios y los de otras personas muestran que todos podemos ser más felices si practicamos ciertas estrategias o actividades deliberadamente y con esfuerzo. Menciono ya algunas de ellas: cuando somos agradecidos, cuando somos amables, cuando disfrutamos de las cosas buenas, cuando hacemos ejercicio, cuando perseguimos nuestras metas, todo esto nos puede hacer más felices, pero son cosas deliberadas en las que hay que esforzarse. Lo bueno es que al principio puede que sea un esfuerzo y, quizás, incluso poco natural hacer todo esto, pero tras un tiempo se convierten en lo habitual, en hábitos, y cada vez es más fácil hacerlas. Tras más de treinta años de investigación, Lyubomirsky demuestra, que aquello que anhelamos casi nunca nos hace felices cuando lo conseguimos y que, en cambio, las adversidades a menudo contribuyen a nuestra felicidad, haciéndonos evolucionar, apreciar las cosas buenas y desarrollar nuestra creatividad.
Coincidiendo con esto, “La creencia de que podemos contar con accesos directos a la felicidad, la alegría, la comodidad y el éxtasis, en lugar de trabajar estos sentimientos con el ejercicio de las fortalezas y virtudes personales, conduce a legiones de personas que, en medio de una gran riqueza, están hambrientos espiritualmente”. Martin Seligman (Director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania. Ex Presidente de la Asociación Estadounidense de Psicología - APA).
En Practicar la felicidad, Tal Ben-Shahar, (Tal Ben-Shahar. 2010.  Practicar la felicidad. Un diario gratificante para tu realización en 52 semanas.  McGraw Hill, Nueva York),  nos presenta, a modo de diario, 52 reflexiones prácticas para conseguir una vida gratificante. No se trata de un recetario para alcanzar la perfección (quimera reservada para los libros de autoayuda y new age), sino de una serie de observaciones prácticas que ha ido recopilando a lo largo de su trayectoria como docente. Profesor y escritor con doble nacionalidad, estadounidense e israelí, Tal Ben-Shahar, sus libros han sido traducidos a 25 idiomas, entre ellos los bestsellers Happier y Being Happy. Especializado en Psicología Positiva, inició en 2006 un seminario en la Universidad de Harvard. Inicialmente apenas asistieron una decena de alumnos, no tardó en convertirse en la asignatura con mayor número de estudiantes de la historia de Harvard.
El cerebro de la gente feliz (Cases, Ferrán y Teller, Sara. 2021.  EL CEREBRO DE LA GENTE FELIZ - SUPERA LA ANSIEDAD CON AYUDA DE LA NEUROCIENCIA. Editorial: GRIJALBO/DARGAUD), es un libro fruto de la colaboración entre la neurocientífica Sara Teller y el escritor Ferran Cases.
Ferran Cases y Sara Teller explican en su libro que podemos lograr un cerebro feliz con algunas de estas claves:
1.   Vivir en modo presente en lugar de gastar energías proyectándote al pasado o al futuro. 2. Practicar la resiliencia, que es el arte de sobreponerse a las dificultades.  3. Probar cosas nuevas.  4. Echarle humor a la vida.

iv.        Educación
Hoy se habla de cambio educativo, imprescindible para desarrollar el país.
El desarrollo del país requiere generar  Capital Humano: Personas Capacitadas y Comprometidas. 
CAPITAL HUMANO = CAPITAL INTELECTUAL X CAPITAL EMOCIONAL
Más ingenieros, biólogos, agrónomos, arquitectos, médicos, etc., etc.
¿De qué vale tener tantos  profesionales si no se comprometen, no emprenden, no crean, no desarrollan, no inventan, etc. El signo de X significa que si el capital emocional es cero, se carece de capital humano. Algo parecido a esos profesionales que hoy desean ser empleados públicos para tener todos los beneficios que éstos tienen, sin riesgo, sin ser creativos y sin esforzarse mucho, ser unos perfectos mediocres. 
Se requiere formar gente feliz, enamorada de la vida, de sus familias, de sus amigos y vecinos, enamorada de su país.
      Si deseamos ser felices, debemos educar a los jóvenes para que lo sean. Hoy hay herramientas que permiten hacerlo. Ahí comienza el cambio educativo.

v.          Epílogo
“La tasa de suicidio del Uruguay duplica el promedio mundial y es la más alta de las Américas”.
“Es un problema social que el país arrastra desde tiempos históricos”. Afecta a todas las clases sociales y profesiones, en el año 2019 se ubicó en 20,55 casos cada 100 mil habitantes,  el doble del promedio mundial que se ubica en 10,5. Se estima que durante el primer semestre de 2021 hubo entre 18% y 23% más de suicidios que el promedio histórico de los primeros semestres del último lustro. 
 
¿Alguno conoce a alguien que se suicidó de felicidad?




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Los "relatos"
Por Julio María Sanguinetti. El Frente Amplio ha cambiado su estrategia. Una vez recuperado el ánimo con la recolección de firmas para el referendum, sus principales voceros sindicales se dedicaron, desde la noche misma de su derrota, a construir un relato épico. No importaba que esta tercera vuelta (porque así se encaró), repitiera la segunda del ballotage. La mitad mayor del país no sería el pueblo. Las "grandes causas populares" sólo estarían representadas por el PIT CNT y el Frente Amplio; el resto es la expresión de una especie de reacción conservadora y oligárquica. Los menos fueron más que los más; los más fuimos menos que los menos, pero eso no importa. El discurso multiplica los votos.

A partir de ese instante se lanzó una ofensiva global, contra todo.
La economía nacional creció un 4,4 % el año pasado y en el que transcurre, liderado por una formidable exportación agroindustrial, rondará de nuevo el 4 %. Según el relato, ese crecimiento no le llegó a los trabajadores, pese a que hoy el seguro de paro está en 44 mil personas, incluyendo los 9 mil de seguro parcial, mientras que en 2019, al término del gobierno anterior, había 46 mil. Hoy, el desempleo está en el 7,5 %; cuando comenzó este gobierno estaba en el 10,7 %. En el primer trimestre de este año hubo 30 mil puestos de trabajo más de los que había en el primer trimestre del 2019.
Los programas sociales se han duplicado; se destinarán 120 millones de dólares en el segundo semestre para adelantar a los jubilados y a los funcionarios el 3 % y el 2 %, respectivamente, de su ajuste de enero. Se están aplicando 50 millones de dólares a mejorar el sistema de CAIF. Se destinan 240 millones de dólares a los asentamientos, con un fuerte plan de mejoramiento de barrios y viviendas. El fondo COVID destinó 1.110 millones de dólares el año pasado para atender una emergencia que todo indica que no ha pasado para el mundo y que de un modo u otro empieza a golpearnos.
Por el lado que se le mire, el país está de pie después de dos años de pandemia y una guerra que sacude al mundo con una onda expansiva en la inflación, el precio de los combustibles y una incertidumbre generalizada. El precio del gas oil en Europa supera el nuestro y en Argentina, su escasez esta comprometiendo su capacidad productiva. En Brasil, por vez primera, el combustible es más caro que en Uruguay. Hasta en Arabia Saudita subió la gasolina. Aquí, seguimos funcionando y el precio de Paridad de Importación está por encima de la última fijación de precios. No es un milagro. Se puede enfrentar porque ha habido un manejo serio y prudente.
Nada de eso se reconoce. El milagro, si cabe la expresion, es que la inflación no se desboque como está ocurriendo en el mundo y nuestra vecina argentina.
El punto cumbre del "relato" es la seguridad. El Frente Amplio sabe que fue un factor importante de su derrota y por eso ha lanzado una ofensiva tratando de exorcisar la crisis de seguridad que legó, acusando al gobierno de un fracaso que los hechos desmienten. Seamos claros. Una vez más recordemos que durante sus 15 años invariablemete, todos los delitos crecieron, año a año, y así fue que de 7 mil rapiñas llegaron a 30 mil. Hoy hay 24 mil, muchas sin duda, pero mucho menos. Lo mismo ocurre con el hurto (19, 9 % menos) y el abigeato (36, 4 %).
De enero a mayo de ese año, se mantiene la situación. Se denunciaron 10.531 rapiñas, cuando en el 2019 había 13.604. En hurtos, en ese lapso se registraron 60.166 en 2019 contra 49.508 ahora. O sea que el conjunto de los delitos ha bajado.
En cuando a los homicidios también bajaron en los dos años de este gobierno, despues que se duplicaran durante el gobierno del Frente, pasando de 200 a 393 en el año 2019. Es verdad que este año aumentaron. En el mismo lapso (enero-mayo) del 2019 se dieron 146 homicidios y en este 169. Sin duda es grave, pero ¿cómo se explica cuando hay menos rapiñas y menos hurtos, cuando el delito en general sigue controlado? Es notorio: porque se está dando una lucha adentro del narcotráfico por territorios que se se le han achicado, a raíz del fuerte y exitoso combate que se viene librando contra el crimen organizado. Basta observar las enormes incautaciones de droga que se vienen dando y el cierre de bocas, que provoca esos enfrentamientos. Como dijo el Fiscal Díaz en agosto de 2019: "hace 10 años que no hay un plan contra el narcotráfico". Hoy lo hay, y por eso está ocurriendo lo que está ocurriendo.
Desgraciadamente, el hoy Presidente del Frente Amplio, Sr. Fernando Pereira, se ha transformado. De un sindicalista combativo pero serio, ha trasmutado ahora en un dirigente político radicalizado, que ignora el desastre de desocupacion, estancamiento economico e inseguridad que dejó el Frente. Ni hablar de los lamentables resultados en educación, especialmente para los más pobres, que el propio Astori reconoció reiteradamente, pese al aumento de gasto.
Como optimistas que somos, confiamos en que este sarampión de radicalismo pase. Que la visita del chavista español Pablo Iglesias no lo retroalimente. Bueno sería, por ejemplo, que le cuente como él mismo voló en pedazos por esa exacerbación oratoria despegada de la realidad, que lo llevó a la derrota en las elecciones madrileñas y a su paso atrás en su partido.
El Frente Amplio venía siendo muy eficaz en la construcción de "relatos". Anque nada tuvieran que ver con la realidad. Pero esta vez lo doblegó en la elección y lo volvió a doblegar en el referendum. Ahora, con desesperación, salen a explotar el fenómeno mundial de la inflación y el precio del petróleo. Apelan a la ignorancia de los ciudadanos. Tambien van a quedar al desnudo. Tiempo al tiempo. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)



 



 

 
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