Edición Nro. 2257 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 29 de abril de 2022
 
 
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Rafael Rubio
Ideologías y relatos
  • “Si a los veinte años no eres de izquierda, no tienes corazón. Si a los cuarenta años no eres de derecha, no tienes cerebro”. Winston Churchill

i.   "Las ideologías son el disfraz que se usa para esconder las ambiciones humanas". Charles De Gaulle
“La tragedia de América Latina ha sido la ideologización”, dijo el ensayista mexicano Enrique Krauze. Ideologías  que al decir de Fernando Savater refiriéndose a la Argentina, “discuten cosas que sólo están en los museos del pensamiento social en Europa”. Es más, algunas de esas ideologías están prohibidas (nazismo, comunismo, etc.) por crímenes de “lesa Humanidad”.
En nuestro país existe un Partido Comunista, un Partido Socialista y varios grupos marxistas, que conforman la mayoría del FA. En la última elección a presidente del FA se postularon tres candidatos, Fernando Pereyra que ganó, era apoyado por el Partido Comunista y el MPP, ambos marxistas. Los otros dos candidatos, Fernando Civila del Partido Socialista y la Sra. Ivonne Passada del MPP, también son marxistas.
El Uruguay vive un grave problema cuando su partido mayoritario es mayormente marxista y actúa como tal. Implica que los partidos no marxistas del conglomerado FA replican la dialéctica y la visión marxista de la sociedad, y su comportamiento es tan marxista, que aunque algunos de ellos no compartan esa ideología, su conducta lo demuestra.  
Según Carlos Marx, “no podemos cambiar las leyes de la historia: los capitalistas continúan acumulando propiedad privada que trae conflictos de clase que determina su derrota por el proletariado”.
Obviamente ello no ocurrió, pasó todo lo contrario. El desplome soviético de 1989 fue pacífico. Nunca antes un imperio tan poderoso había desaparecido de manera tan rápida y tan tranquila. El Imperio soviético de 1989 no había sufrido ninguna derrota militar, excepto la de Afganistán, ninguna rebelión, ni siquiera campañas de desobediencia civil a gran  escala como las de Martin Luther King. Los soviéticos tenían millones de soldados, decenas de miles de tanques y aviones y suficientes armas nucleares para aniquilar varias veces al resto de la humanidad. El Ejército Rojo y los demás ejércitos del Pacto de Varsovia permanecieron leales. Si el último mandatario soviético, Mijail Gorbachov, hubiera dado la orden, el Ejército Rojo habría abierto fuego contra las masas sometidas. Sin embargo, la élite soviética y los regímenes comunistas de Europa oriental, con la excepción de Rumania y Serbia, decidieron no emplear su potencia militar. Cuando sus miembros se dieron cuenta que el comunismo no funcionaba renunciaron a la fuerza, admitieron su fracaso, hicieron las maletas y regresaron a sus casas. Las élites comunistas cedieron sin luchar,  no sólo las conquistas soviéticas de la Segunda Guerra Mundial, sino que también las conquistas zaristas mucho más antiguas, en el Báltico, Ucrania, el Cáucaso y Asia Central. Estremece pensar que hubiera ocurrido si dichas élites se hubieran comportado como los líderes serbios o como el dictador Ceau?escu en Rumania. En este caso, el dictador y su mujer terminaron fusilados. Pocos días antes, el Partido Socialista uruguayo,  envió un telegrama de felicitación al dictador por el aniversario de su partido…
Si la realidad es tan evidente, ¿porqué hay tantos compatriotas que aún se deslumbran con los postulados de Marx, Engels y Lenin?
Son los mismos que creyeron en el Comité Asesor Científico Honorario (GACH) para combatir el corona virus y sin embargo para el arreglo social del pueblo uruguayo y sus relaciones económicas, creen que la tierra es plana.

ii.    “La máquina del mundo es harto compleja para la simplicidad de los hombres”. Jorge Luis Borges
Si la realidad no es suficiente para contradecir a Marx, a los “intelectuales marxistas” se les dice que desde el año 1920,  Elton Mayo demostró en las experiencias en la Western Electric en la ciudad de Hawthorn,  que la estructura es incapaz de determinar el comportamiento humano de manera absoluta como Marx proclama.
En cuanto al “materialismo dialéctico”, éste define la materia como el sustrato de toda realidad, concreta o abstracta,  emancipa la primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, y declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material. Luego aplica la dialéctica —basada en las leyes dialécticas propuestas por Georg Wilhelm Friedrich Hegel. El materialismo dialéctico es uno de los tres componentes —la base filosófica— del  comunismo marxista-leninista.
Cuando Niels Bohr, en su aporte a la física cuántica, le dijo a Albert Eistein en respuesta a una afirmación formulada por éste, “que Dios sí juega a los dados con el Universo”,  también le dijo a Carlos Marx,  que en el experimento mental conocido como el “gato de  Schrödinger”, la superposición cuántica permite percibir al gato,  según quién sea el observador, como muerto o vivo al mismo tiempo. Entonces, ¿cuál es la materia que se debe tener en cuenta para la dialéctica, la del gato vivo o el gato muerto?
Además, como nuestros cerebros son cuánticos, Herbert Simon, Premio Nobel de Economía, en el año 1977 postuló su visión de la “racionalidad limitada” y que el hombre “satisface” en lugar de “maximizar”.  En el año 2002 se eligió como Premio Nobel de Economía a Daniel Kahneman, por sus aportes sobre los sesgos cognitivos que echan por tierra muchos postulados básicos de la economía clásica, incluidos postulados marxistas, y confirman lo dicho por Herbert Simon. Estas posturas dieron nacimiento a la “economía del comportamiento”, que corrobora lo observado por Elton Mayo. Richard Thaler, economista del comportamiento, ganó el Premio Nobel de Economía en el año  2017. Sus investigaciones demuestran que las decisiones no siempre obedecen a criterios racionales, sino que también entran en juego variables psicológicas que las desvían de un comportamiento económico racional.
Por último, el cerebro cuántico de Steve Jobs lo llevó a crear el “smart phone”, aparato que se duda venga determinado por la materia, por todos los beneficios que ofrece y que conceptualmente poco tienen que ver con la materia en la cual se asienta.
La ciencia demuestra que ser marxista en el siglo XXI es como creer que la tierra es plana o que a los niños los trae la cigüeña de París.

iii.    “Las personas pueden mantener una fe inquebrantable en una afirmación por absurda que sea cuando se sienten respaldadas por una comunidad de creyentes con su misma mentalidad” (Kahneman, Daniel. Pensar Rápido, pensar despacio. 2012. Editorial Debate. México).
 “Desde los griegos, el pensamiento occidental ha tenido el curioso vicio de asumir que el mundo es racional y que el conocimiento verdadero sobre ese mundo toma la forma de proposiciones lógicas o científicas que se someten fácilmente a la explicación”  (Bruner, J. 1997. La educación, puerta de la cultura. Madrid: Visor, pág. 142), cosa que con estos ejemplos se observa no es así.
Ello se debe a que “no somos seres racionales, somos aún seres emocionales que aprendimos a pensar. Las emociones controlan mucho más la razón que la razón a la emoción, se puede ver hasta neurológicamente,  hay muchas más avenidas neuronales que van desde lo límbico, desde lo emocional al córtex, que al revés” (Bachrach, Estanislao. 2014. ENCAMBIO. Editorial Sudamericana Uruguaya S. A.).

¿Qué explica que muchos hombres sigan creyendo los postulados de Marx, Engels y Lenin?

iv.    El marxismo como religión
La religión es cualquier historia de amplio espectro que confiere legitimidad superhumana a leyes normas y valores. Legitima las estructuras sociales asegurando leyes superhumanas. La religión asevera que los humanos estamos sujetos a un sistema de leyes morales que no hemos inventado y que no podemos cambiar. Las leyes comunistas de la historia se asemejan a los mandamientos de los dioses de las diferentes religiones, puesto que se trata de fuerzas superhumanas que los hombres no pueden cambiar por propia voluntad.
Según Marx, “no podemos cambiar las leyes de la historia: los capitalistas continúan acumulando propiedad privada que trae conflictos de clase que determina su derrota por el proletariado”. Esto significa que el comunismo es una religión verdadera, que en su búsqueda intransigente de la verdad subvirtieron las leyes, los rituales y las estructuras tradicionales.
Tanto Lenin como Mao creían que “las opiniones de la gente  reflejan su educación y su entorno social, que tanto a ricos como a pobres se les lava el cerebro desde que nacen, a los ricos se les enseña a obviar a los pobres y a los pobres se les enseña a obviar sus propios intereses”, en la política socialista el partido es quién sabe mejor lo que conviene y en la economía socialista el sindicato siempre tiene razón.
Los socialistas interpretaron las realidades tecnológicas y económicas y crearon una religión valiente y nueva para su época. Prometieron la salvación mediante la tecnología y la economía, con lo que establecieron la primera tecnorreligión de la historia  y cambiaron los cimientos del discurso ideológico.

v.    Lo que importa es como lo  cuentas
Gracias a la Biblia hay dos mil millones de cristianos en el mundo y gracias al Corán hay un  mil seiscientos millones de musulmanes en le tierra.
El éxito de estos libros, demuestra que relatar una buena historia apunta directamente a nuestro sistema límbico (emocional) y más que capturar la atención, logran mantenerla, pues la atención tiende a orientarse a lo que nos resulta significativo. Los relatos” logran algo que “las industrias de la atención” – la tv, el cine, la publicidad – saben muy bien (Goleman, Daniel. FOCUS. El motor oculto de la excelencia. 2013. Ediciones B Argentina S.A., pág. 266).
La narrativa mágicamente transforma la información en emoción y permite,  al presentar los sucesos en escenarios dicotómicos de “buenos y malos”, que se esteriotipen todos los relatos de forma tal que los buenos son siempre buenos y todo se justifica y los malos serán eternamente malos,  todo lo que hagan serán acciones pérfidas y deleznables.
Por algo las librerías nacionales están plagadas de “relatos” de guerrilleros heroicos y de este tipo de héroes que luego vistos en su accionar corriente dejan mucho que desear y sólo la mística logra ocultar los desastres que han dejado por varios lados.
El Uruguay imperiosamente debe mejorar su educación. La gente bien educada es capaz de diferenciar la realidad de la ficción. Ahora luego del referéndum es el momento. Una educación basada en la ciencia y no en “antologías de literatura fantástica”, como a mí me tocó estudiar en la UDELAR todo el año 1972 a Marta Harnecker, chilena ideóloga del marxismo cubano que terminó trabajando para el “Socialismo del Siglo XXI” de Hugo Chávez. Para estudiar ese tipo de literatura, Julio Verne es más divertido y Jorge Luis Borges mucho más culto.
En ambientes en los que los que enseñan son respetados y valorados, esos que enseñan deben hacerse merecedores de tal respeto y por tanto deben trasmitir a sus educandos ciencia cuando es ciencia y ficción cuando es ficción.
Cuando ambas cosas se mezclan, surgen fanáticos que son capaces de tomar las armas para imponer sus sueños de grandeza que no son sino sueños de ignorancia y soberbia acumulada en sus resentimientos.
“El hecho de no haber estrangulado el bolchevismo nada más nacer (…) lo estamos pagando hoy con creces”. Winston Churchill. Discurso pronunciado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. 31 de marzo de 1949.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Crónica de estos tiempos
Propuestas y más propuestas
  • Es muy sencillo pontificar acerca de qué se debería hacer sin acompañarlo del cómo. Ello da cuenta de la falta de seriedad y el tenor demagógico de las propuestas que se formulan
(Por Julio María Sanguinetti) Quienes integran la coalición, naturalmente, pueden hacer propuestas. Sería mejor discutirlas internamente para estar por lo menos en una línea general que las haga viables, pero está en la lógica de los hechos políticos. Cuando la pandemia golpeó los indicadores sociales, nuestro Partido -como partido- hizo una seria de postulaciones, en buena parte acogidas por el gobierno. Lo que resulta inconducente y demagógico es que el Frente Amplio lance una andanada de rebajas impositivas y aumentos de remuneraciones, sin decir de dónde saldrá el dinero.
Simplemente se proclama una aspiración, tratando de hacerle creer a la gente que estamos ante un proyecto a considerar y no lo que realmente es: un discurso para la tribuna.
Un partido que acaba de hacer una oposición frontal al gobierno, llevando a referéndum popular su ley programática, ¿con qué lógica propone medidas, como si lo inspirara un espíritu constructivo? Solo podría tener algún viso de seriedad política si se acompañara con un estudio económico que permitiera visualizar su viabilidad. Sobre todo cuando el gobierno acaba de disponer, para el segundo semestre del año, un aumento en sueldos públicos y pasividades, de 3% y 2% respectivamente. Lo hizo porque la recuperación económica y la mejoría de la recaudación permitirían manejar el inevitable déficit público dentro de términos viables, o sea que no condenen al país a perder el "grado inversor" de las calificadoras de riesgo, con sus negativas consecuencias sobre el crédito.
No estamos entonces ante una propuesta sino una fantasía de Alicia en el País de las Maravillas. Ella se basa, por otra parte, en la constatación, feliz constatación, de que la economía del país ha crecido un 1,5% más si se comparan el segundo semestre de 2019 y el de 2021. Afirman entonces que los trabajadores no han participado de esa expansión. Lo que es falso, porque es evidente la recuperación del empleo, prioridad excluyente hasta el año pasado. Notoriamente se crearon, en el 2021, 50 mil puestos de trabajo y el desempleo, que el Frente Amplio lo entregó en el 10% de la población activa y hoy ha bajado al 7%. Esto se tuvo particularmente en cuenta en los acuerdos que se hicieron en la actividad privada y todas las partes, Estado, trabajadores y empleadores, coincidieron en que lo primero era, justamente, recuperar actividad y empleo. Se reconoció entonces, y nadie lo niega, que hay aún un retraso de salario real, no muy grande pero reconocible. Ese era y es el objetivo del gobierno, pero la situación ha postergado avances.
Nadie puede negar que pensándose en que este sería un año normal, que permitía ser optimista, hoy nos encontramos inmersos en una guerra europea de repercusiones universales En el mundo entero la suba de alimentos y combustibles fogonea una inflación que ha llegado a valores impensables en las economías desarrolladas. ¿Cómo se pude hablar tan alegremente cuando estamos sumergidos en una situación cuyos efectos están a la vista, rodeados de incertidumbres hacia el futuro?
El gobierno, con sensibilidad de respuesta, propuso un adelanto del aumento de sueldos y jubilaciones que tendría que venir en enero, o sea que en el segundo semestre habrá una carga fiscal adicional de aproximadamente 170 milones de dólares, solo posible de pagar justamente porque la economía creció. Y creció por una política económica seria, bien distinta a la de Argentina que tanto enamoraba al Frente. Por otra parte, ya el gobierno anunció que se añadirían algunas ayudas focalizadas hacia los sectores más desvalidos.
No se puede hablar, entonces, de ortodoxia fiscal o neoliberalismo. Pero peor que la ortodoxia es la demagogia.
No soy economista, pero una simple mirada casera nos dice que la baja del IVA que se propone difícilmente tenga un costo menor a 50 millones de dólares y si congelamos el combustible hasta fin de año, a los valores de hoy, seguramente no bajemos de 200 millones y si duplicamos alegremente los beneficios del MIDES no sé a dónde nos vamos. Entonces, como dijo nuestro Presidente, hay que tener responsabilidad. Y el Frente Amplio la debería tener, porque ha gobernado 15 años, terminó con el país estancado y si aspira a retornar, tendría que entender también que mantener los equilibrios y rescatar la seguridad social es en beneficio de todos y mal de nadie (ni aun de los que se enojan por no entender que nada es mejor que un sistema sólido).
Es un tiempo de tormenta. El país lo capea bien parado. Se está enfrentando la inflación. Como en la tormenta sanitaria de la que ya salimos, calma y buen rumbo. El escenario está dominado por la incertidumbre. Razón de más para ir paso a paso. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)

 

 



 

 
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