• Vestirse de negro, ¿para qué?

Muchas mujeres consideran que haber lucido ropa negra el pasado 8 de marzo, podía ser visto como un gesto simbólico para ayudar a disminuir la violencia doméstica e intrafamiliar (me niego a decir “de género”,  premeditada aberración idiomática favorecida por el gramscismo cultural imperante....). Permítanme disentir…..!
En primer lugar,  ninguna familia disfuncional evitará un crimen, ni sicópata alguno dejará de matar a su novia, su mujer, o –cosa más común entre ciertos trogloditas musulmanes y similares (a los que muchas zurdillas piden “tolerar” sin decir para qué...) por motivos “de honor”- a su hermana, su hija o a su madre,  aunque el mundo se vista de negro…
En segundo lugar, he vivido bastante en Brasil, y vi más de una manifestación pro-desarme  de algunos movimientos autoproclamados pacifistas, tipo “Viva Río”, todos vestidos de blanco  y soltando palomitas, que  no disminuyeron la violencia un ápice. Al malandro no le importan ni  movimientos ni  leyes pro –desarme…
Vestirse de negro, o de blanco no sirve de mucho, aunque quede políticamente correcto! Trabajen en serio sobre el origen de la violencia doméstica, sea histórico cultural, religioso (como se ve en muchos de los refugiados sirios -donde hermanos mayores mandaron a alguna hermana al hospital sin que las feministas reaccionasen- y ni hablar, de los guantanameros que Mujica nos regaló) o  una construcción de relaciones interpersonales...! Y ya ni hablo del padre, la madre o abuela que manda prostituir a la hija o hace la vista gorda frente a los desmanes de algún "hombre" de la casa, gente a la cual no veo a la comunidad condenar con la vehemencia necesaria…
Me refiero, por ejemplo, a las cada vez más comunes parejas disparejas, en zonas desfavorecidas especialmente, entre adolescentes o veinteañeras con “cincuentones” que “las ayudan”, muchas veces cargando hijos, y otras, instigadas por sus propias familias, novios reales, etc. Hace algunos años, tras algunos crímenes muy difundidos, hasta alguna jerarca de “Mujeres de Negro” se animó a advertir públicamente sobre el peligro que entrañaba esta tendencia social como potencial generadora de violencia.Otro caldo de cultivo es la frecuente –y casi cínicamente lógica- unión de seres oriundos de familias problemáticas, disfuncionales o con disvalores.
Recientemente, tras el triste asesinato de Valeria Sosa (me niego a entrar en la tontería general, llamándolo “femicidio”) tras los escarceos judiciales en torno a la tenencia de sus hijos, por uno y otro abogado, los uruguayos acabamos enterándonos que, salvo excepciones, ambas familias dejaban mucho que desear en materia de referentes y valores. ¡Ahí hay que trabajar….!
De los sicólogos del Ministerio del Interior, que ni detectaron la explosividad de la situación, ¿qué podemos decir? ¡Qué están robando la plata es poco! ¿Fueron sancionados u observados los “profesionales”, más allá de algunos policías? ¿Podía acaso ingresar a una Fuerza de Seguridad un personaje como el homicida, con todo ese background?
Detesto la idiotez del proclamar: “todos somos culpables” e irnos para casa. Ahora, en esta situación, no solo ambos fueron coadyuvantes, sino que hay varios culpables escondidos… Vecinos, familiares, compañeros de trabajo, etc.
Multipliquemos esto por cada gurisa que, en determinados barrios, por los escasos valores otorgados a la instrucción -en un país en el cual el estudio cada vez se  cotiza  y determina menos- y por la falta de perspectivas o estímulos, familias difíciles o históricamente ausentes, mediante expectativas falsas, etc., acostumbra a quedar embarazada, hasta llenarse de hijos antes de los 20 años, reproduciendo la miseria y la marginación por los siglos de los siglos, además de otros tipos de violencia  intentando financiar esos racimos de botijas que crecen “a la que te criaste”, aunque les pongan nombres extranjeros mal escritos… Cantera de demagogos cuando se acercan las elecciones, además…
¿Cuántas de estas chicas viven al filo de la navaja, del disparo o la piña, cuando no del pastabasero, o de yirar por la comida de los gurises o por un celular? ¿A cuántas la propia “familia” las lleva o las llevó por cualquier camino? Sin embargo, los “intelectuales” y las feministas parecen conformarse con el diagnóstico fatalista: las cosas son así porque “ser madre es el único  status que pueden tener estas jóvenes cuando dejan la niñez”. Y punto!
Digo yo… Si tanto nos preocupa la mujer humilde y la infancia carenciada… debemos iniciar YA una campaña tenaz, pertinaz y hasta agresiva para transformar esa realidad! Cambiar los valores de esta gente recurriendo a todas las herramientas y métodos posibles, y no continuar con la tolerancia condescendiente, impotente e hipócrita de aceptar esa realidad inadecuada, inconveniente y suicida para el país. Demostremos que embarazarse para una menor es un pésimo negocio, y para su hijo peor! Claro que el resto del Estado, además de los técnicos, debe embarcarse en esa campaña y con respuestas! Con lo que se ha robado en Pluna, Ancap, Alur o Asse, lo que cueste es poco… Obviamente, mientras no se extirpe -quizá con algo de violencia, asumámoslo- el delito de esos y otros barrios y se exhiba alguna luz al final del túnel, a esta gente, difícil para Sagitario… Ahora, ¿qué feminista evita ver esto?
¿Quizás aquélla, que le dio la espalda a la médica de Casavalle, quien hace 3 años denunció a un matutino que la violación intrafamiliar de menores era su cotidiano clínico y que nadie le llevaba el apunte, a la cual hicieron callar?
¿Es que con tanta ONG idiota y currera que debemos soportar, no surge ninguna que a manera de Headhunter en miniatura, cuando la gran mayoría ni intenta terminar secundaria, capte inicialmente a aquellas chicas (y chicos también!) destacadas o con potencial y les ofrezca otros instrumentos para ascender socialmente o al menos zafar? Probablemente no haya tiempo para pensar en universidades; ahora, oficios bastante lucrativos, seguramente se pueden enseñar. Y valores también! No caigamos en la babosería intelectualoide de creer que todos los valores convergen en algún hipotético lugar…
Y, en el caso de aquellas mujeres víctimas de violencia a las que se protege en hogares de acogida e instituciones similares –¡que debemos duplicar!- y se intentan terapias multidisciplinarias..., ¿es tan difícil instrumentar (que todos tenemos alguna vocación o habilidad....!)  créditos blandos y oportunidades para que se adueñen de su destino, sin depender del asistencialismo barato?
Especialmente antes de que las cosas pasen -como ya lo dijimos semanas atrás en Desayunos Informales de Canal 12- en vez de dilapidar la plata del Estado en los Fondes de la vida, ¿no hubiera sido menester, con la mitad de los 70 millones de dólares tirados por el inodoro (claro, ahora administrados por gestores responsables), ayudar tanto a jóvenes talentosas, como a mujeres rescatadas de realidades violentas, muchas veces con hijos o hermanas a cuestas? Y eso -directa o indirectamente, con éxitos y fracasos- es una inversión! Integrar gente a la educación (aún la más simple) y al mercado es siempre una ganancia para la sociedad…Y prevenir con determinación, poniendo límites…!
Desde aquellos docentes o médicos que capten situaciones extremas actuando sin vacilación, hasta lo macro. Dentro de ello y terminando con varios lustros de estúpida e inconducente permisividad, terminar con el alcohol y la droga aún transformando al Uruguay casi en un "cuartel" o comisaría. Es mejor -a como está la cosa- que omitirse!
¿Qué muchacha puede estudiar o trabajar el lunes si el sábado se cayó de la borrachera, las pastillas, el porro o la pasta base, y el domingo mal se levantó a sacarse la resaca? ¿Qué hijos puede tener, cuando, precisamente, tiende a embarazarse? Si hiciéramos un mapa genético del país de hace 40 años y ahora,  nos sorprenderíamos de la degradación biológica de la mayoría de nuestros compatriotas. ¿Adónde queremos llegar? Y esto no se arregla con abortos, porque estas jóvenes, a no ser alguna violada, expuesta públicamente, en su mayoría no quieren abortar aunque se haya proclamado la legalización para ellas…!
Quizá ,si esa ley dejase de financiar a todas -incluyendo a la cheta, socia de Blue Cross, MP, Summum o Medicare, etc., que no lo necesita- podría ahorrarse dinero para otros ítems sanitarios que esta gente mucho precisa…
Que si las intendencias dejaran de solventar gabinetes absurdamente enormes (acomodos…) canales televisivos, tablados, inmuebles desocupados, monumentos innecesarios o carísimos corredores terriblemente mal hechos, lograrían que estas barriadas del entorno montevideano fueran más dignas y que los tóxicos y la vagancia no fueran alternativas.
Y si las autoridades filtrasen la migración desde ambientes donde la concepción político –religiosa, más que machista, medieval, ayudarían a que otra gente, extremadamente prolífica (frente a la cual los “colectivos” -forma izquierdosa de llamar a grupos o puñaditos- no se pronuncian mucho, ni cuando empezamos a ver preocupantes bhurkas y chadores) no se reprodujese localmente, ni, paulatinamente, fuera vista como “normal”.
Y a reforzar la FAMILIA! Clásica o monoparental, FAMILIA...! Base cultural occidental! Dejemos las ideologías baratas y las visiones extremistas de lado. Y no ignoremos que políticos radicales de todo el mundo disparan contra ella! Algunos lo confiesan, como la  impresentable diputada catalana Anna Gabriel, proponiendo “criar a los niños en tribus”, pues “las familias fuertes no votan izquierda”…. Otros, aún no se animan... Ahora…, es incontrovertible que el neomarxismo, fracasando el dogma de la lucha de clases, inventó y exacerbó la “lucha“ de Géneros, definición cuestionada por la Real Academia -pues somos sexuados y no precisamente un “género”- para seguir agitando y viviendo del Estado, Ongs, etc.
Resumiendo: nada de vestirse de negro, sino a  trabajar en serio, prevenir tragedias o sus caldos de cultivo activamente, integrar a la educación a las oportunidades y al mercado a la mujer vulnerable o vulnerada, reforzar la/s familia/s, y dejar de desvalorizar al hombre, que la mayoría no anda golpeando a nadie por las esquinas! Este es un enfoque liberal. Contrapuesto tanto a las histéricas ultras y neomarxistas (esas que, desde cargos municipales pagados por todos u organizando manifestaciones días atrás, aclarando que “el feminismo es de izquierda, anticapitalista y revolucionario”, o la Coordinadora de Feminismos, confesando “trabajar el capitalismo, la lucha de clases, etc." ), como a los abusadores que despiden a una mujer cuando se embaraza, y de cualquier trabajo, incluso los más suaves… ¡Somos los mismos liberales que votaron en 120 años todos los derechos femeninos… Y sin “cuotas”!