Edición Nro. 2076 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 20 de julio de 2018
 
 
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TURBINAS ARGENTINAS - ENFOQUES COMPARTIDOS f
Enrique Guillermo Avogadro
¡Qué minas!
  • “Una gabardina colgada del perchero ha conservado la forma del cuerpo ausente”.
    Dolores Soler-Espiauba

Aunque muchos se lo suplicaron en diciembre de 2015 y a principios de 2016, los asesores de Mauricio Macri lo convencieron de que sería contraproducente describir con precisión la situación económica y social que Cristina Elisabet Fernández le había dejado en reemplazo de la banda presidencial y del bastón de mando, y así se perdió una oportunidad histórica: entregar formalmente a la sociedad un croquis detallado que le permitiera transitar con alguna seguridad a través de ese inmenso campo minado.
Sin embargo, nadie podía prever que, mientras caminábamos aterrados por la posibilidad cierta de una explosión, del cielo cayeran bombas aún más destructivas: la sequía que trajo La Niña y las inundaciones que, conjugadas, llevaron a una sideral pérdida de nuestras cosechas. En cambio, sí resultaba previsible que las políticas comerciales de Donald Trump –“USA first!”- trajeran aparejada una revalorización fuerte del dólar y un aumento progresivo de las tasas de interés norteamericanas, que se transformaron en una gigantesca aspiradora de los fondos mundiales que, mientras subsistían tasas casi negativas, habían buscado lucrar en los mercados emergentes y de frontera, como era la Argentina.
Al frente de un país como el nuestro, cuyo Estado gasta muchísimo más que lo que recibe, no genera los dólares comerciales por exportaciones capaces de corregir tanto déficit ni el ahorro interno necesario para financiarlo, que mantiene una presión tributaria record sobre el sector formal (el otro evade sin medida) y una inflación cercana al 30% anual, y que carece de moneda propia (aquí el peso no es un refugio de valor), el Presidente optó razonablemente por aplicar una receta de corrección gradual de los gravísimos problemas heredados.
La alternativa, el ajuste inmediato de tantas variables desacomodadas a propósito por su antecesora, fue dejada de lado por la conmoción social que, sin duda, hubiera provocado. Para comprobar este aserto basta con recordar qué sucedió cuando se puso en marcha una más que tibia reforma previsional o se incrementaron las tarifas de los servicios y de los combustibles, sobre todo a la capital y el Conurbano.
Entonces, se recurrió a los mercados voluntarios internacionales de crédito que, como dije, estuvieron encantados de prestarnos dinero mientras no existían otras posibilidades mejores y de renta segura; cuando éstas aparecieron, salieron corriendo pese a los altísimos rendimientos que aquí les ofrecemos. Esa fuga fue, precisamente, la que provocó la crisis cambiaria que soportamos hasta hace quince días, mucho más fuerte –por nuestra permanente fragilidad- que las que sacudieron a las demás economías en todo el mundo.
Nuestro pobre peso –sólo una unidad de intercambio-, que venía con un claro atraso comparativo, se devaluó como ninguna otra moneda regional, si se excluye al bolívar de la asesinada Venezuela, y ello pese que, cumpliendo su compromiso, el Gobierno no emitió, como hizo el kircherismo para enmascarar sus permanentes desaguisados.
Y así llegamos al FMI que, con el inmenso apoyo internacional que recoge esta administración, nos sacó un poco las papas del fuego. Pero, como se dice, no hay almuerzo gratis, y ahora hemos llegado al momento en que debemos dejar de lado los modos graduales de reducir el gasto público y el derroche al que los argentinos somos tan afectos. Ahora, Macri debe aplicar recetas duras, aunque ya no cuente con la popularidad que lo llevó a ganar en 2015 y 2017, que le hubiera permitido sortear con mayor tranquilidad el temporal que viene con vientos fuertes: la economía enfriándose, una inflación indomable que este mes superará el 3% y los coletazos que llegarán desde lejanas playas por la guerra comercial pronta a desatarse entre Estados Unidos y China, que hará temblar al mundo entero.
La tormenta social es inevitable, pero eso no me impide preguntarme cuál es la receta que aplicarían para alivianarla quienes protestan todos los días en la calle, quienes se resisten al achicamiento de la planta de empleados estatales, quienes se rasgan las vestiduras por los aumentos en los precios del transporte, del gas, de la electricidad, de la nafta o del gasoil, o los periodistas que se desgañitan quejándose del Gobierno.
Sergio Massa y su equipo, que recientemente presentaron un pseudo plan económico, confirmando la validez del teorema de Baglini obviaron maliciosamente explicarnos de dónde saldrían los fondos necesarios para continuar subsidiando todo eso; y lo mismo hacen tanto las restantes tribus peronistas cuanto los movimientos insurreccionales de izquierda.
Señores: o nos ponemos serios o llegará a la Casa Rosada un símil de Nicolás Maduro para expropiar todas las empresas, propiedades y campos, para enriquecer a su claque incondicional y para, cuando hasta eso se acabe, hambrear a la población y sumirla en la desesperación más absoluta, como prueba el masivo éxodo de venezolanos que llegan en masa a los países de la región. Pensemos que, a pesar de flotar sobre un inmenso mar de petróleo, el chavismo ha producido esa gigantesca catástrofe humanitaria que hoy obliga a sus ciudadanos a abandonar todo para no sucumbir ante las enfermedades y el hambre.
No se trata de recurrir al viejo apotegma –“yo o el diluvio”- sino de un hecho casi físico: alguien debe pagar tanto disparate, y ese alguien hoy no existe; no hay, ni siquiera entre los propios argentinos, quien esté dispuesto a enterrar aquí sus ahorros para que sigamos transitando este insano camino de gastar más de lo que tenemos. Si aumentamos los impuestos, ahogaremos aún más nuestra economía; y si no pagamos lo que nos prestaron hasta ahora, caeremos en un nuevo default, con todas las terribles consecuencias que acarrea caerse del mapa del mundo.
Me parece que, mal que le pese, Macri debe hacer uso de la cadena nacional y explicarle todo esto a un país angustiado por muchas voces interesadas en hacerse con el poder para lucrar desde él, como han hecho casi todos en los últimos setenta años. Pero, otro gran problema comunicacional del Gobierno, también para enumerar las obras de infraestructura que se han encarado, y de las cuales dan escasísima cuenta sólo las informaciones que nos llegan, desde el interior, a través de las redes sociales.
¿Por qué se permite a los miembros del “club del helicóptero” el monopolio de los micrófonos y de las cámaras de televisión? ¿Por qué no mostrar las cloacas, las viviendas, las rutas, los puentes, los pavimentos que se han hecho y que benefician a miles de compatriotas? Es cierto que el kirchnerismo hizo claro y mentiroso abuso de esa forma de relacionarse con la sociedad, pero Cambiemos está pagando un alto precio por abstenerse irracionalmente de hacerlo.
Basta con que se diga la verdad, aún cuando esa verdad sea dolorosa, ya que costará mucho más seguir permitiendo a tantas inescrupulosas voces  propalar de la desesperanza. 




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Se ha dicho

Astori molesto. El ofrecimiento público de Mujica al ministro Murro, proponiéndolo como precandidato a la Presidencia de la República, no cayó en gracia al ministro de Economía, Danilo Astori. No por su contenido sino porque se hizo público. Astori precisó a Mujica y le reprochó que cree que "son cosas que no se deben hacer"; que haber filtrado información puede "llevar a la ruina lo que se está buscando", y que se creó un "manoseo de nombres".

Mujica a Astori.
Desbordando ironía, Mujica respondió: "Parecería que la realidad está indicando que los candidatos a presidente deben elegirse clandestinamente, fuera de la opinión pública y de los comentaristas; en el más sosegado sigilo. Proponer a alguien es un pecado mortal o cuestiones por el estilo. El que no tenga el cuero duro que no critique a los otros y se oponga", dijo con voz molesta, arrastrando las palabras y acentuando las sílabas, y agregó: "he sentido cualquier cosa. Yo creo que si proponemos a la virgen María también va a estar mal. Está todo mal. Que me digan cuál es la forma de tirar pingos a la cancha. Tendrá que ser clandestinamente, pedir un pase de magia".

Alas U (1).
Atentaron, como fue público y notorio en el mundo hispanoparlante, contra el periodismo y contra la libertad de expresión, contando con el apoyo de un reputado estudio jurídico, y dinero del FONDES, en su intentona y demanda por más de cien mil dólares para silenciar el periodismo que juzgaban adverso.

Alas U (2).
Tiraron la plata en las paredes del conurbano bonaerense; desconocieron con probada vocación suicida a la prensa especializada; se obnubilaron con la gran prensa diaria y televisiva a la cual, por la vía del canje, le dejaron el muerto de cheques incobrables; se rodearon de alcahuetes interesados que no son chicha ni limonada en el ambiente aerocomercial de la región -con los cuales terminaron peleados como perro y gato-, y no tuvieron mejor ocurrencia, con dineros públicos, que pretender llevarnos a la justicia reclamando cien mil dólares, porque en tarde de chanzas divertidas invitamos a bailar La Raspa con el toro de Tacuarembó.

Educación.
En el ámbito educativo, la consigna de destrucción ha sido y es sistemática. Los estudiantes egresados de sexto año escolar apenas si saben leer, y no entienden ni comprenden lo que leen. La deserción masiva que se advierte a partir del tercer año escolar viene de perillas para confinar en la pobreza y mediocridad a la ciudadanía en general, alejando por derecha toda forma de consumismo y progreso. A través del delito, sin embargo, es posible acceder a otros niveles de vida, en donde el narcotráfico y sus actividades satelitales llevan ominosa delantera.

Ineptitud y suicidio.
No le preocupó al ministro hechicero, en su gobierno y en su tiempo, el descalabro de Ancap cuando la administración Sendic, ni el relajo monumental de Pluna, con políticos ineptos y sindicatos suicidas. Tampoco violar promesas electorales al amparo de una supuesta y descarada estructura que denominó, obviamente que para embaucar, consolidación fiscal.

Astori Otario (1).
Se hizo el otario cuando la administración Mujica tiró la plata por la ventana; aumentó los impuestos en los sueldos y pasividades sumergidas, y tiene la desfachatez de gravar los ingresos a partir de los 23 mil pesos, como si este nivel fuese piso de despegue para el desahogo de la familia uruguaya.

Astori Otario (2)
¿No vio Astori, siendo vicepresidente y luego ministro, que durante la administración Sendic se fundía la ANCAP, y no de la noche a la mañana, sino con la constancia diaria de la gota de agua sobre una estructura endeble con resistencia muy limitada?

Trampas del gobierno.
El desquicio de su gestión presidencial en ANCAP, (Sendic), que se tradujo en una pérdida de cientos de millones de dólares tirados a la calle, contó con la complicidad criminal del otro Vicepresidente de la República que entre 2010 y 2015 ejerció esa magistratura, (Astori).

¡Bárbaros!.
Lorier, Juan Castillo y Víctor Rossi, línea media con Murro, Arismendi y la 1001, -veterana reivindicativa de las viejas glorias y banderas de la resistencia obrero estudiantil del siglo pasado-, configurados todos para reflotar despojos de la vieja Pluna, herida de muerte, cuando en un mediodía bien regado de principios de julio de 2012, el entonces cacique mayor del territorio, frustrado premio Nobel, a vista y paciencia de un sindicato incrédulo y suicida, la remató de un plumazo.

Silencio cómplice.
Astori se calla la boca cuando el “mandatario pobre” combate el consumismo, como si lo que ganan los uruguayos dé para el despilfarro. Así se ha engañado a la población fomentando la inseguridad; se ha resignado la autoridad en la educación pública en favor de las corporaciones docentes que se fornicaron la política y a los políticos, en tanto campea el bandolerismo en un país que, desde el gobierno, ha hecho lo indecible por partir en dos a la república.

 

 










 
















 

 

 
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