• A nivel aerocomercial, los concesionarios de los aeropuertos de Carrasco y Punta del Este realizan  constantes esfuerzos de promoción y difusión para atraer nuevas líneas o vuelos particulares. Quizá, para iniciativas de menor volumen, como potenciar Carmelo (activa terminal descuidada y desperdiciada) o resucitar las abandonadas instalaciones aeronavales de La Paloma -que podrían alojar una pista de 1650 metros- debería convocarse a privados.

No dramaticen! ¡Vamos por partes!, decía Jack El Destripador.
Más allá de asegurar la aeronavegabilidad, la navegabilidad de las vías marítimas y acuáticas (de ahí que parezcamos obsesionados con las ya impostergables necesidades de contar con radares costeros), o las facilidades de tránsito aduaneras y migratorias terrestres, o liberar totalmente el riel para los privados, y no molestar a quienes quieran brindar nuevos servicios, el Estado poco puede y debe hacer al respecto, fuera de estimular brevemente algún paso inicial…
Y aludimos a todas las vías de comunicación, porque, además del transporte aéreo, en los últimos años perdimos líneas de ómnibus que unían Montevideo con Santa María o Melo con Bagé, en Río Grande do Sul, y una de las frecuencias entre Paysandú y Uruguaiana, así como las líneas terrestres paraguayas y chilenas que atendían Montevideo. Y es justo recordar,¡ cuánto sacrificio realizaron las empresas  uruguayas,
-especialmente Cauvi, con esos destinos como única ruta- para defender sus  itinerarios entre Montevideo y Buenos Aires, cuando las compradas hordas  kirchneristas coparon nuestros puentes…
De las grandes cargueras marítimas, habrá oportunidad de informar y precisar. Con desagradable   petulancia y mala educación, tras denunciar  recientemente  problemas de dragado y bajar el nivel y capacidad de los buques que recalan en Montevideo, la representación local del gigantesco grupo  Maersk, aparentemente molesta con artículos de “El País” (donde ni siquiera escribimos…), tuvo la infeliz ocurrencia de recomendarnos que recopiláramos  -nosotros o cualquier colega-  la información de otro periódico “amigote”, y colgarnos .
Tengan o no razón, también los Estados pueden optar entre realizar ellos mismos dichos dragados o encargarlos a privados.  O sea, su accionar en ese aspecto, también puede ser limitado. Ahora, una Armada sin medios, o bien la ANP, intentando gestionar casi 300 barcos diarios en nuestras aguas, no pueden ayudar  mucho a la tal conectividad. Incómoda verdad.
A nivel fluvial, muchos rumores existen: desde la llegada de otra opción  directa  por barco entre Montevideo y Buenos Aires a competir con Buquebus, como la posibilidad de que este grupo pasara a atender o a auspiciar alguna nueva alternativa entre Carmelo y Tigre. Sea lo que sea, cuanto más posibilidades, mejor para el usuario.

A nivel aerocomercial, los concesionarios de los aeropuertos de Carrasco y Punta del Este realizan  constantes esfuerzos de promoción y difusión para atraer nuevas líneas o vuelos particulares. Quizá, para iniciativas de menor volumen, como potenciar Carmelo (activa terminal descuidada y desperdiciada) o resucitar las abandonadas instalaciones aeronavales de La Paloma -que podrían alojar una pista de 1650 metros- debería convocarse a privados. Para vuelos domésticos, no creemos que existan actualmente más de 15 o 16 pasajeros diarios (que mucho no pagarían) para llegar apenas a Salto o Rivera, con suerte…
Simpatizando con la próxima llegada de Azul, Sky y alguna otra aerolínea (suena extraño el aparente anuncio de la chilena  LAW, de atender desde Santiago a Montevideo y Salto…), advirtamos, sin embargo, que ninguna de ellas subsidia pérdidas. Azul cortó en los últimos meses decenas de destinos nacionales difíciles, enviando algunos ATR y E- jets a su nueva filial, la portuguesa TAP, hace poco adquirida. Sky, a su vez, no tuvo empacho en suspender su escala paulista cuando empezó a darle malos resultados.
En tal contexto, es bueno, simultáneamente con la bienvenida a nuevas alternativas, cultivar a aquellas líneas que ya apuestan por Uruguay. Desde las europeas que incluso ampliaron la tal conectividad pre existente con el viejo continente (Air Europa, Air France e Iberia)  hasta el pujante grupo Amaszonas ,que nos comunica casi a diario con Bolivia y Paraguay, abriendo su filial uruguaya en pocos días, pasando por Latam, Copa o Avianca  -para Aerolíneas somos casi un destino doméstico…-  e inclusive las cargueras. Nacionales -como Aeromás y Air Class, permitiendo el funcionamiento local de Fedex, UPS y DHL- o internacionales, como Lufthansa, que aún mantiene su vuelo semanal a Carrasco. Para un país que apenas orilla los tres millones y medio de habitantes, no es poca cosa…
Javier Bonilla