Entre adjudicaciones de canales de televisión y arrestos de fotocopiadoras hay mucho de qué escribir para cualquier columnista en el Uruguay de este frío octubre del 2013.
Sin embargo, acá enfrente, del otro lado del charco, nuestros primos se acercan a lo que pudiera ser un verdadero punto de inflexión en la historia de su país.
Los argentinos, nuestros queridos y nunca bien ponderados primos genéricos, pero también amigos, parientes, familiares de todos los orientales, el domingo enfrentan sus elecciones legislativas.
No voy a decir que entienda demasiado bien el complejo sistema electoral de nuestros parientes, pero, el domingo, renuevan sus cámaras legislativas.
Esto de por sí no debería tener nada de extraño. Al revés, debería ser motivo de alegría y júbilo que en un país tan golpeado por su historia de violencia y muerte hoy pueda su ciudadanía ejercer eso tan hermoso: el voto.
Lo que debe preocupar a cualquier observador es el grado de polarización que hoy impera en la sociedad argentina, al menos en la Provincia de Buenos Aires, la más importante, por donde se la mire, de la federación.
Un país dividido por un gobierno que ha sabido hacer poca cosa más que dividir a los argentinos.
Un gobierno que ha hecho poco más que vivir en la permanente confrontación con sus adversarios políticos obligándolos en tantos casos a dejar esa condición y convertirse en acérrimos enemigos.
Un gobierno que de la prepotencia y la arbitrariedad ha hecho un culto. Con un poco de aquello del desaparecido dirigente peronista Herminio Iglesias, 'conmigo o sinmigo´ la viuda Kirchner y sus secuaces han logrado enfrentar argentinos con argentinos no dando lugar a la discrepancia razonable de gentes civilizadas, sino solamente al rencor y al encono entre conciudadanos.
Un gobierno que no ha sabido ser popular sino que, apelando a lo peor del populismo y la más absoluta duplicidad en el manejo de las estructuras políticas de su país, ha preparado la simiente para aún no sabemos exactamente qué. Aunque no hay que ser muy brillante para ver síntomas violentistas en el maltrecho tejido social y político de nuestra querida, pero muy díscola nación hermana.
Desde que Lavalle en forma casi inexplicable mandó fusilar al Gobernador Dorrego, Argentina se ha visto marcada frecuentemente, diría más, con una periodicidad alarmante, por períodos de violencia, muerte y desasosiego social.
Básicamente esto no es más que el producto de gobiernos que no son democráticos y que navegan permanentemente por los bordes poco nítidos del sistema para lograr sus nefastos cometidos. Son gobiernos como éste, de la viuda Kirchner, que toleran niveles de corrupción como quizás no se ven en ese país desde el reinado de Evita y su Fundación Evita Perón.
Argentina es, por desgracia, rica en episodios de violencia política. Si tomamos los dos siglos y pico de su historia post colonial quizá hasta más que otros países de nuestro continente y mucho más recientes en la historia.
Ahora bien, el desastroso gobierno del Cnel. Perón y su compañera de ruta Eva Duarte no debe tener parangón en la historia de ninguna nación hispano-americana. Lo peor son las heridas, aún no cicatrizadas, que ese gobierno dejó en el cuerpo político de tan maravilloso país que primero Kirchner y luego su viuda no han hecho nada para restañar, más bien lo contrario.
Ese es el precio que paga la sociedad argentina hoy cruelmente enfrentada, polarizada, distante por desgracia del consenso político que debe subyacer en cualquier sistema democrático.
Sin perjuicio del patoterismo fomentado a nivel gubernamental, de la increíble incapacidad en el manejo de la cosa pública, de la corrupción que lacera el cuerpo social del país, lo más lamentable que ha hecho la viuda Kirchner y los que la rodean es exacerbar los tradicionales odios y rencores que tanto mal le hacen a nuestra muy querida Argentina.
Quien siembra vientos recoge tempestades. Los uruguayos, receptores en tantas ocasiones de la duplicidad que ha caracterizado al gobierno actual de los argentinos, debemos hacer fervientes votos para que nuestros primos hermanos no sean llevados por una tempestad de rencor y odio como todo parecería indicar.
Como siempre, seríamos los primeros en sufrir las consecuencias.

En la prensa del día sábado 19 de octubre se publicó en El País una noticia que me llamó la atención más que otras, no porque fuera más importante, sino porque la misma implicaba simplemente el reconocimiento de una realidad económica tan vieja como el hombre mismo.
Se informa que en Cuba, país que nadie duda que es gobernado bajo los postulados socialistas marxista, uno de los pocos que quedan en el mundo junto a Corea del Norte, el 25 por ciento de las empresas cooperativas de la isla habían cerrado. La causa, excesivamente ineficientes y nada rentables. Así como lo lee, en la Cuba del dictador Castro & co. cierran lo que ha sido la base fundamental de sus reformas impulsadas desde 1993, el pilar empresarial  de su economía: las empresas cooperativas de producción.
Parece que se han dado cuenta de una vez por todas que el afán de lucro, ese egoísta afán de lucro capitalista que ha movido al mundo no es otra cosa que parte de la naturaleza humana y que nadie se preocupa  en producir más y mejor por el mero honor ni amor a la patria, sino que lo hace por su propio afán de lucro, ya sea para adquirir bienes que aumenten su confort diario, prolonguen sus vacaciones anuales en lugares cada vez mas bellos o simplemente para satisfacer su estómago que en definitiva es el que manda.
China, otro país del que nadie puede dudar que es comunista en su régimen político, ha generado al cabo de pocos años, más rápido de lo que en un principio pensaban, la posibilidad que sus habitantes conformen sus empresas grandes y pequeñas y se aboquen a producir en masa a buenos precios y una calidad que si bien aún no es buena, pues en muchos casos los materiales que se usan son de baja calidad, año a año van camino a mejorar, van camino a estar a la altura de los productos de los países del primer mundo.
De fabricar bicicletas han pasado esas mismas fábricas a fabricar vehículos de placer y utilitarios que se venden en todo el mundo. Tan grande ha sido la evolución que mientras, -rara vez  vimos en nuestro país una bicicleta china era Mao-, vemos años después una proliferación de automóviles de dicho origen y  procedencia, de las más variadas marcas, con tecnología y confort impensables dentro de nuestro carcelero Mercosur. Vietnam más tarde también se esta incorporando a dichos cambios a su velocidad, pero el rumbo esta marcado.
¿Todo este cambio a qué se debió? Tan sencillo como que podemos definirlo en una sola palabra: ”libertad”. Dieron y promovieron libertad de comercio e industria en China, política acertada por cierto, pero basada en la libertad de empresa además de propiciar el ingreso de capitales privados.
Mientras por estas tierras del sur del continente americano seguimos odiando el capital y hacemos culto a aquella frase bíblica: “bienaventurados sean los pobres que de ellos es el reino de los cielos”.
Cuando debemos alentar a algún tipo de emprendimiento empresarial, para que nadie sea empresario (horrendo término capitalista) conformamos cooperativas, palabra mágica que evita que la empresa sea ineficiente y que haya corruptos empresarios en ella.. Y así como quien no quiere la cosa, tomamos ejemplos sesentistas, armamos cooperativas al estilo cubano (no se han enterado en cada viaje que hacen parece que nadie les cuenta en la isla) sin percatarse que los isleños mismos están de vuelta con dicho modelo y desesperadamente buscando otro. Pues bien, como aquí somos iluminados le demostraremos al mundo entero que somos capaces de armar empresas eficientes y rentables, con una productividad mayor aún que cuando eran dirigidas por empresarios privados. Así tenemos sustentadas con capitales públicos, o sea nuestros impuestos, fábricas de neumáticos, guantes de goma y baterías, de cristales, de cerámica, y lo último una inédita cooperativa aérea.!! Somos únicos. ¡Por algo ganamos en Maracaná la copa del mundo señores! Esté atento el lector, que de seguro en cualquier momento descubrimos la pólvora.

Decía Airline92.com anteayer:
“Las autoridades de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil emitieron un comunicado mediante el cual informan que no han autorizado a ninguna compañía aérea la operación de vuelos entre Paraguay y España. Advierte a las personas para que no sean sorprendidas en su buena fe. El comunicado emitido desde la DINAC señala: "Ante la serie de reportajes y publicaciones que circulan en distintos medios radiales y escritos y habiendo tomado conocimiento de una supuesta campaña de comercialización de pasajes aéreos en España, con la seria confusión suscitada, se aclara a la opinión pública cuanto sigue".
El escrito advierte que la DINAC, "cumple en INFORMAR Y ACLARAR que no se ha autorizado a la fecha, a ninguna compañía aérea nacional o internacional, la operación de vuelos regulares o no regulares para efectuar operaciones de transporte aéreo entre Paraguay y España. Considera válido informar que la actividad aérea se rige por las disposiciones de la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales aprobados y ratificados por el Paraguay, el Código Aeronáutico Ley Nº 1860/2002 y sus reglamentos. Asimismo, destacar que el transporte aéreo comercial de personas y cosas se rige también bajo reglas de la sana y leal competencia que beneficia fundamentalmente no sólo a las empresas transnacionales y a sus socios nacionales sino también a las empresas internacionales con lo cual los pasajeros usuarios del transporte aéreo se ven beneficiados. Por tanto, la defensa de sus derechos es uno de los pilares de la actual administración".
En realidad se trata de una extraña sociedad sin aeronaves llamada Inter Global, integrada por un staff de ex ejecutivos de Air Madrid, “pero aquellos que la fundieron y van haciendo pequeñas estafas para vivir. Escoria al máximo nivel. Corrompedores y corruptos. Paraguay está advertido (…). Presumen que tienen unas espaldas económicas muy fuertes y no tienen dónde caerse muertos…” según expresa un consultor español.
Realmente, suena al menos curioso, una aerolínea -sin aviones- que nace con el propósito de unir España “con Paraguay y Bolivia”…
A otro perro con sus espejitos! Y cuidado Uruguay, que en la Torre Ejecutiva entra cualquier charlatán.