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CORRUPCIÓN Y DESPILFARRO, por Ricardo Garzón
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| Corrupción y despilfarro |
 No le bastó al hechicero, supremo sacerdote, con haber sido uno de los responsables más salientes de la desaparición del Partido Colorado como pretendiente centenario a la Presidencia de la República, sino que ahora pontifica lo que hubiese hecho en el desempeño del cargo si un diputado de su menguado grupo político hubiese protagonizado, ebrio, el accidente en el kilómetro 87 de la Ruta Interbalnearia.
Esa maldita costumbre de ver la paja en ojo ajeno y con ojo de buen cubero, hoy exhibe en el conglomerado político del país un grado creciente de corrupción que se ha pretendido diluir con el chivo de Sendic. Expiatorio el animalito.
Han sido fruto de su tontería y falta de idoneidad, sus mentiras reiteradas y fondos malversados.
Sin embargo, la responsabilidad mayor del desquicio debe verse en quienes lo sentaron por el voto en la vicepresidencia de la república, y en el directorio de ANCAP por componendas políticas. Fue crucificado, muerto y sepultado en estas horas, como si ello bastase para disimular la corrupción generalizada que va apareciendo a poco que se sigan levantando las frazadas en que se cobija el sistema político del país.
Sendic no va a resucitar al tercer día, pero sí cabe atisbar que esto fue simplemente un traspié en su carrera política, y que estará vigente en plenitud en la próxima instancia electoral. El pueblo ha sido cómplice, y es cómplice, mal que no nos guste y pese.
Cabe comentar que es en las redes sociales donde se denuncian todos los días actos de corrupción que se disimulan porque están camuflados en el número y en el conjunto de los legisladores y restantes cargos de gobierno.
Se ha puesto énfasis en la partida de prensa, por ejemplo, que la cobran los parlamentarios (alrededor de 30 mil pesos por mes), dinero que va a parar con toda impunidad al bolsillo de los representantes populares como un ingreso más que se suma al monto de sus retribuciones, desviándose de su finalidad de servir y utilizarse para la compra de diarios, revistas y publicaciones en general que hagan a la función que se cumple. Tergiversación de valores que derivó con los años en una ya insostenible y repudiable corruptela.
A tal punto el relajo institucional que el gobierno pretende que con votos de la mal denominada oposición -en rigor un niño asustado y cagado en un rincón-, se derogue el delito de abuso de funciones. Y como bien sostiene el senador Mieres, "derogar el delito es darle a la ciudadanía la convicción de que los políticos quieren taparse entre ellos y tener impunidad".
Un estudio de opinión pública realizado en las últimas horas por Opción Consultores muestra que el 70% de los uruguayos se manifiesta en contra de la derogación del delito referido.
Pese a ello, y a poco que se escarbe, se advertirá la generalizada corrupción entronizada escandalosamente en el poder político, del mismo modo que hoy se ha puesto en evidencia incontrastable el despilfarro exorbitante de los dineros de la gente.
Miren si no. Una muestra, un botón. UTE, una empresa monopólica, sin competidores, con recaudación de sus clientes, tiró a la calle más de diez mil dólares por día (U$S 10,000) en el ejercicio 2014, año electoral, contratando publicidad. (Semanario El Bocón)
¿Para promover qué? ¿Para qué? ¿Para quién?
¡Por favor! ¡Y en el ente se preocupan por los ciudadanos que se cuelgan de la luz, cuando son ellos, el directorio y la conducción económica en su conjunto, quienes deberían colgarse de un farol! ¡UTE ilumina el país!
También el gobierno de Mujica tiró la plata por la ventana; Astori, como siempre, haciendo de las suyas, (los números le cierran pero hoy tenemos más de un millón de pobres de solemnidad), y con esto de la inclusión financiera el gobierno tiene previsto arrojar los despojos ciudadanos a las fauces siempre insatisfechas de la banca internacional. Van por todo, hasta por el IVA del almacenero.
Gobierno y oposición, hay que decirlo, gritarlo, desnudarlo, no hacen olas.
Son incompetentes pero no tontos. En tela de juicio su sustento. Las redes sociales son implacables, y ejercen presencia activa durante las 24 horas del día. No tienen pausa y están siempre en movimiento. Han contrarrestado con éxito la influencia manipulada y subordinada de la prensa tradicional, comprada puntualmente por todos los gobiernos que en los últimos sesenta años se sucedieron en el país, en un toma y daca que enriqueció a través de los tiempos a varias generaciones de empresarios periodísticos, familias llamadas a constituirse en primeras fortunas nacionales, por obra, gracia y concesión del poder político uruguayo.
Las redes ejercen influencia directa; son un llamado a la reflexión, a la puesta a punto desde el seno del hogar, al punto que crece sin pausa el número de compatriotas que han emprendido una cruzada libertadora para que no se desangre más el ciudadano, malgastado ya el dinero de la gente.
La plata del pueblo la ha dilapidado sin vergüenza la administración gubernamental deplorable e insensible aposentada en la conducción económica, que traduce impuestos desaforados que no se pueden pagar, y tarifas exorbitantes de los servicios públicos que ahogan al aludido millón de ciudadanos, y que tampoco se pueden pagar.
Mintió Vázquez. Mintió Astori. Mintió Sendic. Mintió Topolansky. Mintieron todos. Nos embaucaron a todos.
Ricardo Garzón |
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