• El propietario de Autolider y Floridian (la firma que vendió el viejo y famoso avión presidencial BAE HS-125 700, negocio que le hizo perder bastante imagen, dígase de paso...), se ve que asesorado por algún carroñero de ocasión, decidió hacer perder su valiosísimo tiempo a la Policía e intentar amedrentarnos estúpida e improcedentemente.
• ¿Estupidez? Por supuesto. Esta baladronada, posiblemente vaya dañar su imagen tanto como las idas y venidas en torno al famoso avioncito. Sin contar que a Mercedes Benz no le debe gustar mucho ver a su representante metido en estas sábanas. De la desproporción de la reacción, ni hablemos. Y reamente, ese fin de semana que cuestiona, fue un hervidero de informaciones, de buena y variada fuente, negativas en torno al futuro de su grupo.

Improcedente, porque hubiera bastado con un simple comunicado.
Además, siempre se le ha ofrecido desde todos los medios donde recalamos, la posibilidad de replicar, que, hasta la fecha no ha utilizado y no se le negaría...(no acostumbramos a las cabronadas).
También, sabiendo donde estamos y cómo encontrarnos, nos parece una tonta frivolidad molestar a una Policía saturada ante el delito real, que está obligada a perseguir más y más a cada día, casi un desprecio a la institución y a la ciudadanía....
Por último, señor Bustin (¿o deberemos decirle Guapito de barrio?, si ud. hubiera escuchado ese fin de semana que tanto le molesta, las varias versiones, procedentes de fuentes insospechadas que ni voy ni estoy obligado a revelar -normas de prensa mediante- acerca de su supuesta crisis, que en relación al gran volumen de su empresa podría haber sido una debacle financiera de enormes proporciones, no perdería el tiempo conmigo, sino, se cuidaría sus propias espaldas!!! Le puedo asegurar que no salieron esos muchos rumores de ningún cantegril. Mejor, mire a su alrededor... Y, más allá del derecho a réplica, que sin inconvenientes  le concedo, haga el favor de dejarse de joder.....!!! ¡A nosotros y a la Policía! ¡Del ridículo, no se vuelve!!!

El contundente informe de la Junta de Transparencia y Ética Pública, sobre la conducta de Raúl Sendic  en el uso de las tarjetas corporativas, terminó de ponerle la cocarda de mentiroso. Este dictamen robustece lo expresado por el  Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio. De aquí en más, cabe esperar  cuáles serán sus comentarios al respecto y también las críticas de sus defensores fanáticos. Probablemente le echen la culpa a la CIA,  la prensa y la derecha oligárquica del Uruguay.  Eso sí, tengan en cuenta que dentro de la oligarquía uruguaya, ya están muchos de sus compañeritos del Frente Amplio, que en estos doce años de bonanza, ya son dueños de empresas y estancias en el interior del país. Lo que sí tenemos que reconocerle a estos impresentables representantes  del progresismo en América Latina, que son los reyes de la actuación y tienen un rostro de piedra, pues a pesar de todas las pruebas presentadas por hechos de corrupción, igualmente salen a contradecirlos  y ponerse en el  papel de víctimas. Lo vemos en las declaraciones de Lula, de Cristina Kirchner y aquí en Uruguay, el fiel representante es Raúl  Sendic. Lo que sí no se entiende como todavía en nuestro país, hay gente que no son sus allegados más cercanos,  que lo aplauden y lo apoyan como si fuera un ejemplo a seguir. Esto nos demuestra que para muchos los valores de transparencia, honestidad  y buena conducta, no importan. Para esta gente, todo vale si lo hizo su candidato.
En todo este bochornoso episodio, lo que la ciudadanía tiene que darse cuenta y recordarlo hasta el 2019, que no sólo hay un culpable, detrás de él está el oficialismo que trató de protegerlo hasta que se dieron cuenta que la situación era insostenible. Ni siquiera fue sancionado tal cual se sugería por parte del Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio y para completar esto el presidente Vázquez, el  lunes siguiente al plenario, dio una conferencia de prensa alabando el trabajo hecho por Sendic. Si el ser mentiroso y utilizar dinero público en provecho propio es una buena conducta, qué dirán lo que están en el Comcar. Lamentable también fue la actitud de los partidos de oposición que acordaron con el gobierno, aceptar la renuncia de Sendic sin hacer comentarios y permitiendo que en actas de la Cámara figurara que renunciaba por motivos personales.
Muchas veces escuchamos declaraciones de dirigentes oficialistas, culpando a la falta de valores, por los problemas de inseguridad. Lo que no dicen es que esa falta de valores  ha aumentado desde que los progresistas asumieron el gobierno, pues mucha gente que los tiene como referentes , al ver este tipo de hechos, lo asumen como válido y normal.  Así como ven normal que quienes atentaron contra la democracia y asesinaron a otros uruguayos, hoy ocupen puesto de gobierno, como si nada hubiera pasado.  Para el progresismo no importa el ser honesto, trabajador y esforzarse para progresar. Ellos protegen a los vagos y a los malandras, pues estos a cambio de prebendas otorgadas por el Mides, cada cinco años los siguen votando.

Todos los uruguayos a quienes nos queda un poco de capacidad para pensar o un poco de honestidad intelectual nos asombramos con la caída en desgracia de la educación pública en nuestro país.
Los chicos salen del sistema público sin saber escribir, muchos sin saber leer y de las matemáticas ni hablamos.
Qué curioso es ver como los defensores de la igualdad social son los primeros creadores de la desigualdad totalmente al reves del pepino de lo que predican.
En efecto, cada vez más padres buscan el amparo de la educación privada para sus hijos.
No quedan más que recuerdos de ese Uruguay donde el hijo del doctor y el hijo del lechero compartían banco vestidos con la misma túnica blanca, usando el mismo moño en la escuela pública del barrio.
Ni que tal vez que las dificultades para los chicos egresados del sistema de enseñanza pública encuentran exponencialmente más dificultad para llegar a terminar una carrera universitaria, y, posiblemente muchos de los que sí lo logran con honrosísmas excepciones, son mediocres en sus profesiones porque no tienen base cultural, ya que nadie se los enseñó.
Desgraciadamente difícilmente veamos en el futuro eminencias como el Dr. Daniel Hugo Martins, por citar un ejemplo, recientemente fallecido, hijo de un jefe de estación en un recóndito paraje del norte de Tacuarembó quien llegó a ser el más prestigioso especialista en derecho administrativo en el país. Cómo, sin lugar a duda hubieron otros casos, muchos, producto de otro Uruguay y otros tiempos.
Los problemas son múltiples y realmente este escrito no puede ni aspira a abarcarlos ni remotamente, pero, hay un aspecto que el sentido común indica.
Cómo puede ser que nuestro sistema de educación pública reciba incentivos invertidos. ¿Qué es esto? En realidad es muy sencillo, nosotros, todos los uruguayos, le tiramos cada vez más plata al sistema mientras peores son los resultados que logra.
Todos los años somos testigos de largas discusiones sobre el sistema de educación pública, se barajan mil posibles enfoques distintos, no se hace nada y a la postre los resultados son cada vez peores pero, le damos más plata  a quienes evidentemente no quieren o no saben como invertirlo en forma gananciosa.
Sencillamente a peores resultados más presupuesto.
Esto es absolutamente ilógico. Nadie puede negar un porcentaje razonable del producto bruto interno para la educación pero como cualquier inversión se le debe ver el rendimiento.
Los chcos no fallan, hay sobrados ejemplos de los niños más carenciados destacándose académicamente cuando son bien enseñados en instituciones privadas sin fines de lucro. Por lo tanto no son los educandos que fallan.
El problema evidentemente es con los paradigmas con qué se maneja la enseñanaza pública.
En realidad paradigmas coloreadas por ideologías políticas que nada tienen que ver en el aula ni en primaria ni en secundaria.Paradigmas deformadas por educadores cuyas mentes en muchos casos han sido deformados por centros de formación más interesados en formar cuadros políticos que educadores, como a todas luces lo son algunos de nuestros instituos de formación terciaria.
Por supuesto que habrán muchos que dirán que esto no es cierto.
Pues, a las pruebas me remito.
Es una tragedia entre tantas la situación de la educación pública en nuestro país. Era la mejor forma de igualar oportunidades en nuestra sociedad en democracia.
En cambio lo que se ha hecho es incentivar la falta de resultados, tirarle plata al problema y no enfrentar lo que realmente le pasa a nuestra educación pública.
Debemos dejar de hacer política en las escuelas y los liceos. Deberíamos dejar de soñar con modelos trasplantados que difíclmente sean aplicables en nuestro apís y a nuestra idiosincrasia.
Lo que sí deberíamos hacer es imitar a los educadores exitosos que los hay,no en Finlandia, no en Francia o en Brasil , sino acá en Uruguay  y, dejar de hacer las cosas al revés del pepino incentivando el desastre educacional que hoy tenemos con cada vez más recursos y cada vez menos resultados.
La educación es la mayor inversión que puede hacer una sociedad en su futuro.
Inversión sin embargo, no es gasto. Hoy en Uruguay se gasta en educación pero no se invierte.
Una tragedia más de nuestro bendito país.