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ESTADO EVASOR, por Ricardo Juan Lombardo
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Estado evasor
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Esto ha pasado de castaño oscuro. Ahora se conoce que durante diez años Alur contrató personal en negro.
Y el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, en lugar de indignarse y condenar a los responsables de esa irregularidad por parte de una empresa dependiente de ANCAP, señala que esto que se toma conocimiento es parte del proceso de regularización, al contrario de lo que ocurría en el país hace 15 años.
Sería bueno que Ernesto Murro se diera cuenta que el verso de la herencia maldita ya caducó, y que si esto ocurre desde hace 10 años, es responsabilidad de las administraciones presididas por el actual Intendente de Montevideo, Daniel Martínez, y el actual Vicepresidente de la República, Raúl Sendic..
Y esto aparece meses después de que se supiera que la propia ANCAP durante más de cinco años no cumplió en tiempo y forma con los pagos de IVA a las importaciones, tal como se le exige a cualquier hijo de vecino que quiere introducir bienes al país.
Si bien en ambos casos se promovieron convenios respectivos con la DGI y con el BPS para regularizar la situación, provoca enfado que los mismos organismos del estado incumplan con sus obligaciones tributarias.
Esto se suma al episodio nunca debidamente aclarado de que el personal de secretaría de Asamblea Uruguay, el grupo político de nada menos que el Ministro de Economía, nunca había realizado aportes al sistema de seguridad social, durante los últimos 20 años.
Estas cosas es lógico que promuevan la irritación de todos aquellos que ven mes a mes encogidos sus ingresos por la exacción del IRPF o IASS, o los pequeños comerciantes que siempre están al filo de la supervivencia por la abultada carga no solamente de los tributos nacionales que deben sufragar, sino de las cargas municipales cada vez más altas por servicios menos eficientes.
Estas son las cosas que provocan el mal humor de la ciudadanía, una sensación de frustración y rebeldía.
El Estado, que debería ser el primer cumplidor de las obligaciones, se ha convertido en evasor. Indignante.
Ricardo Juan Lombardo
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