Cual si fuese un capítulo especial de la legendaria LUCHA DE PUERTOS, mantenida a rajatabla entre Argentina y Uruguay desde tiempos de la independencia, se suma ahora una sorda y sórdida lucha de cielos, en la cual nuestro vecino del Plata, –aprovechando la desaparición de Pluna del escenario regional-, da una vuelta más al torniquete, en el marco de las muy malas relaciones diplomáticas, comerciales y políticas que exhibe la Argentina con relación al Uruguay.
Ha tomado estado público en las últimas horas que el Ministerio de Turismo le planteó a su par argentinos la preocupación del gobierno uruguayo por el bloqueo que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC Argentina) le impone a BQB.
Hace años que la DINACIA (Dirección Nacional de Aviación Civil) no logra sentar a la ANAC Argentina en una reunión de consulta, procedimiento frecuente en otros tiempos para dirimir y encaminar asuntos que tienen que ver con las políticas de transporte aéreo entre los países del Río de la Plata.
A tal punto, que esta actitud trasciende ya la voluntad de partes, impedidas de dialogar por el boicot impuesto en los hechos por Argentina, y que lo que debe ser un tema de corte administrativo entre dos dependencia oficiales, se ha transformado en el devenir del tiempo en un asunto de estado en el Uruguay, con participación directa del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Cabe destacar, y así lo hizo Clarín en su edición de la víspera, que la ministra de Turismo le planteó hace algunos días al Ministro Carlos Enrique Meyer su preocupación al respecto.
No se quedó atrás el Subsecretario Liberoff: “apelamos a una gestión de buena voluntad con las autoridades argentinas para tratar de resolver una situación que nos llama la atención, porque las contestaciones que anteriormente hemos recibido no se corresponden con los acuerdos bilaterales que oficialmente están aprobados”.
“La idea –abundó- es sensibilizarlos, en el entendido de que con esto no estamos distorsionando el cabotaje argentino, ni tampoco en ningún momento le hemos puesto trabas a las operaciones de Aerolíneas Argentinas en el Uruguay”, añadió.
El funcionario no dejó de mencionar que también existen desavenencias con los taxis aéreos, porque “nosotros hemos autorizado a que vengan desde Aeroparque directamente al aeropuerto de Carrasco; en cambio en Argentina no nos autorizan taxis de Uruguay que aterricen en Aeroparque. Como punto más cercano a capital les permiten bajar en San Fernando”.
Para presentar su inquietud ante Meyer, la ministra de Turismo uruguaya aprovechó su estancia en Buenos Aires, adonde concurrió para asistir a un encuentro Iberoamericano de ministros de Turismo. Meyer le transmitió a Kechichián que plantearía el tema a las autoridades de la ANAC.
Si bien es menos mediático, este desentendimiento en el sector aéreo se suma a otros conflictos comerciales vigentes con toda puntualidad entre ambos países, como son las trabas a importaciones y exportaciones, y en lo que refiere a Puertos, el dragado del Canal Martín García y otros vetos y prohibiciones complementarias referidas a ampliación de muelles en puertos del Río Uruguay, y transporte y trasbordo de mercadería en buques de bandera.
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