Edición Nro. 2023 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 23 de junio de 2017
 
 
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AVIACIÓN COMERCIAL - TURBINAS ILUSTRADAS f
Agustín Tajes  
El Gran Simulador
En la época de la campaña electoral del 2009, durante un programa de los almuerzos con Mirtha Legrand, ésta le preguntó a China Zorrilla si iba a votar al Frente Amplio. China le contestó que siempre lo había votado, pero que esta vez no iba a hacerlo porque Mujica era un gran actor y muy peligroso.
Sin duda que nadie mejor que la gran actriz para saber que el Pepe es un gran simulador y que lo que la gente ve, es un personaje que él mismo inventó y que el Frente le saca el jugo.
Anoche, en la sesión del Senado se mandó una de sus grandes actuaciones, para desmarcarse de un tema que se había complicado demasiado, en especial con el libro de María Urruzola.
Esa es una táctica que han usado siempre. Primero negar, luego seguir negando y tratar de descalificar a los denunciantes y si la cosa se pone muy seria, admitir una parte, para luego dar vuelta la historia.
Lo han hecho muchas veces.
Con  el hecho de su actuación como movimiento subversivo, trataron de inventar que se originó para combatir al gobierno de facto del 73. Cómo al final ya nadie lo creía, inventaron que la dictadura comenzó en 1968 con Pacheco Areco. Lo malo es que el libro de Urrozola demuestra claramente que arrancaron en 1962 y que su primera acción fue el asalto del Tiro Suizo en 1963.
También hicieron lo mismo con el complot del golpe de estado que se llamó “Plan copamiento”, para el día de las elecciones de 1971.
Hemos escrito mucho sobre ese plan, que se abortó porque falló su principal argumento, basado en la apreciación de que iba a ser una elección muy reñida para ellos y que podrían decir que hubo fraude. Cuando de regreso a la democracia alguien los acusó de ese intento de golpe de estado, dijeron que pensaban que si ganaba el Frente no le iban a entregar el poder y que se habían organizado para resistir el golpe de la derecha. Allí, lograron infiltrar a las FFAA e involucrar a muchos integrantes invocando el liderazgo de Seregni. Cuando se descubrió la maniobra en 1972, fueron muchos los oficiales que pasaron por los tribunales de honor y la Justicia Militar. Algunos estaban realmente involucrados en la maniobra y otros entraron de absoluta buena fe, de que estaba defendiendo a la democracia, a pesar de que, sin duda, cometieron acciones ilícitas, pero luego fueron todos “resarcidos” y muchos de los verdaderos traidores hoy cobran las pasividades más altas de las FFAA.
Respecto a lo que pasó luego de 1985, está más que probado que los integrantes del MLN pasaron 10 años conspirando y aprontándose para un nuevo intento, período en el cual cometieron asaltos, impulsaron asonadas – como la del Filtro – se entrenaron acá y en el exterior, hicieron acopio de armas, etc.
Todo esto está más que claro en los libros de Zabalza, Amodio, Adolfo Garcé y, ahora, en el de Urruzola (ninguno de ellos de la “derecha fascista”).
Entonces, cuando la justicia militante descarta las denuncias sobre las tupabandas sin abrirla y se pide una comisión investigadora en el Parlamento, luego de negar todo y desacreditar a los denunciantes, cuando ya la cosa no resiste más, recurren a la clásica de admitir alguna cosa (que siempre negaron) y de relativizarlas o de tergiversar la verdad.
  Dijo anoche Mujica:
“No teníamos pruebas pero teníamos desconfianza. Un día encontramos una cédula que se perdió y se incendió toda la pradera: ahí nos dimos cuenta de que había algo que pasaba, de gente que andaba en otra cosa.
Teníamos un indicio de desconfianza pero nada más. Pasaron los días y la investigación continuó. Ya está el resultado por delante.
Es muy probable que tres o cuatro militantes fuera de nuestra disciplina hubieran emprendido otro camino. No sabemos si por otro proyecto político o por una organización de carácter bandidista. Pero hoy todas son hipótesis”.  (La tele)
  Dijo Zabalza en su libro, luego reafirmado en una entrevista con Brecha  Digital:
 “Y mientras en diciembre de 1985 se convocaba a la tercera convención nacional tupamara para discutir varios temas de importancia, entre ellos la reorganización, el libro revela que simultáneamente se iniciaron las primeras reuniones secretas del “Grupo de los 17”, una dirección paralela que funcionaba a escondidas del resto de la “orga” y que tenía entre sus integrantes a Sendic, Zabalza, Mujica, Huidobro, Manera y Marenales. Los tres objetivos fundamentales de ese grupo, según el libro, eran mantener despierto el horizonte insurreccional, sostener el vínculo con movimientos guerrilleros del exterior y garantizar los mecanismos de financiamiento gracias a esta relación de solidaridad internacional o mediante las modalidades “a la antigua”, que consistían en expropiaciones o asaltos. “La guita tiene que venir de los ricos”, decía por aquellos años José Mujica, según el autor.”
Dice también:
“—Yo puedo decir que hasta el 95 se seguía, después habría que preguntarle a Julio Marenales si hubo algún entrenamiento en Playa Verde, capaz que sí. Yo hasta el 95 sé lo que pasó, la práctica nuestra era tener una organización que hacía posible contar con armas de lucha popular: molotov, miguelitos, cubiertas, materiales para hacer barricadas. Así como sabíamos a dónde ir a buscar el carburo para blanquear una pared, sabíamos a dónde ir a buscar las cubiertas. En conflictos muy grandes, como el de cutcsa del 88 o los 80 días de huelga en la construcción, ahí estuvimos nosotros. —Y las expropiaciones como forma de financiamiento, ¿también siguieron hasta ese momento? —Como dice el libro, el mln pagó todas las deudas que tenía por la radio Panamericana, cx 44. A menos que la plata se la haya dado Manini Ríos al Pepe, de algún lado salió, ¿no?”
Respecto a los contactos internacionales Zabalza cuenta un viaje a Libia con Marenales, Arturo Dubra y Luis Rosadilla, a solicitarle a Khadafi apoyo financiero para CX-44 y entrenamiento para 20 militantes tupamaros.    
Y dice, finalmente Zabalza respecto al incidente en que apareció la cédula de un Tupamaro perdida durante un asalto:
“……En abril de 1991 ocurrió uno de los hechos más traumáticos para los tupamaros, que según la publicación “comenzó a socavar su histórica posición frente a las acciones armadas”. Un grupo asaltó la distribuidora de diarios y revistas de Eddie Espert y en el lugar apareció un documento de identidad de Ricardo Perdomo, histórico militante tupamaro. Zabalza dijo a Brecha que luego del asalto la imagen de Perdomo “quedó muy deteriorada. Yo oí hasta expresiones que hablaban de bandidismo, pero Perdomo no hizo nada en beneficio propio, no era un bandido”…..”
 Como vemos, vuelve a usar en el Senado la misma expresión de “bandidismo” para quienes realizaban aquellas acciones bajo su mando. Sin duda que hubo bandidismo, pero él era el jefe de la banda y la finalidad la financiación de su fuerza política.
Suelen usar la expresión que “acá nadie se enriqueció” pero eso no quita la ilegalidad de sus accciones, ya que, lo de que “es moral todo lo que ayuda  a la causa” (Lenin), no se compadece con el Estado de derecho y quienes las cometen, deben ser juzgados e ir presos.
Al final de su actuación, tuvo el atrevimiento de darles unos consejos a los políticos de los PPTT.
Debiera lavarse la boca antes de hablar de Aparicio. El no era un bandido, como fue Mujica, - ya antes de ingresar al MLN - Aparicio iba a combatir por la democracia de poncho blanco y al frente de sus ejércitos, no desde la sombras, asesinando a traición.
Lástima que algunos le creen y lo consideran honesto – como Bordaberry y Mieres -  y suerte que quedan algunos, como el Senador Da silva , que pusieron las cosas en su sitio. 
Michael S. Castleton
¿Hasta cuándo?
Cualquier oriental debería estar al menos, un poco preocupado ante las nuevas iniciativas propuestas por el Dr. Vázquez Rosas para limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
Para nada es condenable el control de los efectos nocivos de estos brebajes. Es así que no se puede estar en desacuerdo con los controles de alcoholemia que se realizan a conductores en la vía pública. Quizás sean un poco estrictos por demás los niveles de tolerancia pero, en definitiva, es mejor que estén que no estén.
Lo mismo se puede decir del  control a los usuarios del tabaco en cuanto a que, si bien tienen derecho a sus vicios, definitivamente no tienen derecho los tabaquistas a infligirlos a los demás.
También este presidente con la deformación lógica de su profesión ha pretendido cambiar los hábitos alimenticios de los uruguayos con las prohibiciones a la sal y la mayonesa en la mesa de restoranes y boliches.
El problema con estas cosas, estas medidas, es que se saben dónde empiezan pero no dónde terminan.
Entonces, hoy o mañana con lógica de salud pública se pudieran prohibir las bebidas gaseosas o quizás el chocolate porque engorda.
Quizás fuera mejor, a los ojos de la medicina, que todos abandonáramos la carne y nos volviéramos veganos.
El problema es que quien escribe al menos no le gustaría ser vegano y menos que me impusieran esa condición.
En realidad en este caso se podría aplicar ese viejo adagio que dice: ‘el camino al infierno está plagado de buenas intenciones´.
Razonando por lo absurdo y con el criterio aplicado, hoy o mañana se podría obligar a todos a salir a correr diariamente, o más absurdo todavía, cortar los servicios de luz a las diez de la noche a los efectos que todos duerman ocho horas. El descanso sin duda es benficioso desde el punto de vista médico.
El problema es que no hay nada más malsano que estar vivo. Pero, la vida de cada uno es de cada uno y cómo se vive y se muere debe ser en una sociedad libre, decisión de cada uno.
La ingeniería social ha demostrado cada vez que se ha querido aplicar resultados antinómicos a sus loables intenciones. Generalmente, además, estas ideas solamente se han podido aplicar en sociedades totalitarias.
El tema es establecer  límites.
Hace unos días un alto funcionario del Ministerio de Salud decía que sería deseable que los médicos de familia controlaran la salud de sus pacientes y tuvieran la posibilidad de instar la concurrencia de estos a las consultas.
Muy buena buena intención sin duda pero de ahí al Gran Hermano  de  George Orwell hay un paso, y no demasiado largo.
Los mortales somos mortales por definición, y cómo vivimos nuestra existencia debe ser decisión de cada uno siempre y cuando esa decisión no afecte a los demás.
Uno debe ser dueño de emborracharse, envenenarse, engordar o adelgazar según su decisión de vida y nadie tiene derecho a regular estas decisiones, menos, en libertad.
El problema de las iniciativas de Vázquez Rosas es que se sabe dónde comienzan pero nunca dónde terminan. He ahí el peligro.
La decisiones médicas son personales. Las decisiones alimentarias son personales. Las decisiones sexuales son personales.
Justamente la libertad es decidir, siempre respetando los derechos de los demás.
Nadie debería, en una democracia, tener el derecho a limitar esa libertad,  sea quien sea.
Estas cosas son, repito, propias de sociedades totalitarias.
Uruguay no lo es por ahora, y no debería seguir ese camino. Ni siquiera con las mejores intenciones.
Carlos Asecas
Derechos y Obligaciones

Desde que asumió el primer gobierno del Frente Amplio en Uruguay, ciudadanos y/o grupos de ciudadanos, se han arrogado derechos que no les corresponden, sin importarles si están pasando por encima de los que tienen otros. 
La consigna es: hago lo que quiero, total no pasa nada. Lo vemos en distintos ámbitos: la delincuencia actúa impunemente y cuando la policía aparece, mujeres y niños los corren a pedradas; en distintos barrios de Montevideo, se juntan grupos de personas para tocar los tambores y bloquean toda la calzada sin importar que los vehículos tienen preferencia; indigentes que duermen en las calles se apropian de espacios públicos, incluso de privados, haciendo sus necesidades por todos lados y generando inseguridad; algunos cuidacoches tienen clientes que les dan buena propina, por cual en distintos lugares vemos que colocan obstáculos, para que otros no puedan estacionar; algunos talleres mecánicos tanto de vehículos como de motos, realizan sus trabajos en la vía pública, incluso pintando sin importarles que el rocío de la pintura se esparce por todo el lugar.Estas son algunas de las tantas cosas que vemos diariamente y que distintas normas las prohíben, pero nadie las hace cumplir.
En los últimos días hemos tomado conocimiento de otro hecho: grupo de ciclistas organizados y denominados “masa crítica”, que violan  las normas de tránsito. Las consecuencias de esta actitud prepotente se dió hace una semana en la rambla montevideana, cuando un conductor fuera de sí, golpeó con su vehículo a uno de los integrantes del grupo. No es válido ni lo hecho por el conductor, ni lo hecho por los ciclistas, pero hay momentos en que los ciudadanos vemos que pequeñas minorías, cada vez tienen más derechos y no respetan los de los demás. Nadie hace nada al respecto, ni la Intendencia de Montevideo, ni el Ministerio del Interior. Consultado el Intendente Martínez con respecto a la actitud de los ciclistas, se fue por la tangente y contestó lo que quiso. Hay normas de tránsito que respetar y son para todos. Este grupo de tarados circulaban sin luces, ni chaleco reflectivo, ni casco, ni reflectivos en la bicicleta y además no pagan nada por circular,  sin embargo buscan excusas para justificas su actitud. Yo me pregunto si la IMM permitiría que un grupo de personas salga por la rambla u otra vía de circulación con un grupo de autos y bloqueara todo el ancho de la calzada. Dudo que la actitud sea la misma.
Entrevistado el lunes por  el programa En Perspectiva, uno de los intregrantes de este grupo dio algunas explicaciones sin sentido y en resumen quedó claro que esta actitud anárquica que utilizan en la vía pública, es para cambiar normas de circulación que ellos deberían de respetar y con las cuales no están de acuerdo. Incluso tuvo la desfachatez de decir que si alguien los quería sobrepasar, debería tomar una vía de tránsito alternativa. Las normas no se cambian provocando el caos, sino dialogando con las autoridades. Lo que sí le exigimos a la Intendencia es que haga cumplir el digesto municipal a todos y no sólo a los que puede identificar con una matrícula. Tolerancia cero, de lo contrario sigue la joda y esto va a terminar de mala forma, pues quienes pagamos cifras astronómicas de patente, no vamos a tolerar que un montón de tarados, nos hagan circular a paso de peatón.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Mujica en el banquillo
Demasiadas acusaciones hechas por personas dando la cara. De uno u otro lado. Sus ex compañeros, sus enemigos, ex policías. Demasiados rumores y sospechas.
Mujica reconoció que  es "muy probable que tres o cuatro militantes" del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) fuera de control "hubieran emprendido otro camino. No sabemos si por otro proyecto político o una desviación de carácter bandidista", aludiendo a su participación en las llamadas tupabandas que actuaron en los años 90.
Se mostró dispuesto a someterse a la Justicia por este tema. Está bien. Es lo que corresponde.
Pero frente a tanta duda, es necesario mostrar transparencia total también en los ámbitos político parlamentarios. Y no haber votado la comisión investigadora en el senado es una mala señal, sobre todo cuando se pone bajo sospecha su propia conducta y al mismo tiempo en la cámara de diputados se instaló recientemente otra comisión que investiga nada menos que el financiamiento de los partidos políticos.
Ricardo Juan Lombardo

 

El gran engaño
La sociedad y la prensa le vienen cobrando justificadas cuentas al viejo Mujica y a su versión de que era bueno.
La historia viene y va, pero en todo caso no es posible mentir sobre ella en forma permanente. Hace más de cincuenta años que unos guerrilleros delirantes iniciaron en Uruguay una guerra inspirada en la “revolución” cubana. En ancas de ese supuesto heroísmo, acá, en Uruguay, esos fanáticos asesinaron e hicieron todo lo demás. Cuándo varias personas se organizan para asesinar a otros, ¿qué más se puede preguntar sobre ellos o agregar a sus antecedentes?
El relato auto complaciente que esos protagonistas fueron construyendo los ubicó como víctimas de la dictadura, trasmitiendo la idea de  que lucharon contra ella y por eso estuvieron presos. A partir de esa mentira histórica, todo lo ocurrido en torno a la trayectoria real de los tupamaros puede ser o no verdad y puede ser o no mitología.
A ese contexto histórico se suma la personalidad de Mujica, que construyó un personaje exitoso y hasta ahora invulnerable. Pero como la historia no se detiene, el gran engaño empezó a develarse y desde la sociedad y la prensa se ha iniciado una campaña de interpelación a los viejos guerrilleros, que ya no se muestran ni tan hábiles ni tan seductores al momento de contestar. Lo paradójico del asunto es que no estamos ante una “embestida baguala” organizada por los adversarios políticos de Mujica, sino por sus ex compañeros de ruta, otros tupamaros que confirman lo que Mujica niega, es decir, que lideró una banda que asaltaba bancos e instituciones financieras en los años noventa. La acusación es muy grave y sinceramente deseo que no se confirme. Es posible que Mujica, que tuvo un rol muy importante para volcar a los tupamaros a la vida política, haya estado alejado de esos acontecimientos, pero ocurre que sus antecedentes lo debilitan, lo mismo que ocurre con su negativa a que se hayan investigado las turbias relaciones empresariales con Venezuela que mantuvieron sus allegados.
Mujica, hábil declarante, admitió el miércoles en el Senado que tres o cuatro compañeros suyos pueden haber participado de asaltos ocurridos tras la restauración democrática y la amnistía que liberó a los tupamaros. Ante esa afirmación, cabe la sospecha de que fueron más de tres o cuatro, si tenemos en cuenta que cientos de tupamaros se formaron en la ilegalidad y en la clandestinidad. No sería sorprendente que decenas de tupamaros que no tenían otros medios de vida se dedicaran a los robos organizados. Y no sería sorprendente que Mujica estuviera enterado de esas acciones. Y como en el MPP predomina una fuerte lógica del poder, no es impensable que los robos hayan sido hechos para sustentar actividades políticas y de propaganda y hayan estado avalados, por lo tanto, por los líderes de la agrupación.
El ex presidente ya ha dicho, una vez que fue preguntado por estos hechos, que se irá a la tumba con varios secretos. Más explosivo y elocuente, Eleuterio Fernández respondió en forma violenta una vez que el periodista Federico Leicht le preguntó sobre las tupabandas. El Ñato tiró el grabador al piso y contestó “¿Vos querés mandarme preso a mí? ¿No te das cuenta que si te respondo eso voy en cana?” (*)
Los mitos se van cayendo a pedazos. La historia de los tupamaros empieza a ser vista como lo que fue, una aventura impregnada por las miserias y traiciones de la guerra.
Luis Hierro López
Correo de los Viernes


(*)https://m.facebook.com/notes/federico-leicht/se-r%C3%ADen-en-tu-cara-el-silencio-de-los-tupamaros/10157264760395333/









 





















 

 

 
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