Edición Nro. 1995 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 2 de diciembre de 2016
 
 
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DESDE LA REPÚBLICA ARGENTINA, especial para ENFOQUES f
Enrique Guillermo Avogadro
Te cambio figuritas, Cambiemos
  • “El más terrible de los sentimientos es el de la esperanza perdida”. Federico García Lorca
Hoy, el mundo está mejor, ya que un canalla, Fidel Castro, finalmente, se fue al infierno anoche. Fue el responsable, con el Che Guevara, de la ola de sangre y fuego que arrasó nuestro continente, y hundió a su país en la miseria durante casi seis décadas. Que Lucifer lo acoja en su seno.
A un año de la asunción de Mauricio Macri, estamos en un momento muy complicado de la economía, a pesar de la merma en la inflación y a conservar el Gobierno elevados índices de aprobación de su gestión, ya que el gasto público continúa en alza, la actividad no arranca, el consumo cae, crece el endeudamiento en pesos y en dólares, el plan de obra pública no avanza y hay una perceptible parálisis en la gestión de la administración pública, producto de la inexperiencia burocrática de los nuevos funcionarios. La presión impositiva bate records históricos y mundiales, y el voraz Estado recaudador y pseudo benefactor frustra la posibilidad de recibir inversiones (en realidad, las ahuyenta) y asfixia las iniciativas, sin ofrecer los servicios y beneficios a los que la población accede en otros países, lo cual la obliga a contratarlos privadamente, duplicando sus costos.
Claro que todos esos males tienen su raíz en décadas de prácticas populistas, que hacen que hoy la Argentina, uno de los territorios del globo más favorecidos –no dije ricos- con recursos naturales, haya construido un núcleo duro de pobreza, por cierto difícilmente erradicable en el corto plazo. Pero no veo aún un plan para terminar con esa situación estableciendo metas más lejanas mediante políticas de estado que incluyan la aplicación de correctivos inmediatos, acompañados por la planificación del futuro a diez, veinte y treinta años.
Una porción importante del gasto público hoy está destinado, como es natural, a atender a las necesidades más urgentes y a paliar la conflictividad social, derivadas de la crisis heredada a la cual no se le encuentra una solución, mediante la masiva distribución de planes sociales; esta misma semana, fue incrementado en $ 30.000 millones. Entre esos planes hay muchas variantes, como la asignación universal por hijo, el trabajo en cooperativas, etc., pero todos tienen defectos remarcables, amén de permitir, por la falta de controles eficientes y por la tercerización de la distribución, la persistencia de nichos de corrupción.
Esos verdaderos subsidios tienen, en verdad, enormes falencias e inconvenientes, ya que no sólo tienden a consolidar la pobreza, manteniendo bajo esa línea a generaciones enteras (los montos no alcanzan para cubrir las necesidades mínimas) sino que, además y ante el riesgo de perder esos “derechos”, aún quienes tienen vocación de trabajar lo hacen “en negro”, incrementando la informalidad de nuestra economía, que ya alcanza al 40%, que no paga impuestos ni cargas sociales. Por otra parte, pensemos en cuántos de esos subsidios –“Argentina Trabaja”, por ejemplo- impiden a quienes acceden a ellos perfeccionarse, en un momento caracterizado, mundialmente, como “el siglo del conocimiento”.
Dado el crítico escenario actual, no resulta lógico pretender que esa asignación de recursos públicos se detenga, ya que quedarían en la más absoluta intemperie los sectores más vulnerables, que generarían comprensibles dificultades a toda la sociedad. Pero sí podemos realizar algunos cambios beneficiosos, ya que algunos de los planes sociales funcionan como verdaderos empleos públicos encubiertos y, en general, resultan innecesarias e inútiles las tareas que se encomiendan: pintadas, cortes de pasto, reparaciones de construcciones, etc..
El progreso tecnológico y la globalización está haciendo que las personas que realizan funciones repetitivas sean reemplazadas por robots, y el mercado laboral impone cada vez mayor perfeccionamiento y especialización a los trabajadores. En la Argentina, hemos visto recientemente insensatas reacciones frente a un futuro que ya está aquí y, nos guste o no, es imparable: el rechazo de los camioneros de Moyano a la distribución electrónica de documentación bancaria, o el de los taxistas de Viviani a aplicaciones como Uber, Easy o Cabify, son algunos ejemplos.
Entonces, al revés de tantos políticos y economistas, propongo al Gobierno que cambiemos algunas figuritas. Sin disminuir en lo inmediato la cantidad de pesos destinados a paliar esta recurrente emergencia, reemplacemos para siempre, en lo social, gasto por inversión. Es decir, sigamos pagando planes, pero que éstos sirvan para transformar no sólo a quienes los reciben sino a la sociedad toda. Me refiero a que el pago de las asignaciones mensuales tenga su correlato en educación pero, en especial, en escuelas técnicas, cualquiera sea el nivel al que cada beneficiario acceda, y se verifique su cumplimiento mediante la permanente evaluación de su rendimiento y su evolución. A pesar de que son obvios los beneficios que este cambio -¿Cambiemos?- traería aparejados, en especial para los llamados “ni-ni”, es decir, para aquéllos que no trabajan ni estudian y que en el Conurbano son legión, tal vez convenga recordarlos. 
Facilitaría a los beneficiarios, a través del esfuerzo personal, acceder a trabajos formales y más calificados, con mejores salarios y con protección en materia de salud y de seguros y, sobre todo, recuperar las esperanzas  al lograr salir de los asentamientos y villas en los cuales transcurren sus tristísimas vidas. La extensión de un programa como el que propongo servirá, sin duda, también para combatir el flagelo de la drogadicción, que se ha constituido en un trágico refugio para quienes carecen de expectativas, y en ampliar la base de los contribuyentes, lo cual permitiría disminuir la presión impositiva sobre el sector económico registrado.
Para concluir, una breve reflexión ante la desobediencia de la viuda de Kirchner a la citación del Juez Claudio Bonadío para cumplir un trámite obligatorio para todos los procesados. Aquí también me pregunto si no ha llegado la hora de cambiar figuritas porque algo similar ocurrió con Lula quien, intimado a presentarse ante un magistrado, se negó a hacerlo; el Juez Moro ordenó a la Policía su inmediata presentación. Pese a que, sin lugar a dudas, el ex Presidente tiene una popularidad mucho mayor que la viuda de Kirchner, el hecho no produjo incidente alguno en Brasil.
Aquí, jueces y funcionarios se aterran ante la posibilidad de incidentes que, ante una detención de Cristina, podrían generar sus seguidores. En el fondo, ocurre lo mismo con la famosa represión de la “protesta social”, nombre que hemos dado a las constantes interrupciones del tránsito, a los más desaforados agravios a la investidura presidencial y, en general, hasta a las huelgas salvajes de los servicios públicos. Parecen no comprender que esas minorías revoltosas están minando, todos los días, la imagen de un Presidente y de un Poder Judicial que se muestran débiles y temerosos y que, si la impunidad continúa, desaparecerán la gobernabilidad y la paz; en cambio, si ambos cumplen y aplican la ley a rajatabla, sus prestigios subirán como la espuma, impidiendo toda ensoñación golpista.
¡Ojalá Cambiemos acepte cambiar figuritas!



ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Siembra vientos,
cosecharás tempestades

Esto, y no otra cosa, es lo que acaba de sucederle a la república bajo la batuta de conducción, con ligereza culpable y desconocimientos generales, del gobierno del Frente Amplio en este período, y también en el anterior.
Este comentario, que se comparte con la ciudadanía, en rigor tuvo su origen el domingo pasado, cuando rodeado de nietos aprontaba las gaseosas y sándwiches para mirar por televisión el suspendido clásico Nacional-Peñarol.
En lugar de fútbol, vimos el lanzamiento de la garrafa; de los cajones de bebidas, y el asalto a camiseta descubierta y posterior despojo del malón que se abalanzó, robó y destrozó el quiosco de la Amsterdam. Y esto también lo han visto quienes deben adjudicar la organización del Campeonato del Mundo en 2030, cuyo postulante mayor es la República Oriental del Uruguay, primer campeón mundial en 1930.
Cosecha su siembra el Frente Amplio.
Desde que se hizo del gobierno por el voto, el FA se preocupó y ocupó de fomentar la división entre los orientales; de criticar sostenidamente y con tesón el consumismo de las clases pudientes, y de dividir el país
en dos: los buenos y los malos.
Hoy se excita desde España el presidente. Sacado en sus trece, anunció represión dentro de la Constitución. Instruyó al Ministerio del Interior para sacar del forro y de los fundillos a los violentos. Instó a la justicia a investigar y aplicar la máxima pena a los responsables, pero no tuvo en cuenta el mandatario que la violencia ha crecido y se ha entronizado en la república. Copó ciudades, pueblos y asentamientos; dividió los barrios, y bajo la explicación del ajuste de cuentas, el ministro del Interior justifica un día sí y el otro también, en insoportable letanía, los asesinatos, rapiñas y secuestros.
La turba, a sus anchas, se va comiendo los espacios ciudadanos. La policía corre por 18 de Julio con sus escudos protectores, y se apelotonan sus integrantes cubriéndose entre sí de los ataques a pedradas.
La caballería policial, en línea, avanza a galope tendido para asustar a los insurrectos, sin tener en cuenta que la inacción y la incapacidad suscitan el auge de la delincuencia. La chusma ataca, la policía se defiende como puede. Sin balas de goma ni gases lacrimógenos. Sin "roperos" ni "chanchitas", sin carros lanza aguas, apenas con camionetas, perros y caballos. Devuelve alguna de las piedras y baldosas que arroja el hampa deportiva. ¿Dónde están los mandos de los guardianes de la ley?
El transporte público se detiene porque el malón se adueñó de las avenidas. Los taxistas están a la caza y castigo de los conductores de Uber; los inspectores de tránsito violan a diario la privacidad ciudadana, y en los estadios se dividen las hinchadas. Hasta último momento permaneció inhabilitada la Olímpica; bolsilludos a la Colombes y aurinegros a la Amsterdam.
Se evocan viejas épocas, cuando la familia oriental, después de los ravioles dominicales, pasaba la tarde en el fútbol. Todos mezclados; no había buenos ni malos. Eran todos vecinos, familia. Hasta los comunistas se abrazaban con los fachos… El fútbol era unión y alegría colectiva. Daba lo mismo un “burro que un gran profesor…”
Después del denunciado intento de asonada, a nivel de gobierno se entiende que hay que cambiar la pisada. La
policía debe garantizar la seguridad, y los clubes tienen que ser pasibles de sanciones: económicas, pérdida de puntos, desafiliaciones, etc.
Cada cual, sin restricciones, tiene que tener la opción de ir a la tribuna que le parezca. Como antes. Que se confundan las camisetas y las banderas, y que la Policía cumpla con su cometido. Cualquier cosa en contrario es aceptar de antemano el dominio de los delincuentes. Su supremacía.
No claudicar. No puede ser que la gentuza ingrese por la puerta de la comisaría, y los jueces la saquen por las ventanas de los juzgados.
La legislación deberá adecuarse y ajustarse a los tiempos modernos para vivir en paz, con la casa en orden.
Como era antes… igual que antes.
Ricardo Garzón

 





 























 

 



DICIEMBRE de 2016

HEIDI


INFRAMUNDO
GUERRAS DE SANGRE


LA BAHÍA


SULLY
HAZAÑA EN EL HUDSON


THE BEATLES
EIGHT DAYS A WEEK


ERA EL CIELO


JACK REACHER


LA LLEGADA


NOCHE DIABÓLICA


VIAJO SOLA


LA LUZ INCIDENTE


CAPITÁN FANTÁSTICO


ANIMALES FANTÁSTICOS


LA CHICA DEL TREN


LA LUZ ENTRE LOS OCÉANOS


CIUDADANO ILUSTRE


EL CONTADOR


DOCTOR STRANGE


EL CANDIDATO


TROLLS


CIGÜEÑAS
LA HISTORIA QUE NO TE CONTARON


  I CAPULETI E I MONTECCHI, BELLINI - LICEU


La temporada 2016 incluirá siete títulos de Opera y tres de Ballet.  También se agregan nuevos escenarios:  además de la Opéra National de Paris,  este año recibimos importantes producciones desde la Scala de Milan, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Festival de Salzburgo.  Y por último, anunciamos que, a pedido del público, ampliamos los horarios de manera que cada pieza será exhibida dos veces: un martes de cada mes a las 16hs y un jueves a las 19hs.
Para quienes aún no han tenido la experiencia de asistir a una Ópera o Ballet en cine, los invitamos a comprobar que dado que las salas están dotadas con tecnología de alta definición y con sonido íntegramente digital, el espectador podrá sentirse parte del evento, tal como si estuviera sentado en el mejor lugar de la platea y apreciar las excelentes puestas en escena y la distinguida calidad artística que ofrecen estos destacados teatros.  
 

Las entradas tienen un costo de $390 y podrán ser adquiridas de forma anticipada en la boletería de Life Cinemas Alfabeta (Barreiro 3231 esq. Berro) y por la web, www.lifecinemas.com.uy

·                 Martes 15 de Noviembre, 16hs: Los Capuleto y los Montesco (Bellini) -  Gran Teatre del Liceu, Barcelona

·                 Jueves 24 de Noviembre, 19hs: Los Capuleto y los Montesco (Bellini) -  Gran Teatre del Liceu, Barcelona  

 


 

 
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