Apenas unas líneas, para acentuar y tomar conciencia de lo que significará para el Uruguay tener dos líneas aéreas regulares que exploten sus derechos de tráfico en el ámbito regional, en la modalidad de pasajeros, carga y correo.
Ello se debería manifestar con más rigor en el relacionamiento político y gubernamental con la República Argentina, a la luz de que las relaciones aeronáuticas con nuestro vecino del Plata, como es público y notorio, han corrido la misma suerte que las muy desafortunadas relaciones comerciales y diplomáticas que en los últimos años han estado a la vista entre Uruguay y Argentina.
Ante un escenario a todas luces adverso, cabe aspirar a que ambas aerolíneas, Alas Uruguay y BQB, puedan colaborar con la Autoridad Aeronáutica para destrabar los escollos administrativos que tienen que ver con el otorgamiento de autorizaciones y permisos de una y otra empresa. La hora, y el interés nacional exigen una sola voz.
En mi opinión, una competencia responsable y madura, hace que los intereses individuales cedan en defensa de los mayores intereses de la República, que son, entre otros, el estricto cumplimiento de los acuerdos internacionales asumidos por sus signatarios, bajo el imperio de la ley y el principio de no discriminación, entre otros.
Cuál va a ser la suerte de uno y otro emprendimiento el futuro lo dirá, pero se debería tener bien claro, que más allá de los acuerdos comerciales que puedan suscribir unos y otros con empresas extranjeras, la efectiva defensa de los derechos de tráfico otorgados a una y otra empresa fortalecen la posición del Uruguay en el escenario regional, y por ende, los intereses de ambas.
Una sola bandera, una sola voz en defensa de los intereses de la República, dos aerolíneas.
Daniel Labruna
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