Jerarcas de la Dinacia desmintieron versiones periodísticas que, rimbombantes, anunciaban -como emanada desde la cocina de la futura aerolínea- la novedad de que el inspector Jorge Cappio fuera su nuevo representante técnico ante esa dependencia, “ya que sigue siendo funcionario nuestro y está sumariado, por otros temas ajenos a este ítem”.
La nota en cuestión, explicaba nuestro interlocutor, generará  un pedido de aclaración de la autoridad aeronáutica hacia la empresa. Si la respuesta fuera positiva, además de una importante tirantez institucional entre ambas partes, ésta derivaría en fuertes sanciones, sin perjuicio de que Alas-U -“que ya no va a ser certificada en agosto, al menos”- demore aún bastante más en volar.
El tema ha traído al tapete la necesidad de legislar, aunque sea administrativamente, para evitar que se reproduzca la costumbre de que funcionarios de Dinacia pasen a revistar en la actividad aerocomercial privada inmediatamente después a su alejamiento de la misma, al igual que se ha hecho con otros organismos estatales. Así haya que incentivar unos meses económicamente a estos técnicos en su proceso de salida, es necesario.
Quizá sea un aspecto más a considerar la propuesta del ex Director General de Aviación Civil, el Cnel. Félix Tornoni, para que muchos aspectos relacionados con la actividad aeronáutica, especialmente los que hacen a la seguridad e ítems conexos, saliendo de la órbita del Ministerio de Defensa puedan pasar a un Comisionado Parlamentario de Asuntos Aerocomerciales.
Y como están las cosas por los mares, yo diría que también precisamos otro para seguridad marítima y costera, aspecto donde también mucho se improvisa a tono de payada.
Javier Bonilla