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Ahogaron la inversión inmobiliaria |
Cortos de entendederas, cortitos, limitados en su educación básica por el relajo serial entronizado en la enseñanza y en la sociedad uruguaya, la conducción política y económica del país, -pese a las advertencias en tiempo y forma de variados sectores-, recogidas generosamente por la prensa en los últimos años, terminó de ahogar la inversión inmobiliaria entre el Balneario Solís y José Ignacio.
Punta del Este y satélites han sido liquidados por el resentimiento y la ignorancia.
La voracidad recaudadora del fisco desangró las partes, y atacó, incluso, las bases que sustentaban desde tiempos lejanos el andamiaje articulado de las ventas y alquileres de fincas de veraneo.
Resultado: el 90 por ciento de los arrendamientos y ventas se realiza fuera del circuito inmobiliario, porque no es razonable –y lo hemos sostenido e ilustrado en el tiempo- recaudar impuesto tras impuesto, a la que te criaste, indiscriminadamente, Torre de Babel que rejunta a la san fasón disposiciones y gravámenes que torturan el turismo y la inversión: entre ellas, el pago de comisiones, impuestos de las tarjetas de crédito; impuesto para Primaria, -de destino incierto- por cierto, coronado todo por el golpe de gracia que da el IRPF, disparador monumental del sistema hacia la informalidad.
El sistema formal inmobiliario en el mercado de alquileres de veraneo ha desaparecido. Así, con todas las letras, y que el mamado siga durmiendo. ¡Ataque frontal al Turismo!
Pero, si vamos con Topolansky a que el "susto despertó al mamado", advertimos que, ante la amenaza de suministrar información a la AFIP argentina sobre las inversiones inmobiliarias en el Uruguay, los inversores se despertaron. Han desaparecido. Se hicieron humo. No están. Se fueron. Perdimos la gallina de los huevos de oro.
El gobierno es responsable directo de haber dificultado, por ineptitud y mala intención, todo lo posible, el arribo de turistas y veraneantes, en tanto el ministerio del ramo, con estadísticas propias del Mago de Oz, dice, repite, se cree, y nos quiere hacer creer, que el Uruguay tiene hoy más turistas que habitantes. ¡Modernos Flautistas de Hamelin!
En cuestión de días volverán los atascos en los puentes binacionales sobre el Río Uruguay; quilómetros de cola de automóviles listos a cruzar, en tanto en la siesta somnolienta de un gobierno que fracasó para adentro, insistimos en pedirle al raleado turista los permisos de menor, número de matrícula y del padrón del automóvil, y otra serie de gansadas por el estilo.
¿En qué estación se bajó el presidente que iba a arreglar el Ferrocarril?
¿Dónde está el presidente que iba a solucionar el inmenso quilombo de la Educación?
A confesión de parte, presidente, todo dicho: “los sindicatos no me la llevan”.
En síntesis, y en el tema, se les advierte mariposeando en las fronteras, donde se exhiben sin recato dos dependencias, Migración y Aduana, las cuales deberían reconvertirse de inmediato en función de los intereses generales del país.
Solución parcial: abrir de par en par las fronteras entre el 20 de diciembre y el 6 de enero; el 30 y 31 de enero, y 28 de febrero y primero de marzo.
Es sabido, para quien se despiste, -además y abundando-, que los elefantes no pasan por las aduanas.
Ricardo Garzón |
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