Como todos los uruguayos, siento que en este momento no hay nada más importante que el acto en el que se va a decidir el destino del país, no sólo por los próximos 5 años, sino que allí vamos a definir qué tipo de país queremos. Si uno de tipo marxista con una sociedad hormiguero, donde simplemente seamos un número al servicio de un estado totalitario, o si recuperamos nuestra condición de democracia republicana, integrada por personas libres.
Por eso hoy no escribimos nuestra columna sobre las historias de vuelo, que de hecho estamos por terminar, ya que el libro que las compendia y que se llamará “Las historias de Equinox” – Memorias de un aviador – será completado con las próximas dos y vamos a volcar en ésta nuestra idea y nuestro sentimiento respecto a las elecciones del domingo que viene.
Quienes han seguido nuestras historias, habrán visto que hemos contado varias sobre la época que nos tocó vivir en los 60 y los 70, en las que compartíamos nuestras experiencias en la lucha contra ese grupo de iluminados, que tomaron las armas para destruir nuestro sistema democrático republicano y sustituirlo por otro, que en aquella época sólo tenía el apoyo electoral de un 5% de la población.
Nunca sentí odio en esa lucha, aunque sí puse toda la voluntad, propia de mi temperamento, para cumplir con mi deber, pero lo que no he podido perdonar, es que nos involucraron en una lucha entre hermanos – cosa que había terminado en 1904 – en la que el enemigo podía ser un pariente, un amigo o un vecino. Y lo peor, que, a diferencia de lo sucedido después de Masoller, luego del retorno a la institucionalidad democrática se han empeñado en mantener viva esa llama, que divide a la sociedad uruguaya hasta nuestros días.
Desde la llegada al gobierno en 2005 no sólo han tratado de seguir dividiendo la sociedad de mil maneras, sino que han establecido una agenda que apunta a borrar la historia de nuestro país, para sustituirla por el mito de la refundación. Es decir, nada existía antes de su desembarco en el gobierno. Ese plan incluye la sustitución de los símbolos nacionales y el ninguneo a nuestros próceres, así como a los hitos históricos que dieron nacimiento a la patria y los que la fueron transformando en un país serio y respetado.
Hasta trataron de sacar al Padre de la Patria del Mausoleo en el que justamente descansa, por eso es bueno recordar que es su ideario el que nos dio la identidad humana y cultural de la que nos hemos sentido orgullosos en el pasado. Que fueron sus capitanes los que lideraron la victoriosa gesta libertadora y que luego de darle la forma jurídica de país independiente, fundaron los partidos políticos que construyeron la Patria. Que fue en las patriadas que se derramó mucha sangre de patriotas, con la intención de darle una forma mejor a nuestra democracia. Que luego de la muerte del Gran Caudillo Aparicio Saravia en 1904 se decidió, finalmente, seguir por los carriles de la paz y entonces grandes prohombres, como José Batlle y Ordoñez y Luis Alberto de Herrera, construyeron a lo largo del siglo XX un país al que en el mundo se le llamaba “la Suiza de América”.
Los cambios del mundo a partir de 1950, que no pudieron ser acompañados por nuestro país nos condujeron a una crisis que hizo decaer ese esplendor y la culpa fue de todos, de los gobiernos que no se animaron a llevar adelante las reformas necesarias para acompasar esa evolución (por ser considerados políticamente incorrectos), la oposición de izquierda, que siempre puso el palo en la rueda a cualquier intento en ese sentido y la propia ciudadanía, que también rechazó la posibilidad de recorrer un camino nuevo, sin entender que el viejo sistema no era sustentable en el tiempo.
En 2004, luego de la crisis brutal de 2002, el pueblo, por un muy escaso margen decidió que el cambio fuera radical y le entregó el timón a la izquierda.
10 años han conducido los destinos del país y más allá de algunos logros de escasa consideración (las obras y proyectos más importantes, como el aeropuerto de Carrasco, ya estaban en construcción, o en desarrollo, con el financiamiento conseguido), lo más destacable ha sido un despilfarro tremendo de la mayor cantidad de recursos que haya tenido algún gobierno en la historia del país, incluyendo el multiplicar por 3 su deuda, para llevarla a 45.000 millones de dólares.
Al comenzar la campaña electoral, sólo nos han prometido más de lo mismo, en un contexto en el que las principales preocupaciones de los ciudadanos – seguridad, educación, salud, vivienda, etc. – no han podido ser resueltas a lo largo de sus dos períodos de gobierno.
Para peor, nos presentan un elenco que repite, integrado por gente ya pasada de madura, que no sólo presenta esa característica, sino que ha demostrado ser inepta en grado superlativo y que ha accedido a sus cargos debido a su prontuario, a su militancia, o a su absoluta lealtad al ideario marxista leninista, apuntalados por un poder sindical, que de herramienta política del Frente ha pasado a ser cogobernante de la Nación.   
En la otra vereda encontramos a los Partidos Tradicionales, renovados, con dos líderes jóvenes, bien formados profesionalmente, de ideas claras, temperamento y carácter, que además de esas virtudes representan los valores y principios que han distinguido a los orientales a lo largo de la historia’  y con equipos de gobierno integrados por gente que se destaca por sus cualidades profesionales y humanas.   
Por eso pensamos que la elección no es muy difícil. De un lado más de lo mismo (o más bien peor, porque la bonanza se ha terminado y el déficit fiscal de este año y el que viene, supera cómodamente el 3%) y del otro – no importa cual partido – la renovación con gente que – como vimos en la creación de la Concertación para las elecciones departamentales – ha mostrado la voluntad de aunar el esfuerzo de todos, para reencaminar al país por una senda de la que nunca debió haberse apartado.
Recordando también que en esta primera vuelta es la que se conforma el Parlamento, vamos a elegir a aquellos candidatos que nos van a representar en el mismo por los próximos 5 años. En mi caso personal, quiero acompañar a un camarada que sirvió conmigo como Mayor, cuando me tocó ser Director del Servicio de Tutela Social de las FFAA y que aprecio como un muy buen oficial y mejor persona. Me refiero al Sr. Cnel. Sergio Rico, que va como primer suplente del Nro. 1 a Diputados en Montevideo, en la lista 903 del Partido Nacional, que encabeza al Senado el Dr. Sergio Abreu.
A todos, que el domingo tengamos una hermosa fiesta cívica.

El domingo, todos los uruguayos expresarán su apoyo o preferencia por una propuesta, elegirán sus Representantes Departamentales, Senadores Nacionales y un candidato a la Presidencia de la República que guiará los intereses de toda la sociedad por los próximos cinco años.
Es un voto por la esperanza y el porvenir, unir nuestra sociedad bajo la misma bandera luego de conocidos los resultados. Debemos dejar atrás las confrontaciones partidarias, las filosofías extranjeras como el comunismo, el socialismo, el marxismo, el continuismo y sus líderes que en estos diez años de gobiernos frenteamplistas han divido la sociedad entre los buenos y los malos.
Tendremos frente a nosotros, en el cuarto secreto, decenas de listas y sólo dos candidatos con posibilidades reales para ocupar la Presidencia.
Uno es un doctor en medicina, de muy buen pasar -aún en los doce años de dictadura-, con un alto nivel de riqueza acumulado desde sus modestos orígenes, con setenta y cinco años de vida, dado a la pesca y a excursiones con sus boy scouts para discernir los destinos del país ante sus dudas y vueltas carnero cuando la situación lo apretó.
Ya conocimos su gobierno y a sus colaboradores. Altos impuestos a la renta a las personas que trabajan, dilapidación de los gastos del Estado, cierre de puentes con la República Argentina e incapacidad para negociar basado en una mayoría parlamentaria que las urnas le otorgaron. Así durante esos años y con relaciones amistosas regionales y también con los de la isla caribeña y vecinos hizo y deshizo a su antojo por el amor a su filosofía de partido único.
Esos tiempos tienen que cambiar siendo sano en el sistema democrático la alternancia de partidos políticos en el poder y de nuevas generaciones que le ponen frescura, ilusión y nuevas propuestas de gestión que sin duda harán un país mejor con el espíritu de vivir en armonía, libres de ir y venir por las calles y donde el ciudadano ocupe su lugar por el estudio, el trabajo, la familia y su talento.
El candidato por la positiva merece nuestra confianza y por ello el voto positivo. Tiene la valentía de enfrentar a una máquina feroz, apoyada por el comisario abiertamente y repleta de dinero como nunca antes tuvo un partido político junto a los apoyos políticos de presidentes latinoamericanos que, a la hora de negociar, cada uno cuida su chacra en beneficio propio.
Las ideas frescas y renovadoras a pesar de su juventud son bienvenidas y es posible imaginar que no retaceará horas de trabajo para el bien de los uruguayos en excursiones de pesca o congresos externos propios de su profesión. Su propia familia representa una base sólida de consulta, experiencia, y no tengo dudas que intentará dejar en la cancha lo mejor de sí mismo para continuar viendo crecer a sus hijos y a los hijos de todos en una sociedad mejor, sin miedos, y donde el futuro sea promisorio para el bienestar social y la prosperidad de todos los habitantes.
El voto positivo es un voto por el cambio, por un mejor país defendiendo nuestros valores éticos, morales, y dando el lugar que le corresponde al Uruguay por sus tradiciones históricas, respetando a nuestros héroes patrios que en el acierto, y también en el error, construyeron esta hermosa nación.
Bienvenido el voto positivo, el voto de la esperanza que, junto con el partido colorado, independiente y sectores del frente amplio gobernarán mejor en un contexto más difícil desparramando la sabiduría de equipos de gobierno.
Hombres y mujeres capaces en el Uruguay son muchos, y es grupo al que le debemos dar la responsabilidad de construir el futuro bajo premisas consensuadas que beneficien a la Patria.

Los candidatos oficialistas consideran que la ciudadanía es tonta y aplican la teoría que diciendo  una mentira varias veces, ésta a la larga se convierte en realidad. 
Si tuvieran un poco de vergüenza, hay temas de los cuales no deberían hablar, como ser la salud, la educación y la seguridad pública. Promesas de mejoras en estas áreas las hicieron en el 2005 y en el 2010. El correr de los años ha demostrado que estamos peor que nunca. A pesar de los enormes presupuestos volcados a los mismos, los resultados dicen lo contrario, lo cual demuestra que hay problema de gestión, algo que se da en muchos sectores de la actividad pública. Evidentemente para ellos ha sido un cambio muy grande, pues de ser integrantes de un grupo guerrillero, a ser representantes en una  democracia, es un giro difícil de asumir.
Se autodefinen como representrantes de los pobres,  sin embargo estos son los que más sufren con la salud, la educación y la inseguridad.
En la salud vemos en forma reiterada la muerte de pacientes por falta de atención; personas que concurren en la madrugada para conseguir número para el especialista y que en la mayoría de los casos pasan varios meses; falta de controles en los trabajos realizados por empresas tercerizadas y para colmo directores nombrados entre el gobierno y los sindicatos que terminan siendo procesados por maniobras fraudulentas.
En la educación las pruebas nos demuestran que  hemos descendido en estadísticas internacionales  a niveles nunca vistos; alumnos que son promovidos de primaria a secundaria sin tener en cuenta sus conocimientos (esto denunciado por los sindicatos afines al gobierno);  denuncias de rectores de las facultades que reciben  promovidos en el ciclo superior con pésimos  conocimientos; falta de autoridad en los centros de enseñanza donde mandan los alumnos y los padres de estos y a los cuales no se les castiga porque aducen que son estigmatizados.
En el área de seguridad mandan más los delincuentes que  la policía, no porque ésta no quiera actuar, sino porque el Ministro Bonomi le ha quitado autoridad; barrios donde ya no se puede circular por miedo a una agresión o un robo (caso de los Pitufos en la Curva de Maroñas o en los accesos a Montevideo); barrios donde la policía no se anima a entrar pues son apedreados por mujeres y niños y contra los cuales nadie hace nada (sólo basta un carro lanzagua y se termina la bobada).
Si Ud. quiere que esto cambie, vote por la positiva. Anímese a cambiar y vote  por el Partido Nacional, ya los tuvo que aguantar durante diez pésimos años. Hágase un favor a Ud. mismo y al país, ayúdelos a irse, ya demostraron lo que son, una murga en retirada.
Carlos Asecas

• Estas declaraciones corresponden al actual presidente de  Novaer,  Graciliano Campos, la fábrica del nuevo entrenador civil y militar brasileño TX-c, industria que,  en  inminente  traslado desde el polo aeroespacial de Sao José dos Campos a la sureña ciudad de Lages, inicia su búsqueda de  proveedores y potenciales clientes en los países próximos.

Miembro honorario de la Fuerza Aérea Brasileña, Ingeniero Mecánico, graduado por la Universidad de Brasilia - UNB, en 1980, el ejecutivo tiene más de 25 años de experiencia en los sectores de tecnología y desarrollo de dispositivos aeronáuticos, habiendo ocupado posiciones de liderazgo en Embraer y en empresas de ingeniería de sistemas, como director de marketing, comercial, y de las áreas de sustentabilidad.
Novaer,  también involucrada en el proceso de fabricación de los trenes de aterrizaje del  Tucano, lanza el TX-c (proyecto que acabamos de conocer en Sao José dos Campos) para suplantar decenas de viejos entrenadores Neiva T-25, presentes  en la Fuerza Aérea Brasileña, Paraguaya y Boliviana, siendo una aeronave mayoritariamente construida en material compuesto, también adaptable plenamente a la función de adiestramiento civil, e inclusive, de aerotaxi ligero.
La firma va a empezar a abocarse a la búsqueda de diversas fábricas del Cono Sur en posibles condiciones de cumplir con sus sofisticados requerimientos, a las cuales auxiliará en lo atinente a su homologación brasileña. El proceso de certificación por si mismo exigirá  varios entrenamientos y cursos de capacitación, de modo que la cultura de la calidad aeronáutica y el cumplimiento de sus normas pueden ser efectivamente absorbida por el proveedor.
 En tal contexto, el respeto con el que Campos se refirió a sus expectativas relativas a la potencial oferta  uruguaya - existiendo  un Clúster y una Cámara de la Industria Aeronáutica- es un llamado positivo de atención a la plaza local  y talvez un tren que no se debe dejar pasar, ya que, hacia los 90, no tuvimos la fortuna de integrarnos al, posteriormente desactivado, proyecto argentino brasileño CBA 123, como subcontratistas, debido a los avatares del momento.
Aún así, Uruguay exporta insumos para aeronáutica, ya que buena parte del cuero utilizado en determinados asientos de American Airlines proviene de nuestro país.  Eso genera la  responsabilidad de empezar a ser profetas en nuestra tierra.