Edición Nro. 1889 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 17 de octubre de 2014
 
 
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HOY ESCRIBEN f
Javier Bonilla
Alas-U: borrachos, pero sin flores!
  • En una jugada para la oposición francamente electoralista y demagógica, a días de las elecciones    –como lo predijimos- y a su propia iniciativa, Mujica, bajo confesos vapores, realizó una suerte de pre-inauguración de lo que quizá, quien sabe, sería la línea sindical Alas-U, conformada por los antiguos trabajadores y hoy curreros de la ex Pluna, empresa liquidada inesperada y precipitadamente por él mismo hace dos años y medio, casi de manera psicótica.

Estos antiguos y auto victimizados funcionarios reciben un voluminoso seguro de paro
-que seguirá vigente hasta el año próximo, al menos- desde el cierre de Pluna, aún tratándose de una empresa privada, así como  ayuda para pagar instalaciones, además de un reciente préstamo blando de casi 300.000 dólares, que precede al de 15 millones, comprometido por el gobierno para el funcionamiento de su supuesta  línea aérea. Plata nuestra, entiéndase!!!
 Previamente, se le allanaron otrora insalvables obstáculos jurídicos financieros, ordenándose a la Dinacia -que se resistía a iniciarle expedientes de pre-certificación al no exhibir capital social- que aceptara la promesa verbal de préstamo como tal. Mucho se especula si dentro de esas gestiones oficialistas no pudieran haber existido presiones por recursos  económicos contra la propia Dinacia o la FAU, para no oponerse.
Días antes trascendía -que vergüenza!!!- que Mujica también  habría inducido a la Dinacia a abrir una carpeta similar a otro aspirante, a otro “empresario” aeronáutico sin apoyo ni antecedentes,  preso días atrás por estafar a conocidos hoteles con supuestos chárter.
El mandatario, que aunque lucía como un cantor de salsa , no cantó “Pedro Navajas”, en lo que fue una clara arenga política, usó, decíamos, inclusive en España, su habitual lenguaje  soez  justificando  prestarle dinero -ajeno-  al grupo, al que, pretendidamente (hic!!!) aleccionaba.
 "La pelotudez, el no dar bola, el pensar solamente en  uno y no preocuparse en la suerte de los demás, por más título, y universidad  que tengas, no  sirve pa un carajo, y esto hay que decirlo bien claro para que lo entiendan los que no están acá. El verdadero poder  nos vendrá cuando los trabajadores tengan una capacidad decisiva de gestión en el grueso de la economía nacional".
`¿De qué me habla? Todo el poder a los soviets????? Hic!!!!
Para algunos fue bastante inesperada y “caraduresca” también, la presencia del Ministro de Industria, Roberto Kreimerman. Tiempo atrás, desde esta Secretaría, algunos voceros le aclararon a enfoques -y entonces muy preocupados….- que estaban entre las dependencias oficiales menos interesadas en proseguir con el tema Alas-U, apostando a apoyar una eventual mayor severidad al respecto por parte de la autoridad aeronáutica, “que, seguramente, no va a dejar esto avanzar, e Iroldi ya lo sabe…”
Simultáneamente continúa el clima de hostigamiento a los operadores aeronáuticos particulares de diversa envergadura (desde BQB a Air Class, pasando por aerotaxis, fumigadores y otras actividades conexas), para diluir la mayoritaria resistencia de la opinión pública al tragicómico surgimiento de Alas-U, digno de una Ópera Buffa o de una murga zurda…
 Claramente para la gente es una consecuencia del escándalo Pluna. ¡Una compra de silencio a costillas nuestras!
Otro hecho significativo acerca de las dudas existentes  respecto al proyecto, es que el gerente de la futura línea y ex Dinacia, Brigadier Daniel Olmedo, de tendencia blanca, pasó a integrar el equipo de asesores en Defensa de Luis Lacalle Pou. A dos bandas…
Hasta hoy, Alas-U, aparentemente, solo habría señado -y eso está por verse- el arrendamiento de un Boeing 737/300 ucraniano, que pintaría con un diseño sorprendentemente similar al de Copa, para empezar a volar chárter de terminar con su proceso certificatorio nacional e internacional (lo que no es nada seguro), entre marzo y  abril próximos. De iniciar actividades, cosa dudosa, el futuro de la aerolínea, ya en el segundo semestre de 2015, estaría muy severamente comprometido.
En este caótico escenario, en el que todo emprendimiento aéreo particular es objeto de ataques de escasa fundamentación técnica y dudosas fuentes, se pretendería  imponer a la opinión pública una suerte de resignación ante la mayoritariamente resistida empresa sindical Alas- U: “esto o el caos”, parece eructar Mujica…
Aunque, por principios, nos negamos a ir a este tipo de acto, tan electorero, como, sobre las elecciones pasadas, inaugurar la Torre Ejecutiva, sin terminar y/o mal terminada y prometer un hospital en el Edificio Libertad, minimizando su situación geográfica, ya comprometida para el Policial, de harta proliferación bacterial, y que el predio no fue diseñado para ello, sabemos que muchos de los que fueron la pasaron mal. ¡Civiles y Militares! Algunos, no sabían como salir corriendo sin ser notados.
 Los menos, se retiraron antes.
Tal cual pasó el año anterior cuando al botar el remolcador Ky-Chororo de Ancap en el Dique Mauá, la ceremonia se transformó en un comité tupamaro y nos fuimos.
Obsecuentes o extorsionistas -porque donde no aparezca la platita, hablan y cuentan cosas muuuuuyy feas del cierre de la empresa, que pueden dejar muy mal a la impresentable pareja presidencial…- los ¿sindicalistas? (ya hace más de dos años que no laburan…) de la ex Pluna, por ahora no vacilan  en echarle las culpas a los Partidos Tradicionales de su ocaso. Estos también gestionaron mal y con ineptitud a la aerolínea, pero nunca llegaron a tanto. Es otro servicio electoral. Otro curro…
Si no, Iroldi va a tener que volver a la medicina; Sabrina, ahora que es médium e incorpora a Elina Rodríguez muy seguido, puede trabajar de adivina o en un 0900; Nicolás, de animador de bailes, fiestas de 15, de strippers, despedidas, etc., Elina podrá cantar “La última curda” en versión escatológica, y Olmedo se irá a su casa, con un aire a Bela Lugosi, ahora que aprendió a estar entre vampiros.
Una cosita más. ¿Acaso es legal promover una aerolínea que aún no está ni medianamente certificada?

RicardoPuglia
Inversión Social
El verdadero gasto social es lograr una vida digna, sana, prolongada, creativa y productiva en los niveles de pobreza y extrema pobreza, incluyendo los gastos en educación, seguridad ciudadana y rural, salud, seguridad social, vivienda, cultura, deportes y otros similares.
El gasto social es un instrumento de gestión gubernamental para alcanzar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos donde el MIDES ha sido el abanderado en cumplir una gestión eficaz y no proselitista ni discriminatoria a favor de minorías que suponen réditos electorales.
El gasto social es nutrición como un complemento de alimentación para aquellas familias de alto riesgo, sobre todo en niños menores de 5 años, madres gestantes y lactantes, acompañado de gastos en salud preventiva y atención permanente esencialmente en niños.
El gasto social es justicia para asegurar los derechos de las personas a prevenir y solucionar sus conflictos como también el gasto en previsión social es esencial para que aquellos que por su edad han dejado de trabajar o no pueden hacerlo.
Apoyamos el gasto social en ese sentido y los gobiernos de los partidos tradicionales han gastado e invertido en la sociedad para la integración de los ciudadanos. Fueron gastos e inversiones adecuados a las necesidades de cada época y acordes a los menguados recursos disponibles.
Sin embargo, el gobierno del Frente Amplio ha estado muy lejos de gestionar adecuadamente estos propósitos y se ha apoyado en cientos de organizaciones sociales afines a sus ideas para a partir de allí obtener simpatías políticas y olvidarse adonde dirigir los fabulosos recursos que gasta en su implementación y seguimiento.
Creemos que el presupuesto en el gasto social debe revisarse con el objetivo de una mejor gestión del mismo, eficiencia, eficacia y medición de resultados, manteniendo programas existentes, cambiando otros y creando nuevos que ayuden a disminuir la pobreza.
Tan importante como el gasto social es la Inversión Social que significa mejorar la infraestructura de zonas socio-económicas de extrema pobreza en apoyo a la producción, al trabajo y al bienestar.
No debemos permitirnos ver crecer los asentamientos en número ni en integrantes como han sido estos casi diez años de administración frentista. Basta salir a los barrios periféricos o a los cinturones de pobreza que se han creado en las salidas de las carreteras, cercanos a los ríos y puentes para comprobar las débiles estructuras de vivienda de chapa y cartón, el hacinamiento de las familias, la falta de saneamiento, agua potable, calles, escuelas, liceos, lugares de atención a la salud, etc.
La bonanza económica que recibió Uruguay del resto del mundo fue un regalo mal gestionado y gastado por los gobiernos frentistas olvidándose de la Inversión Social que complementa a ayudar a una población importante en número y en necesidades.
De hecho de lo que se trata no es de administrar la pobreza y señalar que con los recursos de las gentes han sobrepresado la línea imaginaria que los condena a ser pobres porque pobres seguirán.
Tenemos que ocuparnos de la pobreza de todos los modos posibles para poder decir con orgullo que han salido anualmente tantos compatriotas de ese estado asegurándoles un futuro en el mundo productivo a través de la enseñanza de valores morales y éticos compartidos e insertarlos en la telaraña social para que se destaquen por sus virtudes y talentos.
Habrá que construir barrios enteros en esos asentamientos y comprometer a los beneficiarios a elegir un cambio en sus vidas a través de la escuela pública, la salud pública y la seguridad ciudadana. En esta tarea tendrá que comprometerse la población toda, inclusive las empresas dentro de lo que hoy se llama “responsabilidad social empresarial”.
Si continuamos por el camino del Frente Amplio, vamos por mal camino y el flagelo de la pobreza lejos de reducirse continuará aumentando, y la tan deseada seguridad ciudadana se irá desvaneciendo.
Jorge Azar Gómez - Ex representante de Uruguay ante ONU
¿Quién pulverizó nuestro estilo de vida?
No sé bien si hace dos o tres décadas – o algo más o menos - y en todo caso es lo de menos, pero sí puedo afirmar que el país era otro, muy distinto al actual. Se produjo una metamorfosis.
Tenía menos vehículos circulando, pero caminábamos más y sin peligro. Tenía menos presupuesto educativo, medido en relación al PBI, pero mayor calidad de la educación. Tenía pobreza, pero más digna y, sobre todo, con esperanzas ciertas de ascender social y económicamente. Teníamos inestabilidad política, pero dirigentes más formados. En suprema síntesis, teníamos muchísimos problemas, pero mucho orgullo de pertenecer a Uruguay y una inmensa confianza en el futuro del país, en el destino común.
Todos tenían una segunda madre, la señorita maestra, grandiosa constructora de la sociedad. Era inspiradora de una suerte de nobleza republicana.
Hace medio siglo faltaba mucho por hacer, pero nos prodigábamos un envidiable respeto entre nosotros. Todas las instituciones funcionaban con insuficiencias y deficiencias, pero eran creíbles. Confiábamos en la Justicia, en la Policía, en el burócrata que nos atendía, en el partido político que nos representaba e incluía, en el plomero o electricista, en los dirigentes deportivos, en el servicio penitenciario. La confianza reinaba, aunque siempre hubo estafadores y tramposos.
Nuestras calles estaban limpias. Comparándolas con las de hoy, eran un espejo. Inclusive, podían verse advertencias en los muros de los inmuebles que indicaban la prohibición de escupir que todos acataban.
Éramos un país en serio de buena gente. A pesar de que la política había agitado el resentimiento de clases, los trabajadores eran señores y la clase media sabía que, más tarde o más temprano, esos asalariados le golpearían a sus puertas, deseosos para ingresar, lo cual hacían con todo derecho y naturalmente. Era un Uruguay progresista de veras.
Teníamos un país en el que los padres les decían inexorablemente a sus hijos, cuando orillaban los 17 o 18 años: “Hijo, o estudias o trabajas”. Ningún hijo ignoraba o era displicente ante ese dilema. Imperaba la cultura del trabajo, esa herramienta colosal que construye dignidad personal y, a la postre, colectiva. Nadie creía que podía realizarse llevándola ‘de arriba’. El esfuerzo era la clave y el mérito sabía ser la llave abrepuertas.
Esencialmente, teníamos orgullo uruguayo y enormes expectativas. No estábamos conformes – la queja es proverbial al ser nacional -, pero sí esperanzados.
Adictos siempre hubo, pero si se estaba bajo los efectos de estupefacientes no se les ocurría conducir. Tampoco embriagados. Existía tanto respeto por los otros que eso no pasaba por la cabeza.
Viajar en el transporte público era casi un placer...
Íbamos al fútbol en familia. En los estadios no existía nada más que algarabía vocinglera. Cierto es que los baños de los estadios no eran un dechado, pero el contexto general era de alegría sana.
No se escuchaban en la calle insultos e improperios. No regía la prepotencia, el avasallamiento del otro. Esa acechanza que puede aparecer en cada esquina.
Teníamos falsas disyuntivas como campo vs. industria, pero en general tratábamos de debatirlas civilizadamente hasta que pudimos comprender que el desarrollo englobaba a las dos y que las perspectivas de cada uno de esos sectores productivos no mejoraría a pesar de, sino con el otro, articulados en un proyecto de organización económica.
Siempre se le hizo trampa a la ley, pero ésta inspiraba gran respeto y todos intentábamos que fuera cumplida.
Cerveza siempre se bebió, pero los adolescentes nunca lo hacían. Ellos sistemáticamente consumían alguna bebida no alcohólica. Era la conducta normal, no porque hubiera un celador que la imponía. Era la educación que establecía comportamientos y límites.
Hace dos o tres décadas, es lo de menos, precisamente todos tenían límites puestos básicamente por la conciencia individual y social.
El honor y la honradez eran valores que estaban antes que nada en el currículum de cada uno. Eran el punto de partida y acompañaban toda la vida, nunca un "prontuario" se consideraba como currículum.
Ese Uruguay, ¿volverá? Porque para ir, algunas veces hay que retornar, no para quedarse atrás, sino para recobrar energías, básicamente espirituales, y reimpulsarnos. ¡Ojalá!
Carlos Asecas
Votemos responsablemente
El próximo 26 de octubre, quizás para muchos sea una elección más, pero en realidad es la diferencia entre permitir que nuestro hermoso país haga un giro  más radical hacia la izquierda o tener la esperanza de volver a ser aquél que conocimos y que nunca debimos perder.
Durante estos diez años y en forma muy inteligente el Frente Amplio ha tergiversado la historia y ha fomentado el odio entre los uruguayos, inculcándole a los pobres que los responsables de su situación, son los demás. Para ello han fomentado la dependencia de estos a los planes sociales, impulsados por el resentido Olesker.
Como se dieron cuenta que no podían impulsar una “heladera” como candidato, le rogaron al Dr. Tabaré Vázquez que aceptara. Éste, con su arrogancia clásica, puso sus condiciones, pero al final tuvo que transar, pues le pusieron  a Sendic como vice, algo que él no esperaba.
Durante todo este tiempo, en sus reiterados discursos, ha prometido cosas que ya había dicho, cuando asumió en 2005: educación, salud y seguridad. Ninguna de estas cosas ha mejorado en estos diez años; al contrario, empeoraron, y a los únicos que ha perjudicado ha sido a los más pobres, pues el resto de un modo u otro, tiene acceso a educación, seguridad y salud privada.
Tratan de relacionar al candidato del Partido Nacional, con lo hecho por su padre, sin darse cuenta que el candidato a vicepresidente del Frente Amplio es hijo de un guerrillero, que se levantó en armas contra todos los uruguayos que no opinaban  como él.
Los frentistas se jactan de ser demócratas, pero parecen no recordar que entre sus filas hay personas que atentaron contra un gobierno elegido demócraticamente. Se valieron de la democracia, a la cual ellos menosprecian, para poder llegar al poder y hacer lo que no pudieron armas en mano. Su candidato a presidente dice ser un defensor de los derechos humanos, pero no recuerda que mientras los militares torturaban a los ahora sus correligionarios, él gozaba de muy buena relación con la dictadura, mediante la cual importó en su momento la tecnología más moderna en medicina para combatir el cáncer, con exoneraciones de impuestos inmensas.
Como dice el Pepe: me abrazo de una culebra, con tal de lograr mi propósito. Los innumerables actos de corrupción, nombramientos de amigos con sueldos fabulosos y nefastos negocios que generaron  millonarias pérdidas, demuestran que son peores que una murga.
Por eso, cuando decida su voto, no se olvide de sopesar entre seguir en manos de unos inadapatados o apoyar a quién, en forma positiva, se compromete a gobernar para todos y no sólo para aquellos que están de acuerdo con sus ideas.
No dude: vote al Partido Nacional. Quienes hoy nos gobiernan sólo se preocuparon de mejorar su situación económica. El único que sigue igual es el Pepe. El resto sería bueno que hicieran una declaración patrimonial, comparando 2014 con 2005. Veríamos la diferencia. No se deje engañar con versitos carnavalescos, la realidad es otra.
Alberto Medina Méndez
Todo termina algún día

En la política, como en la vida misma, todo se termina, todo finalmente concluye. El delirio de algunos personajes nefastos puede hacerles creer que su presente es eterno. El poder obnubila, las "alfombras rojas" marean y determinadas circunstancias pueden hacer que un ser humano pierda contacto con el mundo real, al punto de creerse un monarca, sin registrar que es solo un dirigente elegido por una minoría ciudadana ocasional.
La historia de la humanidad corrobora empíricamente esta visión en muchos de sus tramos. Ni los imperios más vigorosos pudieron sobrevivir en el tiempo y un día concluyeron su ciclo, pereciendo invariablemente. Las crónicas muestran cierta continuidad en esos procesos, pero en realidad fueron momentos de gloria y abrumadores fracasos, en forma intermitente.
El fatalismo puede hacer creer que todo está mal, que será peor aún y que las sociedades están condenadas al sufrimiento eterno. Eso no se ajusta a lo que ha sucedido cuando se reconstruyen los hechos del pasado.
No menos cierto es que esos periodos de euforia y posterior deterioro pueden durar más, o a veces un poco menos, según como reacciona la sociedad. Con actitudes más serviles y de resignación, pueden prolongarse en el tiempo. Cuando la gente reflexiona y pone límites a los desmadres, los plazos se acortan dando lugar a una nueva fase, que no necesariamente será mejor, pero que con otros ingredientes garantiza ser diferente.
Los populismos ya han demostrado su gran capacidad de mutación, han exhibido su talento para reaparecer de tanto en tanto, aunque no necesariamente con los mismos protagonistas. Su accionar no se extingue para siempre, sino que solo se agazapa para luego volver al ruedo.
Probablemente eso sucede porque la gente cree que el problema es su gobernante circunstancial, sin comprender que la cuestión de fondo pasa por sus propias ideas aplicadas a lo cotidiano. Supone, ingenuamente, que si se desprende del personaje de turno, todo se resolverá mágicamente, sin entender que es muy probable que pronto surja otro caudillo para continuar la dinámica de su predecesor, sin siquiera mencionarlo, asumiendo una nueva etapa fundacional, para hacer más de lo mismo.
Varios países están viviendo este proceso de inexorable salida de una fase política. Los mandatarios actuales se resisten a aceptarlo y sus seguidores también. La impotencia los invade y por eso toman medidas que son mucho más insensatas que las habituales. Estos personajes suponen, equivocadamente, que profundizando la línea de acción seleccionada, que redoblando la apuesta, evitarán su ineludible derrotero.
El futuro de muchas naciones es mejor que su presente. Es probable que alguna cuota de cordura y sentido común llegue pronto. No es que hayan comprendido la magnitud de los errores, sino que la inviabilidad intrínseca del populismo obligará a los nuevos liderazgos a corregir rumbos. Esto no ocurre por convicción, sino porque no les queda otra posibilidad frente a los desvaríos del pasado y la herencia recibida que deberán administrar.
Cualquiera sea la razón, lo cierto es que los líderes contemporáneos culminarán sus mandatos, y eso ocurrirá irremediablemente, aunque ellos no lo puedan aceptar. Seguramente, sus mentes enfermas de autoridad, no pueden asumir el duelo que implica la pérdida de poder. Es que sus excesos tienen costo porque nada es gratis. Un día los mismos que los aclamaban, demandarán su retiro y hasta desearán su encarcelamiento por los abusos.
Lo que viene será seguramente mejor. Ya no porque la gente haya comprendido la magnitud del problema ni las implicancias de las decisiones del pasado, sino porque cierta racionalidad resulta imprescindible para retomar el sendero de lo posible, de lo admisible y realizable.
El populismo puede construir una fantasía durante algún tiempo, pero  tarde o temprano, sus dislates se convierten en inconsistentes contradicciones, configurándose en la causa central de la debacle. Son los populistas de siempre, los que se han cavado su propia fosa. Sus desatinos y disparates, su desconexión de la realidad, constituyen la razón principal de su retroceso y de esta humillante forma de abandonar el poder.
Por algún tiempo, pensaron que eran individuos iluminados, superdotados, que eran los "elegidos", sin darse cuenta de que solo fueron convocados por la ciudadanía para administrar una porción del presente y siempre con fecha de vencimiento. Les ha faltado la humildad de los grandes. Sus egos los han traicionado, colocándolos en un lugar en el que nunca estuvieron. Fueron los aplaudidores de siempre los que los han elogiado desproporcionadamente haciéndoles creer que eran superiores.
La realidad está haciendo su parte y ahora se acerca el momento de vivir la etapa del declive, de esa cruel fase en el que los mismos que los apoyaban los reprueban, hasta el punto de ponerse en las filas adversarias para provocar su ocaso. No es más que el precio de los errores propios.
La gente lo sabe, o al menos lo intuye, aunque el pesimismo a veces juegue una mala pasada. Todo concluye en algún momento. Inclusive lo que vendrá también se agotará alguna vez. Aunque los que gobiernan se resistan, se enfaden y pataleen como un niño con berrinche, no lo podrán evitar. Todo termina algún día.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.












 

 

 

 


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 OCTUBRE 2014

EL JUSTICIERO


BOY HOOD
(Momentos de una vida)


CANTINFLAS


DELIRIUM


EL JUEZ


MADRES INC.


TAN FRÁGIL COMO UN SEGUNDO


LOS HOMBRES NO MIENTEN


ENREDADOS


BARBIE Y LA PUERTA SECRETA


NO LE TENGO ENVIDIA AL PENE DR. FREUD


EL PASADO


MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA


ANNABELLE


EL LIBRO DE LA VIDA


PERDIDA


LUCY



MAZE RUNNER
CORRER O MORIR



COMANDO ESPECIAL 2



WINTER - EL DELFÍN



HÉRCULES



LOCOS POR LAS NUECES



UN VIAJE DE DIEZ METROS



RELATOS SALVAJES

 
MR.KAPLAN

 
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