Dieciocho vuelos de Austral afectados: seis cancelaciones y 12 demoras. En Aerolíneas dos vuelos fueron cancelados y otros siete tuvieron demoras. En total, 27 vuelos que salían o debían llegar a Aeroparque tuvieron problemas.
Viernes y sábado no habían sido mucho mejores. El viernes fueron cancelados cuatro vuelos y otros 16 salieron con demoras. El sábado hubo seis cancelaciones. Para hoy las demoras pueden ser más, por la mayor cantidad de vuelos programados, en coincidencia con el primer día hábil de la semana.
Una vez más, volvieron las medidas de fuerza para dirimir disputas de poder entre gremios aeronáuticos. En este caso, los técnicos aeronáuticos (APTA) y los pilotos de Austral (UALA) decidieron un "quite de colaboración" en protesta por la reincorporación de Guillermo Ballesteros como gerente de Operaciones y Área Técnica.
El presidente de Aerolíneas, Mariano Recalde, había despedido a Ballesteros el año pasado, junto a otros cinco gerentes. Desde febrero tenía contratado al mexicano Andrés Fabre Robles para ocupar ese cargo, pero se enfrentó con la resistencia del gremio de los pilotos de Aerolíneas (APLA), que preside Jorge Pérez Tamayo.
Recalde venía demorando la designación de Fabre Robles, a la espera de una negociación con Pérez Tamayo. Pero el jueves decidió avanzar con el nombramiento y los pilotos avanzaron con una medida de fuerza encubierta: 50 de sus afiliados renunciaron a los cargos de instructores y jefes de línea. Eso hubiera llevado a la cancelación de varios vuelos.
Finalmente, a las tres de la mañana del viernes, el Secretario de Transportes, Juan Pablo Schiavi, tocó el timbre de la casa de Pérez Tamayo, para garantizarle que Fabre Robles no sería nombrado y que Ballesteros regresaría a su cargo del cual había sido desplazado. Los pilotos de APLA dieron marcha atrás con la medida de fuerza.
Pero lejos de calmar las aguas, la decisión del Gobierno precipitó la interna gremial: a atardecer del vienes, los técnicos aeronáuticos y los pilotos de Austral iniciaron su quite de colaboración, que continuarán hoy. Acusan a Recalde de haber cedido a la "extorsión" de Pérez Tamayo.
Hilando más fino, el enfrentamiento es entre Cirielli y Pérez Tamayo, los dos caciques gremiales del sector. Las víctimas número uno son los pasajeros. Pero también están afectando la continuidad de Recalde, de quien ayer, en Aeroparque, se aseguraba que había presentado -y le había sido rechazada- su renuncia.

Es por haber violado el convenio bilateral. Pero Uruguay reclama que se levante el corte.

A horas de la reunión de mañana entre Cristina Kirchner y José "Pepe" Mujica, el Gobierno hizo saber que la presidenta argentina tiene "expectativas" de que su par uruguayo "pida disculpas" por la violación que hizo su país del Tratado del Río Uruguay al permitir la instalación de la pastera Botnia.
Así lo expresaron ayer a Clarín fuentes diplomáticas ligadas a la preparación del encuentro que tendrá lugar mañana a las 16 en Olivos, el primero tras la sentencia de La Haya. Según las fuentes, se espera ese pedido de disculpas justamente "en función del fallo" de la corte internacional.
"La Haya habló expresamente de la mala fe de Uruguay en la negociación. Está clara ahora la buena voluntad de ambos gobiernos, la buena relación entre Cristina y Mujica. Las disculpas no son una imposición, sino algo que debería surgir como un reconocimiento para que se amplíe la confianza política y empezar a negociar de buena fe" con Uruguay, dijeron.
Después de varios días de silencio oficial, el Gobierno salió a dar esta respuesta frente a las presiones que inició Uruguay casi en el minuto uno posterior al fallo de La Haya, para que se "resuelva" como tema "prioritario" el corte del puente internacional que une Gualeguaychú con Fray Bentos. Uruguay ya anticipó que el corte será tema de la agenda de mañana, pero el Gobierno hizo su movida de ajedrez con las "disculpas" para marcar la cancha y que el encuentro entre los presidentes, que genera enormes expectativas, no quede dominado por el reclamo uruguayo respecto del corte.
"El corte lo hace una asamblea de ciudadanos y el Gobierno lo desalienta. Pero el Tribunal de La Haya no tomó el reclamo de considerar el corte que le había hecho Uruguay", recordaron las mismas fuentes, como para alejar el asunto del centro de la agenda.
Además, Cristina no estaría en condiciones de garantizarle a Mujica que la ruta que desemboca en el puente internacional vaya a ser despejada.
En este sentido, el senador entrerriano Pedro Guastavino ratificó ayer a Clarín la postura oficial de que el Gobierno "no va a usar la fuerza" para desalojar a los asambleístas.
Guastavino, ex gobernador entrerriano y amigo de Néstor Kirchner desde la universidad, estuvo ayer en la Casa Rosada junto al gobernador Sergio Urribarri y al intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo. Los tres se reunieron con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para evaluar el clima de endurecimiento que se vive en Gualeguaychú, donde domina la desilusión y la bronca por el fallo, y pedirle "comprensión" al Gobierno.
El kirchnerismo busca ganar tiempo para explotar las diferencias entre los asambleístas, y "persuadirlos" de que el tiempo del corte se terminó.
Guastavino precisó que "hay que coordinar una vigilancia ambiental seria" como pidió La Haya, y "acordar" este monitoreo con Uruguay lo que podría permitir tomar muestras de agua cercanas a Botnia y no a 250 metros como hasta ahora, con lo que la Argentina no pudo probar ante la Corte de La Haya que la pastera contamine. Un acuerdo de monitoreo conjunto sería parte de la "persuasión" para que se levante el corte.